EE UU acusa a donantes saud¨ªes de financiar el terrorismo islamista
Los enormes flujos en efectivo dificultan el control del dinero que circula entre el Golfo y el subcontinente indio.- Los cables dan cuenta del fracaso de los pa¨ªses ¨¢rabes para bloquear la financiaci¨®n de los grupos extremistas
"Los donantes en Arabia Saud¨ª constituyen la fuente m¨¢s significativa de financiaci¨®n de los grupos terroristas sun¨ªes en todo el mundo", asegura un despacho diplom¨¢tico enviado hace un a?o por la Secretar¨ªa de Estado a sus embajadas en Riad, Abu Dhabi, Kuwait, Islamabad y Doha (documento 242073). El texto, uno de los m¨¢s claros exponentes de la preocupaci¨®n de EE UU por el dinero del terrorismo, les pide que recaben la cooperaci¨®n de esos Gobiernos para poner coto a la recaudaci¨®n de fondos de Al Qaeda y los talibanes. Pero en los 1.110 cables que tocan el asunto se vislumbra que las prioridades de algunos de sus aliados van por otros derroteros. Las menciones al progreso llevado a cabo por ¨¦stos no logran eclipsar la frustraci¨®n estadounidense por la lentitud de sus avances.
A Washington le preocupa que el continuo flujo de dinero al que tienen acceso los terroristas est¨¢ minando su esfuerzo de estabilizaci¨®n en Afganist¨¢n, adem¨¢s de costando vidas a sus tropas, las de sus aliados y a numerosos civiles. Por ello, explica el documento, el representante especial para Afganist¨¢n y Pakist¨¢n, Richard Holbrooke, ha establecido en coordinaci¨®n con el Departamento del Tesoro una Fuerza de Trabajo sobre Financiaci¨®n Ilegal, con el objetivo de comunicar mejor las prioridades en ese campo y generar la voluntad pol¨ªtica para ese combate entre los aliados.
"Aunque Arabia Saud¨ª se toma muy en serio la amenaza del terrorismo interno, ha sido un continuo reto convencer a los funcionarios saud¨ªes para que aborden la financiaci¨®n terrorista que emana de Arabia Saud¨ª como prioridad estrat¨¦gica", constata el despacho, que lleva la firma de Hillary Clinton. Ese pa¨ªs, asegura, "contin¨²a siendo una base de apoyo cr¨ªtico para Al Qaeda, los talibanes, [el grupo extremista paquistan¨ª] Lashkar-e-Tayba y otros grupos terroristas, incluido Ham¨¢s, que probablemente recaudan millones de d¨®lares anualmente de fuentes saud¨ªes, a menudo durante el hach y el Ramad¨¢n".
Los saud¨ªes admiten "la dificultad de controlar la recaudaci¨®n durante el hach", durante una visita a Riad del vicesecretario adjunto del Tesoro Daniel Glaser para impulsar la cooperaci¨®n saud¨ª contra la financiaci¨®n terrorista en junio de 2009 (documento 213311). Pero tambi¨¦n alertan contra los riesgos de imponer restricciones a las instituciones ben¨¦ficas porque son organizaciones "profundamente arraigadas en la cultura saud¨ª". Adem¨¢s, se quejan de que la prohibici¨®n de transferir fondos fuera del pa¨ªs que les impusieron en 2005 est¨¢ beneficiando a Ir¨¢n. "Los iran¨ªes han dado un paso al frente y ocupado el hueco que ha dejado el cese de la asistencia caritativa saud¨ª, lo que aumenta la influencia iran¨ª en pa¨ªses como L¨ªbano, Pakist¨¢n, Siria, Yemen y Nigeria", asegura un responsable del Ministerio del Interior.
En apoyo de sus argumentos, la Secretar¨ªa de Estado sugiere que se recuerde a los interlocutores que "la ayuda de su Gobierno para frustrar la financiaci¨®n de estos grupos es clave para la estabilidad de Afganist¨¢n, Pakist¨¢n y en general el centro y el sur de Asia. Tambi¨¦n recoge el temor de EEUU a que "los talibanes utilicen la cobertura de las conversaciones de reconciliaci¨®n para recaudar fondos". Arabia Saud¨ª act¨²a como padrino de esas conversaciones.
Las referencias al resto de los pa¨ªses a los que se env¨ªa el despacho no les dejan en mejor situaci¨®n. Kuwait es "el ¨²nico pa¨ªs del Consejo de Cooperaci¨®n del Golfo (CCG) que no ha criminalizado la financiaci¨®n del terrorismo". En consecuencia, "los donantes kuwait¨ªes sirven como una importante fuente de fondos y otro apoyo para Al Qaeda y otros grupos terroristas".
"Qatar ha adoptado un enfoque esencialmente pasivo hacia la cooperaci¨®n con EEUU contra la financiaci¨®n del terrorismo", asegura el cable que califica su aportaci¨®n como "la peor de la regi¨®n". "Duda en actuar contra conocidos terroristas por temor a parecer alineada con EEUU y atraerse represalias", concluye tras se?alar que los mencionados grupos terroristas "explotan Qatar como lugar para la recaudaci¨®n de fondos".
