Londres y Washington, a la gre?a en 2008 por los vuelos de espionaje
Al Gobierno de Gordon Brown le preocupaba que la informaci¨®n recogida usando sus bases se utilizara para violar los derechos humanos
Los Gobiernos de Reino Unido y Estados Unidos protagonizaron un agrio enfrentamiento en la primavera de 2008 por el uso de bases brit¨¢nicas por aviones esp¨ªa norteamericanos. La pol¨¦mica, hasta ahora desconocida, afectaba sobre todo al uso de una base brit¨¢nica en Chipre para vuelos de espionaje a bases del grupo chi¨ª liban¨¦s Hezbol¨¢ con el objeto de facilitar informaci¨®n al Gobierno del L¨ªbano. El Gobierno de Gordon Brown quiso endurecer las condiciones para el uso de esa base en ese tipo de operaciones por temor a que se repitiera la pol¨¦mica que se hab¨ªa suscitado apenas unas semanas antes, cuando se supo que Washington hab¨ªa utilizado la base norteamericana de Diego Garc¨ªa -una isla coralina del Oc¨¦ano ?ndico que es territorio brit¨¢nico- en vuelos que transportaban sospechosos de terrorismo entregados a o detenidos en terceros pa¨ªses, las llamadas rendiciones extraordinarias.
La pol¨¦mica alcanz¨® momentos de una tensi¨®n casi inaudita entre estos dos firmes aliados, como reflejan los cables secretos 150435, 151135, 153879 y 154713 enviados por la Embajada de Estados Unidos en Londres entre el 18 de abril y el 20 de mayo de 2008. "Houston, tenemos un problema", se titula uno de esos cables, que llega a la conclusi¨®n de que las condiciones que quiere imponer Londres suponen que "un nuevo elemento de desconfianza se ha deslizado en las relaciones mil/mil [por militares] Estados Unidos-Reino Unido". Los cables estadounidenses califican de "no solo onerosas sino disparatadas" las cautelas adicionales exigidas por Londres y estiman que "van a dificultar, sino obstruir, nuestros esfuerzos de cooperaci¨®n contraterrorista".
"Aunque compartimos las preocupaciones del Gobierno de su Majestad de que no se pueden sacrificar los derechos humanos en nombre del contraterrorismo, no podemos asumir una pol¨ªtica de reducci¨®n de riesgos tal que signifique que el miedo a potenciales violaciones de los derechos humanos permita la proliferaci¨®n del terrorismo en L¨ªbano".
La tensa reacci¨®n de Washington llev¨® a Londres a recular parcialmente en sus exigencias iniciales en una pol¨¦mica que, en palabras del Foreign Office, estaba llegando a "un nivel de confrontaci¨®n innecesario". Pero, a¨²n as¨ª, Londres sigui¨® empe?ado en que el visto bueno a los vuelos de espionaje "operacionales" en las que se iba a facilitar informaci¨®n a terceros exig¨ªan la presentaci¨®n de informaci¨®n adicional.
Los norteamericanos insistieron, sin embargo, en acatar esas exigencias solo de forma parcial y simb¨®lica y de manera que no sentaran precedente. "Recomendamos que se lleve adelante el procedimiento de presentaci¨®n de informaci¨®n m¨¢s detallada para todos los vuelos pero incluyendo una car¨¢tula dejando claro que la informaci¨®n adicional se suministra a modo de cortes¨ªa y no sienta un precedente para futuras admisiones".
El problema empez¨® con la sospecha del Gobierno brit¨¢nico de que Estados Unidos utiliz¨® la base de la Fuerza A¨¦rea Brit¨¢nica (RAF) de Akrotiri, en Limasol (Chipre), para vuelos de sus aviones esp¨ªa U2 sobre L¨ªbano a petici¨®n del Ministerio de Defensa de ese pa¨ªs, y no en nombre del Gobierno liban¨¦s en su conjunto como est¨¢ legalmente establecido. Se trataba de vuelos operativos en el marco de las operaciones denominadas en clave Cedar Sweep (barrido del cedro). Aunque el documento no lo menciona, se trata de operaciones para obtener informaci¨®n sobre Hezbol¨¢ y hac¨¦rsela llegar luego al Gobierno de L¨ªbano. Y los brit¨¢nicos recelan de esas operaciones porque, seg¨²n se?ala uno de los cables de la diplomacia estadounidense, "el Departamento de Derechos Humanos del Foreign Office ha hecho saber que, a pesar de las garant¨ªas dadas por el Ministerio de Defensa liban¨¦s de que no utiliza de forma ilegal la informaci¨®n de inteligencia compartida, Human Rights Watch e incluso nuestro propio Informe de Derechos Humanos del Departamento de Estado ha documentado casos de torturas y detenciones arbitrarias por parte de las fuerzas armadas de L¨ªbano".
