Pi?era pide a la Iglesia chilena que medie con los mapuches
Los comuneros ind¨ªgenas han logrado que les apoye parte de la sociedad
Los 34 comuneros mapuches presos en c¨¢rceles del sur de Chile cumplen hoy 66 d¨ªas en huelga de hambre con la exigencia de un trato no discriminatorio y de dialogar con el Gobierno del presidente Sebasti¨¢n Pi?era. La Moneda, sin embargo, se niega a reunirse con ellos mientras persista el movimiento de protesta. Los mapuches ?el mayor pueblo originario del pa¨ªs? cuentan con el apoyo de sus comunidades rurales, de cuatro diputados que presionan con una huelga de hambre propia, de dirigentes estudiantiles, artistas, familiares de v¨ªctimas de la dictadura y de movilizaciones diarias en las principales ciudades. Con el ayuno, los indios anticiparon su rechazo a las reformas de la ley antiterrorista que ayer votaba el Senado, legislaci¨®n que les aplicaron para procesarlos.
El conflicto se ha transformado en el mayor problema pol¨ªtico que ha enfrentado el Gobierno de derechas en sus seis meses de administraci¨®n y amenaza con empa?ar la celebraci¨®n del Bicentenario de Chile esta semana. Pi?era llam¨® a los mapuches "que en el pasado atentaron contra las vidas de otros y que hoy lo hacen contra las suyas" a deponer la huelga y responsabiliz¨® de las causas de la protesta a los Gobiernos anteriores. La Administraci¨®n ha informado a los partidos de la derecha de que, si llegara a ser necesario, los comuneros ser¨¢n alimentados a la fuerza.
Con el fin de no dar muestras de debilidad, que podr¨ªan extender este tipo de protestas a otros sectores, el Ejecutivo se ha negado al di¨¢logo directo con los ind¨ªgenas. La estrategia de La Moneda se concentr¨® en reformar la ley antiterrorista, que permite el uso por parte de la fiscal¨ªa de testigos encubiertos secretos y duplica las penas a los condenados, y restringir la aplicaci¨®n de la justicia militar. Pero los mapuches consideran insuficientes y un "maquillaje" las modificaciones y, en el parlamento, la oposici¨®n de centroizquierda pedir¨¢ m¨¢s cambios. Los cambios no son "ninguna soluci¨®n para nosotros", afirm¨® Mauricio Huaiquilao, uno de los huelguistas.
A medida que la huelga de hambre ha concitado m¨¢s respaldo, como reflejan las encuestas, La Moneda ha comenzado lentamente a ceder. Despu¨¦s de que el Gobierno pidiera a la Iglesia cat¨®lica que mediara, el arzobispo de Concepci¨®n, Ricardo Ezzati, ?que visit¨® primero a los mapuches en huelga de hambre en esta ciudad para escuchar sus demandas? acudi¨® ayer a una reuni¨®n con dos de los hombres clave del Ejecutivo en este tema, los ministros del Interior, Rodrigo Hinzpeter, y de la Presidencia, Cristi¨¢n Larroulet, para intentar tender un puente.
Los comuneros en huelga de hambre, procesados o condenados durante los Gobiernos de la Concertaci¨®n por ataques incendiarios a propiedades, bosques y un autob¨²s, as¨ª como un atentado contra un fiscal, sostienen que han realizado protestas sociales y pol¨ªticas para recuperar las tierras de las que fueron despojados en el pasado, primero por los espa?oles y despu¨¦s por los chilenos. La tierra es la base de la cultura de este pueblo, cuyo nombre mapuche significa "gente de la tierra", aunque la mayor¨ªa de ellos vive hoy en ciudades.
Los mapuches rechazan haber cometido actos terroristas y por ello la aplicaci¨®n de una ley de la dictadura, modificada por la Concertaci¨®n e invocada durante ese periodo. Los organismos internacionales de derechos humanos han criticado tambi¨¦n el uso de esta legislaci¨®n especial contra movilizaciones o protestas ind¨ªgenas.
Hasta ahora, el ayuno de los 34 mapuches ha sido l¨ªquido, lo que aumenta su capacidad de resistencia a la falta de alimentos. Los indios que est¨¢n en huelga de hambre en la c¨¢rcel de Temuco, 700 kil¨®metros al sur de Santiago, han perdido entre 11,5 y 18,5 kilos de peso y presentan s¨ªntomas como mayor lentitud al hablar, seg¨²n el m¨¦dico Eduardo Catrileo que los visit¨®.
La preocupaci¨®n de La Moneda de que la presi¨®n mediante este m¨¦todo se extienda a otros sectores pareci¨® concretarse ayer con el anuncio del inicio de una huelga de hambre por parte de nueve militares, entre ellos un general. Todos son ex agentes de organismos represivos, condenados por cr¨ªmenes contra opositores en la dictadura de Pinochet (1973-1990), y pidieron la libertad de suboficiales y civiles presos por violaciones a los derechos humanos. Pero la visita del general del Ej¨¦rcito Marco L¨®pez, a cargo de pensiones y beneficios de los militares, desactiv¨® el movimiento apenas una hora despu¨¦s de su comienzo. Los condenados, que est¨¢n en c¨¢rceles c¨®modas, bien alimentados y cuyas sentencias han sido rebajadas por el tiempo transcurrido desde sus cr¨ªmenes, solo se perdieron un desayuno.
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