Chile, tras la epopeya del salvamento de los mineros
La naci¨®n andina consigue el m¨¢ximo respaldo de la opini¨®n p¨²blica internacional
Algo a rega?adientes, los chilenos comienzan a despertar de la epopeya del rescate de los 33 mineros desde el subsuelo, que llev¨® el pa¨ªs al epicentro informativo mundial como no estaba desde hace 37 a?os, con el golpe militar del 11 de septiembre de 1973, el bombardeo del Palacio de La Moneda y la muerte del presidente Salvador Allende. Las apariciones en prensa y televisi¨®n de los mineros, que coparon la agenda durante semanas, se tornan espor¨¢dicas y, mientras los chilenos quieren sentirse part¨ªcipes de la haza?a, los problemas reaparecen en escena y sus protagonistas piden el mismo alto est¨¢ndar de soluci¨®n del rescate, pero para la reconstrucci¨®n tras el terremoto y tsunami de febrero pasado, y la mejor¨ªa de las precarias condiciones laborales de muchos trabajadores.
El presidente Sebasti¨¢n Pi?era lleg¨® al punto m¨¢s alto en las encuestas despu¨¦s del salvamento. La aprobaci¨®n de su gesti¨®n alcanz¨® el 65%, seis puntos por debajo de la del Gobierno (71%), seg¨²n un sondeo telef¨®nico del diario La Tercera. La econom¨ªa navega con su velamen desplegado, con una perspectiva de crecimiento del PIB levemente superior al 5% para 2010 y del 6% en 2011, impulsada por un alto precio del cobre, mientras el desempleo (8%) retorn¨® al nivel previo a la crisis global de 2008.
La cobertura mundial del rescate en la prensa, portales de Internet y televisi¨®n, equivalente a un valor de 1.719 millones de euros, hizo a Chile "m¨¢s respetado que nunca en la historia por la opini¨®n p¨²blica internacional", por la eficiencia, liderazgo pol¨ªtico y solidaridad demostrados, seg¨²n sostiene la Fundaci¨®n Imagen Pa¨ªs. Pero terminado el salvamento surgen los riesgos, entre ellos, el de que haya un nuevo accidente, que los mineros desperdicien su gloria y que ocurra una sobreexplotaci¨®n del tema, agrega. La mayor visibilidad de Chile puede hacer tambi¨¦n m¨¢s notorios otros problemas, concluye el an¨¢lisis de esta fundaci¨®n, dedicada a promover la imagen del pa¨ªs en el exterior.
Por el ¨¦xito del rescate, La Moneda recibir¨¢ "un mayor escrutinio en sus tareas de reconstrucci¨®n", anticipa en su blog el analista Patricio Navia. "Habiendo dejado la vara tan alta con el rescate, la lentitud en la reconstrucci¨®n y el descontento de las v¨ªctimas ser¨¢n un dolor de cabeza constante para el Gobierno".
Empiezan a advertirse los primeros s¨ªntomas de malestar. Miles de damnificados que perdieron sus viviendas por el se¨ªsmo o maremoto habitan hoy en casas de emergencia de madera llamadas mediaguas, que carecen de ba?o. La oposici¨®n acusa al Gobierno de lentitud y quiere convocar a la ministra de Vivienda, Magdalena Matte, para que comparezca a dar explicaciones ante el Parlamento.
Para el soci¨®logo Mauricio Rodr¨ªguez, de Alcal¨¢ Consultores, despu¨¦s del rescate quedan dos pa¨ªses, uno televisado y otro no televisado, tal como ha ocurrido en los ¨²ltimos a?os en Chile. El primero es "para masas que gozan imaginando que forman parte de ¨¦l, consumidores de eventos emocionantes y ef¨ªmeros, cuya satisfacci¨®n depende de una sucesi¨®n de experiencias fuertes", dice, como fueron en 2010 las elecciones, el terremoto, el Mundial de f¨²tbol, la celebraci¨®n del Bicentenario y la liberaci¨®n de los mineros.
Pero en el pa¨ªs no televisado, "esas mismas masas experimentan inseguridad laboral, ciudadana y vital" y son una "sociedad excluida u oculta tras las bambalinas, connotada como un problema y no como una oportunidad", se?ala Rodr¨ªguez, que realiza estudios cualitativos sobre la sociedad chilena.
Un ejemplo es lo que ha ocurrido con las cuatro semanas de huelga de los trabajadores de Farmacias Ahumada, que tiene locales en todo el pa¨ªs. Los trabajadores han denunciado tener sueldos base equivalentes a 40 euros mensuales, y que pese a sus movilizaciones casi no han logrado que su conflicto aparezca en la gran prensa ni en televisi¨®n. Otro caso es de los compa?eros de los mineros atrapados, que hace pocos d¨ªas protestaron porque con la empresa en quiebra todav¨ªa no reciben el dinero de sus finiquitos. "No somos 33, somos 300", dec¨ªa una de las pancartas que llevaban.
El feliz rescate de los 33 deja "un pa¨ªs m¨¢s euf¨®rico, circunstancialmente emocionado y orgulloso de lo que cree ser, tan contradictorio como siempre y reincidente en su man¨ªa de exhibir la parte luminosa de su rostro, donde no se ven las peligrosas manchas que afloran en su piel", afirma Rodr¨ªguez.
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