Los militares plantan a la esposa del presidente turco por llevar el velo isl¨¢mico
Los generales boicotean la recepci¨®n presidencial de la Fiesta Nacional en Ankara
Ni siquiera la Fiesta Nacional consigui¨® limar las asperezas entre el Ej¨¦rcito y el Gobierno turco. Este viernes se cumplieron 87 a?os de la fundaci¨®n de la Rep¨²blica de Turqu¨ªa y todas las quinielas apuntaban a un desplante de los generales. Las apuestas comenzaron la semana pasada, tras el anuncio de un cambio en el protocolo del acto central del d¨ªa. Por primera vez, el presidente Abdulah G¨¹l recibir¨ªa a los representantes de las Fuerzas Armadas en el palacio presidencial acompa?ado por su mujer, que se cubre con el velo isl¨¢mico.
La iniciativa, motivada por la reciente apertura en el debate sobre el uso del velo, fue vista como una provocaci¨®n por el estamento militar, autoproclamado guardi¨¢n de la laicidad del Estado, que decidi¨® no solo no asistir, sino organizar su propia ceremonia. As¨ª, mientras G¨¹l recib¨ªa a sus invitados, el jefe de las Fuerzas Armadas, el General Isik Kosaner y su mujer hac¨ªan lo propio en otro punto de Ankara.
El tocado de la Primera Dama, ha sido un motivo de confrontaci¨®n entre el Gobierno y los militares desde la llegada de G¨¹l a la presidencia, hace tres a?os. Hasta la fecha, la Casa Presidencial organizaba dos recepciones el d¨ªa de la fiesta nacional. Una para los representantes de las fuerzas sociales -ONG, intelectuales y artistas- auspiciada por G¨¹l y su mujer, y otra en la que el presidente recib¨ªa solo a los generales y a las principales fuerzas pol¨ªticas.
En Turqu¨ªa, un pa¨ªs musulm¨¢n en un Estado laico, usar velo en los edificios p¨²blicos como universidades, colegios o ayuntamientos est¨¢ prohibido desde 1997. En ese a?o, el Tribunal Constitucional estableci¨® como contrario al principio de laicidad el uso de s¨ªmbolos religiosos en dichos lugares. Aunque, seg¨²n explica el columnista del diario "Hurriyet" Mustaf¨¢ Akyol "la Constituci¨®n turca no proh¨ªbe a la mujer llevar velo", la medida ocasion¨® el despido fulminante de cientos de funcionarias que se opusieron a quitarse el pa?uelo de la cabeza.
"Los primeros a?os de la prohibici¨®n fueron los m¨¢s duros", explica Fatma Benli, propietaria de un bufete de abogados en Estambul, cuyos cabellos est¨¢n cubiertos, al igual que los de la Primera Dama, por un pa?uelo isl¨¢mico. Cuenta, mientras bebe t¨¦ en su despacho, que para acabar la universidad tuvo que recurrir a artima?as como esconder el velo bajo una peluca. "Ahora la situaci¨®n est¨¢ m¨¢s calmada, incluso puedes ver chicas con velo en las universidades y en algunos ayuntamientos gobernados por el partido del Gobierno (islamista moderado)." explica.
Por su parte, el Partido Republicano del Pueblo (CHP), principal partido opositor laico al actual Gobierno, se muestra cada vez m¨¢s conciliador en cuanto al uso del velo en las universidades. Una estrategia que para muchos responde m¨¢s a la b¨²squeda de votantes que a un cambio en sus convicciones. Ayer su l¨ªder, Ahmet Kiridaroglu, tampoco acudi¨® a la recepci¨®n del presidente, dejando claro que a pesar de la reciente apertura, su postura respecto a las representantes del Estado -en este caso la Primera Dama- sigue invariable.
Organizaciones sociales y fuerzas pol¨ªticas est¨¢n cada vez m¨¢s de acuerdo en la necesidad de un cambio, pero no en su alcance. Adem¨¢s, el Constitucional ha bloqueado hasta la fecha todos los intentos por levantar la prohibici¨®n. El ¨²ltimo en 2008, cuando el Parlamento turco vot¨® la liberalizaci¨®n de su uso en las universidades. Por eso, a d¨ªa de hoy, el velo le sigue impidiendo a Fatma Benli entrar en un tribunal y a la Primera Dama estrechar la mano a un general el d¨ªa de la Rep¨²blica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.