Los tiburones siembran el p¨¢nico en el Mar Rojo
Una turista alemana muere y cuatro rusos son heridos de gravedad por escualos en Sharm El Sheikh en los ¨²ltimos d¨ªas.- La playa acababa de ser reabierta tras 48 horas cerrada por precauci¨®n
Un grupo de turistas nada sobre un arrecife de coral en una paradis¨ªaca reserva marina cuando un tibur¨®n ataca a dos de ellos, un ruso y un ucranio, y les arranca los brazos. Apenas unos minutos despu¨¦s otras dos mujeres son atacadas y sufren graves mutilaciones. Una de ellas pierde una mano y tiene que ser reanimada en un hospital tras sufrir un infarto. Cuatro d¨ªas m¨¢s tarde una mujer de 70 a?os muere tras ser atacada por otro escualo en las mismas aguas. Podr¨ªa ser un buen argumento para otra secuela de la legendaria Tibur¨®n, de Steven Spielberg, que aterroriz¨® a los ba?istas de varias generaciones, si no fuera porque todos los ataques ocurrieron en los ¨²ltimos cuatro d¨ªas en uno de los rincones m¨¢s tur¨ªsticos de Egipto, tambi¨¦n una meca del buceo mundial: Sharm El Sheikh. Ahora, nadie puede hacer surf, natacion, esn¨®rquel o buceo en las playas de esta localidad.
El Mar Rojo hizo un crudo honor a su nombre cuando la semana pasada dos rusos sufrieron serias lesiones tras sufrir el ataque, supuestamente, de un tibur¨®n punta blanca oce¨¢nico cuando nadaban en la zona de Ras Nasrani, en la pen¨ªnsula del Sina¨ª, y les arranc¨® los brazos a dentelladas, seg¨²n el director de Conservaci¨®n del Sina¨ª, Mohamed Salem. Poco despu¨¦s, otras dos turistas, de nacionalidad rusa, se vieran involucradas en una nueva sangr¨ªa. El Ministerio de Turismo egipcio prohibi¨® ba?arse en la zona del accidente y suspendi¨® todo deporte acu¨¢tico hasta no aclarar las circunstancias del ataque.
Un instructor de buceo, Hassan Salem, que se encontraba sumergido en el momento del segundo ataque declar¨® a AP que el tibur¨®n nad¨® a su alrededor antes de atacar a las turistas. "Pude espantarle tir¨¢ndole burbujas a la cara, pero luego vi que se aproxim¨® hacia una mujer y le mordi¨® las piernas", dijo Salem. "El agua se volvi¨® roja", afirm¨® el buceador, que se apresur¨® a sacar del agua a su alumno.
Los ataques fueron atribuidos en principio a un tibur¨®n oce¨¢nico punta blancay luego a dos, por lo que los ministerios de Medio ambiente y Turismo respondieron cerrando las principales playas de Sharm El Sheikh, excepto Ras Muhammad, y lanz¨¢ndose a una caza de tiburones.
El pasado jueves, anunciaron la captura y muerte de los escualos. Sin embargo la Asociaci¨®n para la Conservaci¨®n y la Protecci¨®n Ambiental de Hurghada se preguntaba en un comunicado si realmente se hab¨ªa capturado a los animales responsables del ataque y dudaban de que las fotos que se mostraron no coincid¨ªan con las que ten¨ªan del d¨ªa del ataque.
Las autoridades egipcias se echan a temblar cada vez que alg¨²n suceso pone en riesgo su principal fuente de ingresos: el turismo. Y Sharm El Sheikh es una de las joyas de la corona de la costa del Mar Rojo y uno de los principales centros de atracci¨®n mundial de buceadores y amantes del snorkeling que acuden a sumergirse en sus arrecifes. En 2005 varios atentados terroristas sembraron el p¨¢nico en esta zona tur¨ªstica y dejaron 90 muertos y m¨¢s de 150 heridos, por lo que el Gobierno Egipcio ha hecho en los ¨²ltimos a?os un esfuerzo por limpiar la imagen de esta regi¨®n de la pen¨ªnsula del Sina¨ª y promover el turismo subacu¨¢tico.
"El Gobierno ha creado una alarma injustificada en los medios de comunicaci¨®n", se?alaba el doctor Mahmoud Hanafy, profesor de biolog¨ªa marina en la Universidad del Canal de Suez, en declaraciones a un diario egipcio. El doctor aseguraba que el enfoque del problema hab¨ªa sido err¨®neo al cerrar unas playas s¨ª y otras no puesto que un tibur¨®n puede nadar cientos de kil¨®metros cada d¨ªa y es imposible determinar d¨®nde atacar¨¢.
El cambio del ecosistema en el Mar Rojo por la pesca incontrolada y la comida que se lanza desde los barcos tur¨ªsticos y comerciales puede ser una de las causas de este tipo de incidentes, seg¨²n cient¨ªficos egipcios. "Esta pr¨¢ctica altera la ecolog¨ªa marina y hace que el hombre se asocie con los alimentos en las mentes de los tiburones", afirmaba Hanafy.
Los ataques de tiburones son raros en el Mar Rojo. El ¨²ltimo se registr¨® en 2009, al sur de Hamata, y en ¨¦l se vio afectado un turista franc¨¦s. El incidente fue investigado por las autoridades locales.
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