En el caso de Emiratos ?rabes Unidos, con el que parece existir un mejor entendimiento, su "d¨¦bil normativa de vigilancia le hace vulnerable al abuso por parte de los financieros terroristas y [sus] redes de apoyo".
Y luego est¨¢ el agujero negro de Pakist¨¢n. "El ISI [el servicio secreto paquistan¨ª] contin¨²a manteniendo lazos con un amplio espectro de organizaciones extremistas, en particular los talibanes, Lashkar-e-Tayba y otras", que "explotan la extensa red de instituciones ben¨¦ficas, ONG y escuelas cor¨¢nicas del pa¨ªs", recuerda el cable. En ¨¦l se vuelve a mencionar un asunto que ha sido objeto de varios mensajes anteriores: que Islamabad cierra los ojos a la actividad del citado grupo y de su l¨ªder, Hafiz Saeed, contraviniendo la resoluci¨®n 1267 de la ONU, que los vincula con el terrorismo. Tambi¨¦n instruye a los diplom¨¢ticos para que pidan a sus interlocutores que act¨²en "contra la red de Haqqani, que est¨¢ canalizando armas y hombres a trav¨¦s de la frontera para combatir a las fuerzas estadounidenses y de la coalici¨®n en Afganist¨¢n".
Diferencias de percepci¨®n
Los documentos secretos a los que ha tenido acceso EL PA?S aseguran tras cada visita de altos funcionarios estadounidenses que los responsables de los distintos pa¨ªses prometen cooperar. Pero el problema no es de falta de voluntad, sino de diferencias de percepci¨®n.
"Los funcionarios de seguridad de E?U consideran que los talibanes puede obtener apoyo de la numerosa poblaci¨®n past¨²n que reside en el pa¨ªs", escribe el embajador Richard Olson al dar cuenta de la reuni¨®n que Howard Mendelsohn, un enviado del Departamento del Tesoro, mantuvo a mediados de diciembre de 2009 con responsables emirat¨ªes (documento 242756). (Se estima que la mayor¨ªa del mill¨®n de paquistan¨ªes y de los 150.000 afganos que trabajan en la federaci¨®n pertenecen a ese grupo ¨¦tnico). Los saud¨ªes, por su parte, atribuyen la financiaci¨®n de los talibanes a los ingresos del narcotr¨¢fico, tal como varios cargos de Interior le explican a Holbrooke durante una visita en mayo de 2009 (documento 209234).
"La DEA [la agencia anti droga de EEUU] estima que al menos 2.000 millones de d¨®lares procedentes del tr¨¢fico de drogas han transitado por E?U en los tres a?os precedentes", se?ala un despacho enviado por Olson a principios de septiembre del mismo a?o (documento 223485). No obstante, Holbrooke y el resto de los funcionarios estadounidenses insisten en que "los beneficios de la droga no son la principal fuente de ingresos de los talibanes, sino m¨¢s bien los donativos privados procedentes del Golfo". A¨²n as¨ª, la Secretar¨ªa de Estado estudia el eventual v¨ªnculo ¨¦tnico y env¨ªa un detallado cuestionario sobre las comunidades afgana y paquistan¨ª en E?U, al que la Embajada en Abu Dhabi contesta con generalidades y escasa concreci¨®n, reconociendo desconocer si esos emigrantes admiran a los talibanes u otros extremistas de sus pa¨ªses (documento 223330).
El propio Olson admite en otro despacho que la numerosa comunidad inmigrante del subcontinente genera un significativo flujo financiero legal que, dada la falta de restricciones al movimiento de capitales y la costumbre local de utilizar grandes vol¨²menes de efectivo, complica la tarea de identificar transacciones il¨ªcitas. "Las autoridades de E?U se declaran comprometidas con la lucha contra la financiaci¨®n terrorista. El marco legal existe, pero su capacidad para identificar e investigar sin pistas previas es limitada", concluye. La magnitud de la tarea se comprende al saber que, seg¨²n estimaciones del Banco de Pakist¨¢n, ese pa¨ªs recibe de sus emigrantes el doble de lo que se documenta, tal como recoge un cable de la Embajada en Islamabad del pasado febrero (documento 248311).
Adem¨¢s, aunque saud¨ªes y emirat¨ªes comparten la preocupaci¨®n estadounidense ante Al Qaeda o los talibanes, consideraciones de pol¨ªtica interna y regional les llevan a enfatizar otras amenazas que para Washington resultan menos urgentes. As¨ª, por ejemplo, Riad expresa su inquietud por "los fondos que la comunidad chi¨ª saud¨ª env¨ªa a [l grupo liban¨¦s] Hezbol¨¢" y la creciente influencia iran¨ª. "Ir¨¢n es un importante contribuiyente a las actividades terroristas en muchos lugares, incluidos Yemen, ?frica del Norte y Am¨¦rica Latina", le asegura el general Saad al Yabri a Holbrooke. Los funcionarios emirat¨ªes a?aden que "Ir¨¢n apoya a los talibanes con dinero y armas, les ayuda a pasar drogas y facilita sus movimientos y los de Al Qaeda".
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