Colecta de votos contra reloj para superar la moci¨®n de censura en Italia

La maquinaria de Silvio Berlusconi se ha puesto a trabajar para intentar ara?ar 10 votos con los que rechazar la moci¨®n de censura a la que se tendr¨¢ que enfrentar el pr¨®ximo d¨ªa 14 de diciembre en el Congreso, y que determinar¨¢ el futuro de su Ejecutivo. El primer ministro tiene tambi¨¦n pendiente una moci¨®n de confianza en el Senado -donde tiene garantizada la mayor¨ªa- presentada por sus propios partidarios como respuesta a la censura en la C¨¢mara de diputados. Berlusconi ha hablado hoy, despu¨¦s de una semana de mutismo, de la votaci¨®n en la C¨¢mara baja y ha dicho que no cree que la iniciativa de la oposici¨®n -el Partido Dem¨®crata (PD) y la Italia de los Valores (IDV)- prospere. De paso, aprovech¨® para arremeter contra sus enemigos pol¨ªticos:

"S¨®lo con una absoluta irresponsabilidad se pod¨ªa poner en crisis a un Gobierno que hasta hace poco era el m¨¢s s¨®lido y el mejor situado en Europa, con 100 diputados de mayor¨ªa y 3 a?os de legislatura todav¨ªa por delante", ha asegurado.

"Era justo lo que ped¨ªa", comenta Berlusconi, seg¨²n la prensa italiana, que cita fuentes cercanas al primer ministro, sobre la decisi¨®n del presidente de la Rep¨²blica, Giorgio Napolitano, de someter su Gobierno al voto de confianza. Un d¨ªa antes, Il Cavaliere se dirigir¨¢ a las C¨¢maras, en un intento de convencer a diputados, senadores y a la opini¨®n p¨²blica, cada segundo m¨¢s crispada y asqueada.

El primer ministro confirma con esta idea su l¨ªnea: o cosecha la mayor¨ªa en el Parlamento o se convocan elecciones. En su razonamiento no hay espacio ni para dimisiones espont¨¢neas ni para Ejecutivos t¨¦cnicos o de uni¨®n nacional. La Liga Norte sigue firme a su lado.

La fecha impuesta por Napolitano levant¨® ampollas en las filas de la oposici¨®n, que pidi¨® aprobar los Presupuestos a finales de noviembre, como ¨²ltimo acto de una mayor¨ªa que ya es un fantasma, para pasar enseguida al voto de confianza. "Hay 15 d¨ªas de m¨¢s de m¨¢s", coment¨® Pier Luigi Bersani, l¨ªder del Partido Democr¨¢tico, de centro izquierda.

"No entiendo por qu¨¦ hay que aguantar tanto tiempo con la escusa de la Ley de Estabilidad Econ¨®mica", precis¨® Bersani, que quiere disolver el Gabinete de Berlusconi para formar un Ejecutivo "de transici¨®n". "Un mes es demasiado tiempo para la compra-venta parlamentaria", le secunda Antonio Di Pietro, de la Italia de los Valores.

Abierta la temporada de caza

Un mes es lo que tienen los hombres del primer ministro para recuperar a los tr¨¢nsfugas o para conquistar a nuevos adeptos entre las fuerzas cat¨®licas o regionales, nunca antes tan cortejadas por ambos bandos. Cada voto es un tesoro. En el Congreso, el PDL de Il Cavaliere necesita controlar por lo menos a 10 diputados m¨¢s. Si antes custodiaba un patrimonio de 344 votos, contando a los representantes de la Liga Norte, sin Futuro y Libertad (el nuevo partido de Fini) tiene cerca de 305. La mayor¨ªa est¨¢ situada en 315.

En el Senado mantendr¨ªa una superioridad ajustada, pero suficiente para aprobar la moci¨®n de confianza presentada por sus partidarios. Sin embargo, los n¨²meros parecen extra?amente opinables, en esta fase. Se transforman seg¨²n qui¨¦n haga las cuentas y representan el problema m¨¢s espinoso. Tanto de Berlusconi como de Fini.

El 'D-Day' de Berlusconi

Contando con los dedos, haciendo y deshaciendo hip¨®tesis de coaliciones y dando los primeros -encubiertos- pasos de campa?a electoral, se consuma hoy la pol¨ªtica transalpina. Italia respira un clima de calma aparente, que espera un temporal de los buenos. Berlusconi mantiene un perfil bajo desde hace una semana y hasta hoy ha preferido hablar por boca de sus colaboradores.

Fue Paolo Bonaiuti, su portavoz, quien anunci¨® que "el presidente no va a dirigirse al pa¨ªs, antes de presentarse en el Parlamento, el 13 de diciembre". Hasta la cita televisiva de esta noche en el Canale 5 ha quedado aplazada al 14 de diciembre. Ese d¨ªa ser¨¢ el momento de la verdad para Berlusconi. No s¨®lo porque probablemente va a perder de manera oficial la confianza de al menos una de las dos C¨¢maras del Parlamento.

El mismo d¨ªa va a llegar otra importante sentencia que pende sobre su cabeza: los jueces del Tribunal Constitucional van a establecer si el escudo que hasta ahora le ha permitido esquivar los juicios en su contra viola la Constituci¨®n. Una suerte de D-Day, que decide sobre su carrera pol¨ªtica y su conducta de empresario.