Esas operaciones provocaron la alarma del Gobierno brit¨¢nico por varias razones. Sobre todo por la pol¨¦mica que las llamadas rendiciones extraordinarias practicadas por el Gobierno de George W. Bush provocaron en Europa y en particular en Reino Unido. Sobre todo cuando en febrero de 2008 se supo que el Pent¨¢gono hab¨ªa utilizado en algunos de esos vuelos la base de Diego Garc¨ªa sin permiso previo de los brit¨¢nicos. Pero tambi¨¦n por otros precedentes, como el uso de Akrotiri para facilitar a Turqu¨ªa inteligencia sobre territorios kurdos en el norte de Irak o el env¨ªo de armas a trav¨¦s del aeropuerto escoc¨¦s de Prestwick.
En abril, el Foreign Office le hizo saber a la Embajada de Estados Unidos en Londres que de forma inminente quer¨ªa que ese tipo de vuelos, que hasta entonces se pactaban directamente entre los militares de ambos pa¨ªses, obtuvieran tambi¨¦n un visto bueno pol¨ªtico. Por ello, quer¨ªa establecer un mecanismo para que Estados Unidos suministrara informaci¨®n adicional sobre ese tipo particular de vuelos y que las peticiones de autorizaci¨®n se gestionaran con el Foreign Office a trav¨¦s de la embajada norteamericana en Washington.
Entre los requisitos informativos adicionales exigidos por Londres estaban el objetivo de la operaci¨®n, las terceras partes implicadas, qu¨¦ informaci¨®n de inteligencia se intentaba llevar a cabo, si la operaci¨®n formaba parte de alg¨²n acuerdo m¨¢s amplio (como los acuerdos de Camp David o alguna resoluci¨®n de Naciones Unidas) y "un par de frases de asesores legales de Estados Unidos sobre los riesgos pol¨ªticos o legales" de la operaci¨®n.
Pese a su reacci¨®n adversa, los estadounidenses admit¨ªan que las revelaciones sobre el uso de Diego Garc¨ªa en las rendiciones extraordinarias hab¨ªan sido "muy embarazosas para el Gobierno de Brown". "La propuesta sobre vuelos de espionaje puede parecer desproporcionada, pero es casi con toda seguridad un indicio de la sensibilidad del Gobierno de Brown hacia cualquier criticismo acerca de misiones sensibles de espionaje de Estados Unidos en un momento en que Brown afronta crecientes problemas pol¨ªticos internos", se?ala uno de los cables.
En otro, los diplom¨¢ticos de la embajada en Londres explican c¨®mo el Foreign Office ha subrayado la importancia que dan a la colaboraci¨®n en materia de espionaje con los chipriotas y c¨®mo estos son "hipersensibles" a la presencia brit¨¢nica en la isla. "Eso, combinado con la mezcla t¨®xica de los vuelos de las rendiciones a trav¨¦s de Diego Garc¨ªa, ha provocado una tremenda presi¨®n parlamentaria, p¨²blica y medi¨¢tica al Gobierno de Su Majestad para mantener el control soberano de sus territorios, especialmente Akrotiri", reza el texto. En otro se hace hincapi¨¦ de forma a¨²n m¨¢s expl¨ªcita en ese aspecto al subrayar que esas "enormes cautelas son un reflejo de la atenci¨®n del parlamento, la opini¨®n p¨²blica y los medios a todas las cuestiones que afectan a complicidad del Reino Unido en violaciones de los derechos humanos".
Y cuando los norteamericanos insistieron "con dureza" en la necesidad de que los permisos siguieran negoci¨¢ndose de militar a militar, la directora general de Defensa e Inteligencia del Foreign Office, Marriot Leslie, replic¨® que "el jefe del Foreign Office [David] Miliband cre¨ªa que 'los pol¨ªticos tienen que controlar a los militares'".
Puedes contactar en Eskup con el autor del art¨ªculo, Walter Oppenheimer. | Comenta esta noticia en la red social de EL PA?S | La mayor filtraci¨®n de la historia | Preguntas y respuestas | Ir al especial
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