Un mosaico negro y realista de la guerra afgana
Los documentos hechos p¨²blicos por Wikileaks reflejan episodios de corrupci¨®n, enfrentamientos entre polic¨ªa y ej¨¦rcito afganos, diferencias culturales y muertes de civiles
Corrupci¨®n, enfrentamientos entre polic¨ªa y ej¨¦rcito afganos, diferencias culturales, muertes de civiles, desafecci¨®n del pueblo al que en teor¨ªa se trata de ayudar... Los m¨¢s de 90.000 documentos hechos p¨²blicos por la organizaci¨®n Wikileaks conforman un mosaico de la guerra de Afganist¨¢n m¨¢s negro y realista que la versi¨®n oficial.
The New York Times, uno de los tres diarios que recibi¨® los informes d¨ªas antes, destaca algunos de estos episodios de la situaci¨®n sobre el terreno:
Extorsi¨®n y brutalidad policial
El Pent¨¢gono est¨¢ gastando miles de millones en entrenar a las fuerzas afganas para hacerse cargo de la seguridad del pa¨ªs. Pero la polic¨ªa afgana ha demostrado ser una inversi¨®n especialmente arriesgada, y vista por la propia poblaci¨®n con recelo e incluso odio, seg¨²n muchos memorandos. Algunos agentes desertan y se pasan a la insurgencia con camiones y armas.
Un informe de 10 de marzo de 2008 (NYT, en ingl¨¦s), en la provincia de Paktia, describe los frustrantes esfuerzos de un investigador estadounidense para conseguir que los polic¨ªas afganos de un puesto de control dejen de extorsionar a los conductores que lo atraviesan. Despu¨¦s de que multitud de conductores describieran c¨®mo les presionaban para pagar sobornos, el investigador y la polic¨ªa local detuvieron a los agentes acusados.
"Mientras esper¨¢bamos, ped¨ª a los siete detenidos que se sentaran y se relajaran mientras resolv¨ªamos un problema, sin siquiera mencionarles por qu¨¦ estaban detenidos. Tres de los patrulleros respondieron que solo hab¨ªan cogido dinero de los camioneros para comprar combustible para su generador". Dos d¨ªas despu¨¦s, cuando el estadounidense hizo un seguimiento, le dijeron que se hab¨ªa archivado el caso porque las denuncias de los testigos se hab¨ªan perdido.
Otro documento, de 11 de octubre de 2009 en la provincia de Balkh, describe a varios soldados y polic¨ªas afganos que acosan y pegan a civiles por negarse a cooperar durante un registro. Despu¨¦s cuenta la historia de un comandante de polic¨ªa de distrito que viol¨® a una chica de 16 a?os. Cuando un civil se quej¨®, "el comandante de distrito orden¨® a su guardaespaldas que abriera fuego sobre el civil afgano. El guardaespaldas se neg¨®, a lo que el comandante de distrito le dispar¨® delante del civil".
Rivalidad entre polic¨ªa y Ej¨¦rcito
Las fricciones entre las fuerzas de seguridad afganas son evidentes, seg¨²n muchos informes. A veces, las tensiones se convierten en verdaderos combates, como este descrito el 4 de diciembre de 2009 en la provincia de Oruzg¨¢n. Un accidente de coche se convirti¨® en mortal cuando se desat¨® una discusi¨®n entre polic¨ªas y soldados.
"La discusi¨®n creci¨® y el Ej¨¦rcito Nacional Afgano y la Polic¨ªa Nacional Afgana empezaron a dispararse", se?ala el documento. Un soldado y tres polic¨ªas resultaron heridos. Un civil muri¨® y otros seis recibieron disparos.
Seguridad alternativa
Un signo de la debilidad de la polic¨ªa es que en algunos sitios ha sido reemplazada por jefes tribales, que garantizan la seguridad que el Gobierno no puede. A menudo, estos se?ores de la guerra operan por encima de la ley, como muestra un informe de la OTAN del 22 de noviembre de 2009 en la provincia de Kandahar.
Un convoy de una empresa privada de seguridad, que transportaba combustible de Kandahar a Oruzg¨¢n, fue detenido por un centenar de hombres armados con rifles de asalto y ametralladoras. En vez de insurgentes, como pensaron en un principio, se trataba de los hombres del "jefe de polic¨ªa local", que ped¨ªan "2.000-3.000 d¨®lares por cami¨®n" como una especie de peaje.
El jefe no era realmente un jefe de polic¨ªa. Era Matullah Khan, un se?or de la guerra y un aliado del presidente Hamid Karzai, que contaba con respaldo de EE UU y era el hombre m¨¢s poderoso de Oruzg¨¢n. Ten¨ªa un contrato, seg¨²n el Ministerio del Interior, para proteger la carretera para que los convoys de la OTAN pudieran pasar, pero al parecer hab¨ªa decidido extorsionar dinero ¨¦l mismo.
