La guerra de Felipe Calder¨®n
La guerra desencadenada por la presidencia mexicana contra el narcotr¨¢fico va mal. El Estado, afirman en Washington, es incapaz de derrotar a los carteles, y ante autoridades norteamericanas el Gobierno del presidente Calder¨®n admite que puede perder el control sobre extensas zonas del pa¨ªs. El gran culpable, dicen los cables del Departamento de Estado, es la incompetencia del ej¨¦rcito, a quien ha confiado el presidente la lucha contra los maleantes, ya que solo es capaz de presentar pruebas para incriminar a un 2% de sus detenidos.
En cinco a?os ha habido 30.000 muertos atribuibles al conflicto, la mayor parte en enfrentamientos entre carteles, de ciudadanos cogidos entre dos fuegos, o en matanzas indiscriminadas con las que los narcos amedrentan a la poblaci¨®n. Intelectuales mexicanos como Jorge Casta?eda sostienen que ¨¦sta es una guerra de Felipe Calder¨®n porque, habiendo sido elegido el candidato derechista del PAN por una m¨ªnima e irregular mayor¨ªa sobre el izquierdista L¨®pez Obrador, necesitaba un leit motiv para su sexenio e inici¨® as¨ª un combate innecesario porque el narco solo quer¨ªa seguir en el semi anonimato con su lucrativo y miserable negocio de transportar a Estados Unidos la coca producida en Colombia, Per¨² o Bolivia. Otras voces subrayan que el narco se estaba saliendo del marco clandestino, y que se estaba multiplicando el consumo de estupefacientes entre los propios mexicanos. Por ello, antes pronto que tarde se habr¨ªa tenido que declararle la guerra.
Pero, con todo y lo dram¨¢tico de matanzas a plena luz del d¨ªa, lo que prueba la impunidad con que act¨²an los matones de la droga, hay que matizar que el ¨ªndice de muertes violentas en M¨¦xico es inferior a la, por otra parte alt¨ªsima, media latinoamericana, y que con unas 20 muertes por 100.000 habitantes y a?o, la suya es una tasa muy inferior a la de Colombia y Venezuela, por arriba de 50, o de Honduras y El Salvador, coronando los 100. La derrota en este combate existencial ser¨ªa, sin embargo, el principio del fin para el cr¨¦dito internacional de M¨¦xico.
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