"Fuimos a Leh para ayudar"

Paula Almansa y Rebeca Ba?¨®n, dos madrile?as, iban en un jeep camino a Leh desde Srinagar, la capital de Yamu y Cachimira, cuando las sorprendi¨® el aguacero que azot¨® la zona el viernes antepasado. Un viaje que toma normalmente dos d¨ªas, se convirti¨® en uno de cinco. "Lo peor era la incertidumbre de no saber lo que iba a pasar, nadie nos pod¨ªa decir nada, m¨¢s que en Leh hab¨ªa muchos problemas por las inundaciones", cuentan.

Las opciones eran dar media vuelta y volver a Srinagar para coger un avi¨®n a otro lugar de India, o ir intentar ir a Leh a pesar de las dificultades, como el lodo o los puentes rotos. "Preferimos ir a Leh porque pens¨¢bamos que all¨ª podr¨ªamos ayudar en algo", cuenta Almansa.

Su traves¨ªa no fue f¨¢cil. Se quedaron sin agua y comida por unas 30 horas, aunque luego consiguieron unas gaseosas y galletas. Tuvieron que dormir un d¨ªa en el coche y despu¨¦s encontraron un camping, donde se unieron a un grupo de turistas franceses. Dicen que sintieron el riesgo de que cayeran las piedras de los acantilados. En algunas partes fueron llevadas por camiones del ej¨¦rcito, pero en otras tuvieron que caminar por el barro.

La entrada a Leh fue muy dura: "Camin¨¢bamos por el barro y lo m¨¢s probable es que debajo de nuestros pies hubieran cuerpos sepultados por la riada", dice Almansa. Quedaron impresionadas de ver que el lodo lo cubre todo.

Dicen que todos los extranjeros que estaban en Leh estaban ayudando de alguna forma. Ellas ayudaron recabando dinero y medicina de los turistas que se iban, fueron a tomar fotograf¨ªas a la zona del desastre para que las ONG locales las tuvieran documentaci¨®n del desastre y entregaron dos maletas que tra¨ªan ya de Espa?a con ayuda. "Fue muy bueno, porque ten¨ªan justamente material de curaci¨®n", explica Ba?¨®n.

Las j¨®venes dicen que les llam¨® mucho la atenci¨®n la solidaridad de la gente. "Se est¨¢n ayudando unos a otros aunque lo hayan perdido todo".

Ahora ellas se sienten responsables de ser "la voz de los que se quedaron ah¨ª". Por ello Almansa tiene un blog y aseguran que en Espa?a dar¨¢n a conocer las historias de vida con las que se encontraron.

"Nos marchamos con la sensaci¨®n de que tenemos que hacer algo. No podemos volver a casa como si se hubiera tratado de un sue?o y no mirar mas atr¨¢s. Todos los que dejamos atr¨¢s tienen un futuro incierto".

La antes id¨ªlica ciudad de Leh vive del turismo. Los viajeros se van de ah¨ª, pero "los que quedan vivos ahora se enfrentar¨¢n una crisis muy dura. Viene un invierno muy duro, que les pillar¨¢ con las casas destruidas y sin ingresos". En Leh falta de todo. Incluso material para desenterrar las casas, como picos y palas.

Tambi¨¦n aseguran que los representantes de la embajada espa?ola desplazados a Leh fueron un "s¨²per apoyo", que les hicieron sentir "acompa?adas y seguras". Aunque fueron todo lo persuasivos posible para que salieran de Leh. Y cuando lo quisieron hacer les ayudaron a conseguir los billetes de avi¨®n.

Almansa y Ba?¨®n llegaron ayer (s¨¢bado) a Delhi y continuaron con su viaje en India hacia el norte, otra vez. Ahora Manali, una estaci¨®n de monta?a que no est¨¢ devastada.