Vladimir Putin o la Rusia que vuelve
Desde un punto de vista geopol¨ªtico la Rusia del primer ministro Vladimir Putin -del que nadie duda que es el poder no detr¨¢s sino delante del trono que ocupa el presidente Dimitri Medvedev- est¨¢ volviendo. Sigue siendo como en los tiempos del presunto duopolio Estados Unidos-Uni¨®n Sovi¨¦tica, la segunda potencia nuclear del planeta, y si no busca motivos de fricci¨®n con Washington tampoco deja de mostrar su independencia cuando le parece conveniente.
En el conflicto con Ir¨¢n por la bomba nuclear Mosc¨² se ha alineado con Occidente aprobando el ¨²ltimo plan de sanciones econ¨®micas, pero antes hab¨ªa procurado -como China- moderarlo todo lo posible, casi como para garantizar su semi-inutilidad; pero cuando se tocan sus intereses fundamentales, la vecina Georgia con veleidades de ingreso en la OTAN y la protecci¨®n de los secesionistas pro-rusos de una parte del pa¨ªs, no vacila y barre a las d¨¦biles fuerzas georgianas -que cometieron el error de atacar primero- le guste o no a Washington que ten¨ªa al pa¨ªs cauc¨¢sico como un feudo virtual. Tras la cumbre de Lisboa, en noviembre de 2010, en la que se acordaba un tipo de pertenencia (casi a la carta) pero sin integraci¨®n formal de Rusia en la organizaci¨®n, puede decirse ya que Georgia no ingresar¨¢ jam¨¢s sin el permiso de Mosc¨², y que la barrera de missiles pensados como defensa contra las eventuales exuberancias nucleares de Ir¨¢n -que ya concibi¨® Bush II y el presidente Obama rebaj¨® de ambici¨®n- solo se levantar¨¢ como Rusia quiera.
Los cables del Departamento de Estado que, no sin chispa, califican a la pareja Putin-Medvedev de 'Batman y Robin', critican la mala calidad de la democracia en Rusia, donde hay partidos y unas elecciones que no tienen ni siquiera la necesidad de ser fraudulentas porque gana siempre el poder tanto porque domina los medios de comunicaci¨®n como porque Putin ha sabido devolver a la op¨¬ni¨®n parte del orgullo de gran potencia que fue sovi¨¦tico. Y lo que esos cables encuentran peor es la falta de transparencia de la econom¨ªa, particularmente de su sector energ¨¦tico. Un despacho cita el caso de Transneft, la empresa estatal de transporte de gas y crudo, que se dice que ha donado en los ¨²ltimos dos a?os m¨¢s de 400 millones de euros para caridades, pero se desconoce cu¨¢les, en qu¨¦ proporci¨®n, y con que desgravaciones y beneficios. Amargamente el autor del cable suspira: "As¨ª no puede funcionar el capitalismo".
Putin no pod¨ªa presentarse por razones constitucionales a un tercer mandato y Medvedev se presume que le est¨¢ guardando el sill¨®n para un pr¨®ximo periodo. Seguramente no es eficacia el t¨¦rmino que cabe aplicar al funcionamiento del Estado ruso, pero no cabe duda de que hay un nuevo 'padrecito' al frente de todas las Rusias que a favor de la moderna tecnolog¨ªa re¨²ne mucho m¨¢s poderes de los que jam¨¢s tuvo ning¨²n zar y que, con todas las corrupciones como garant¨ªa de lealtades, no deja de poseer un sentido patri¨®tico de fondo. La Rusia de Putin, tanto o m¨¢s que China, aspira a una posici¨®n soberana en el mundo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.