"Tendremos que ser conscientes de lo que est¨¢ en juego cuando uno se sienta delante de un funcionario de EE UU"
Ex diplom¨¢ticos espa?oles celebran que salgan a la luz 250.000 documentos secretos de la mayor potencia del mundo
No hay nada que temer. A pesar de que el abogado del Departamento de Estado, Harold Koh, advirti¨® de que la publicaci¨®n de 250.000 secretos diplom¨¢ticos pondr¨ªan en peligro la vida de incontables individuos inocentes; y a pesar de que la Casa Blanca emiti¨® un comunicado en el que se dec¨ªa que Wikileaks iba a poner en riesgo no solo "la causa de los derechos humanos sino tambi¨¦n las vidas y el trabajo de muchos individuos", los ex diplom¨¢ticos espa?oles consultados creen que solo hay motivos para celebrar la filtraci¨®n.
M¨¢ximo Cajal, diplom¨¢tico retirado que ejerci¨® durante 35 a?os su oficio, cree que la Casa Blanca, solo trata de "eludir las muchas responsabilidades que en este tema tiene la Administraci¨®n Obama, aunque algunas de ellas sean sobrevenidas". "Adem¨¢s, con esas cr¨ªticas solo se pretende matar al mensajero". En cuanto a lo que concierne a Espa?a, Cajal opina que se deber¨ªan extraer algunas lecciones. "Estos documentos ponen al desnudo las presiones confesables y algunas inconfesables a los que est¨¢n sometidos los llamados pa¨ªses aliados. Los llamados pa¨ªses aliados tendremos que ser m¨¢s cautos. El jefe de Estado, los ministros, la magistratura, los fiscales... En el futuro tendremos que ser conscientes de lo que est¨¢ en juego cuando uno se sienta delante de un funcionario de EE UU. No se trata solo de que puedan aparecer sus manifestaciones publicadas, como ha ocurrido, sino de que uno puede verse sometido a presiones. Hay que ser cauteloso con lo que se dice y con lo que se escucha, porque muchas veces compromete m¨¢s lo que se escucha que lo que se dice".
A Cajal le habr¨ªa gustado que una especie de Wikileaks hubiera revelado documentos confidenciales cuando ¨¦l presid¨ªa la delegaci¨®n espa?ola en las negaciones para la renovaci¨®n del convenio de Defensa (1986-88) con Estados Unidos. En aquella ¨¦poca algunos peri¨®dicos llegaron a publicar que ¨¦l era comunista. "Habr¨ªa sido interesante ver hasta qu¨¦ punto hab¨ªa una campa?a de intoxicaci¨®n por parte de la embajada o de los servicios norteamericanos".
Por su parte, Fernando Schwartz, quien trabaj¨® 25 a?os como diplom¨¢tico, cree que los documentos filtrados ofrecen, hasta el momento, pocas razones para preocuparse. "Lo que ha trascendido concuerda con lo que ha sido siempre la pr¨¢ctica de la diplomacia. Pero como Estados Unidos es una primera potencia, los efectos de sus embajadas son mucho m¨¢s estrepitosos. ?Qu¨¦ va a pensar el Departamento de Estado de Zapatero? Pues que es un izquierdista. ?Trasnochado? Pues es solo una forma de interpretarlo. Despu¨¦s, algunos de los secretarios de Estado espa?oles resistieron la presi¨®n y eso les deja bien parados. La frontera entre la diplomacia y el espionaje es muy delgada. Y entre la presi¨®n y el asesoramiento, a¨²n m¨¢s fina. Pero siempre ha sido as¨ª. La obligaci¨®n de una embajada es informar y servir a su Gobierno".
Schwartz cree que si estos documentos dejan algo en claro es la distancia abismal que separa a la diplomacia estadounidense de la espa?ola en cuanto a medios y recursos. "Cuando yo estaba de c¨®nsul en Londres a finales de los sesenta, ten¨ªamos un agregado militar que no sab¨ªa ingl¨¦s. Y su segundo tampoco lo hablaba. El agregado le dec¨ªa a su segundo que fuera al Ministerio de Defensa brit¨¢nico a ver si consegu¨ªa enterarse de algo. El otro se resist¨ªa: 'Si yo no hablo ingl¨¦s...'. Y el agregado militar le dec¨ªa: 'T¨² vete por los pasillos de all¨ª, ya ver¨¢s como te enteras de algo...".
Schwartz no cree que la filtraci¨®n de 250.000 documentos vaya a cambiar el sistema de las relaciones internacionales, ni siquiera el modo de proceder de los diplom¨¢ticos estadounidenses. "De aqu¨ª en adelante ser¨¢n m¨¢s cuidadosos a la hora de contar sus impresiones. Tal vez ir¨¢n a Washington y lo que tengan que contar lo har¨¢n al o¨ªdo de alguien. Pero hasta el momento, ha salido poquita cosa. Y all¨¢ donde violen la ley los diplom¨¢ticos, ser¨¢n los propios tribunales estadounidenses los que los juzguen y les den en los nudillos".
El eurodiputado socialista Emilio Men¨¦ndez, quien ejerci¨® de embajador en Italia y en Jordania, cree que son exageradas las afirmaciones de la Casa Blanca y que conviene quitarle drama al asunto. "Dec¨ªa ayer Timothy Garton Ash que esta filtraci¨®n es un fest¨ªn para los historiadores y una pesadilla los diplom¨¢ticos. Yo creo que puede ser una pesadilla para algunos diplom¨¢ticos estadounidenses. Pero no para los de un pa¨ªs de nivel medio como Espa?a. Porque nosotros no entramos en ese juego de presionar. En Jordania, all¨¢ por 1985, a m¨ª me toc¨® ejercer una funci¨®n de lobby cuando establecimos relaciones diplom¨¢ticas con Israel. Me pidieron por telegrama que sondeara al ministro de Exteriores jordano a ver qu¨¦ le parec¨ªa nuestra decisi¨®n. Y ¨¦l me dijo que no le sorprend¨ªa porque ya se lo ven¨ªa yo anunciando desde hace un a?o. Mi esfuerzo se centr¨® en convencer a la sociedad civil, en invitar a la embajada a las asociaciones de universitarios, a los grupos de analistas... Pero no hab¨ªa nada de oscuro en todo aquello".
Sin embargo, en estos documentos los diplom¨¢ticos ejercen claras funciones de espionaje. "A los americanos se les orden¨® tontamente hacerse con los datos de las tarjetas de cr¨¦dito de los funcionarios de la ONU; eso es una labor de espionaje. Pero tambi¨¦n es verdad que no se trata de matar a la madre de no s¨¦ qui¨¦n. Tal vez, los diplom¨¢ticos de EE UU pasar¨¢n durante un tiempo por un camino que no ser¨¢ de rosa. Pero yo creo que al final las instituciones saldr¨¢n fortalecidas", justifica Men¨¦ndez.
Los tres ex diplom¨¢ticos coinciden en se?alar que lo m¨¢s grave de lo revelado hasta el momento han sido las presiones sobre la justicia en el caso Couso. "La familia de Couso tiene que estar dando saltos de alegr¨ªa", se?ala Schwartz . "Porque hubo un intento deliberado de tapar el asunto y eso demuestra que realmente Estados Unidos sab¨ªa que hab¨ªa motivos para taparlo".
M¨¢ximo Cajal recomienda seguir leyendo los documentos. "A ver si sale alguna perla...".
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