Despu¨¦s de varias intervenciones, Matiullah cambi¨® de parecer. Seg¨²n el informe, el convoy pudo continuar sin pagar.
Reconstrucci¨®n con malentendidos
Pese a las mejores intenciones de ayudar en la reconstrucci¨®n de puentes, embalses o escuelas, los equipos provinciales se enfrentan a problemas, desde la corrupci¨®n a los malentendidos por diferencias culturales. Una serie de informes, desde 2005 a 2008, refleja las frustraciones de uno de estos equipos asignado en la provincia de Patria.
El 28 de noviembre de 2006, el documento relata el entusiasmo de la funcionaria estadounidense para asuntos civiles durante la inauguraci¨®n de un nuevo orfanato, construido con dinero del Ej¨¦rcito de EE UU. El equipo entreg¨® mantas, chaquetas, bufandas y juguetes. El gobernador dio dinero de su propio bolsillo. "Todos los discursos fueron muy positivos", conclu¨ªa el texto.
El 20 de diciembre de ese a?o, otro informe da cuenta de la visita del equipo al orfanato. "Encontramos muy pocos hu¨¦rfanos viviendo all¨ª, y no pudimos encontrar la mayor¨ªa de la ayuda humanitaria que les entregamos", describe. El equipo plante¨® el tema al gobernador de la provincia, que dijo que tambi¨¦n estaba preocupado y sospechaba que el dinero entregado no hab¨ªa llegado a los ni?os. ?l mismo visit¨® el centro y se encontr¨® con que s¨®lo hab¨ªa 30 ni?os, cuando seg¨²n el director, hab¨ªa 102.
Casi un a?o despu¨¦s, el 16 de octubre de 2007, el equipo estadounidense volvi¨® a visitar el centro. "En estos momentos no hay hu¨¦rfanos debido a las vacaciones", dice el informe, con una nota: se definen como hu¨¦rfanos aquellos ni?os sin padre, pero muchos tienen a¨²n madre y una estructura familiar que los atienden durante las vacaciones.
Muertes de civiles
Incidente a incidente, los informes muestran las m¨²ltiples formas en las que acaban muertos civiles: bombardeos, tiroteos en carreteras o pueblos, malentendidos, fuegos cruzados o por acercarse demasiado a puestos de control. En la mayor¨ªa de las veces, no se inform¨® p¨²blicamente de estos casos.
Uno de los errores m¨¢s sangrientos por un bombardeo, que s¨ª se conoci¨®, fue este en la provincia de Kunduz. El informe, del 3 de septiembre de 2009, describe el robo de dos camiones de combustible por un n¨²mero desconocido de insurgentes, y c¨®mo estos planeaban cruzar el r¨ªo Kunduz con su bot¨ªn. Era de noche, y el cruce no estaba iluminado. El equipo que controla los ataques "observ¨® el r¨ªo e inform¨® de que hab¨ªa descubierto los camiones, as¨ª como hasta 70 insurgente". Los camiones estaban atascados en el barro.
Seg¨²n el informe, el comandante alem¨¢n, "tras asegurar que no hab¨ªa civiles en la vecindad", "autoriz¨® un ataque a¨¦reo". Un F-15 lanz¨® dos bombas guiadas de m¨¢s de 200 kilogramos. Seg¨²n el informe inicial, murieron 56 insurgentes y otros 14 huyeron, mientras que los camiones resultaron destruidos.
Pero esta informaci¨®n era err¨®nea: los camiones hab¨ªan sido abandonados, y una multitud de civiles se encontraba alrededor, cogiendo combustible. No se explica c¨®mo los militares llegaron a la conclusi¨®n de que no hab¨ªa civiles en el ¨¢rea.
Tambi¨¦n se recogen incidentes menores, pero que generan el distanciamiento creciente de la poblaci¨®n contra las tropas extranjeras. Como los disparos a un hombre sordomudo que hu¨ªa de un control en la provincia de Paktika. El documento, del 21 de marzo de 2007, describe c¨®mo miembros de una unidad paramilitar de la CIA dispararon en la pierna a un hombre que empez¨® a correr al ver su convoy. Primero le gritaron, despu¨¦s dispararon tiros de advertencia, y finalmente le hirieron, siguiendo el procedimiento militar. El hombre, Shum Khan, huy¨® por nerviosismo y miedo, y fue incapaz de o¨ªr las advertencias. La unidad le entreg¨® provisiones para compensarle.
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