Los abogados de Assange temen una acusaci¨®n de EE UU por espionaje
Una pol¨¦mica ley de 1917 castiga a quienes roban o difunden documentos clasificados, aunque en los 70 el Gobierno intent¨® usarla contra la prensa por los 'papeles del Pent¨¢gono' y el Supremo fall¨® a favor de los medios
Estados Unidos prosigue su cerco a Julian Assange. Tanto es as¨ª que la Administraci¨®n norteamericana est¨¢ preparada para aplicar la Ley de Espionaje de 1917 contra el fundador de Wikileaks, seg¨²n han dicho los abogados de Assange, algo que no suced¨ªa por la filtraci¨®n de documentos clasificados a un medio de comunicaci¨®n desde la publicaci¨®n de los papeles del Pent¨¢gono por parte del diario The New York Times en la d¨¦cada de los setenta.
"Aqu¨ª, en EE UU, esperamos que la investigaci¨®n que estamos llevando a cabo nos permita exigir responsabilidades a la gente que haya diseminado informaci¨®n de forma il¨ªcita", dijo en rueda de prensa sin concretar nada m¨¢s el fiscal general, Eric Holder, tras reunirse ayer a ¨²ltima hora en Washington con representantes de la Uni¨®n Europea, a los que tambi¨¦n habl¨® de los posibles cargos que su departamento presentar¨¢ contra Assange, ciudadano australiano pero radicado en Europa, que espera su extradici¨®n de Reino Unido a Suecia por dos acusaciones de abuso sexual. Con los representantes de la UE, Holder debati¨® a puerta cerrada la aplicaci¨®n de la legislaci¨®n internacional sobre Assange y el uso de la Ley de Espionaje sobre ciudadanos extranjeros.
Jennifer Robinson, abogada del equipo de letrados de Assange, declar¨® ayer a diversos medios estadounidenses que "cualquier persecuci¨®n bajo la Ley de Espionaje ser¨ªa inconstitucional y pone en riesgo a todos los medios de comunicaci¨®n estadounidenses". "Nuestra posici¨®n es por supuesto que no creemos que sea aplicable al se?or Assange quien adem¨¢s como editor est¨¢ protegido por la Primera Enmienda", ha declarado la abogada en referencia a la primera enmienda de la constituci¨®n de EE UU que defiende la libertad de prensa.
El Departamento de Justicia ha declinado hoy hacer comentarios sobre eventuales cargos, pero la Ley de Espionaje y los papeles del Pent¨¢gono resuenan en los medios. No porque ¨¦stos ¨²ltimos sean comparables a las revelaciones de Wikileaks -que no lo son- sino por la posible aplicaci¨®n de la Ley de Espionaje sobre una filtraci¨®n period¨ªstica.
En 1971, Daniel Ellsberg y Anthony Russo -ya fallecido-, funcionarios de la Administraci¨®n Johnson que trabajaban para el think tank o laboratorio de ideas Rand Corporation a sueldo del Departamento de Defensa, entregaban al peri¨®dico The New York Times m¨¢s de siete mil p¨¢ginas de la agenda oculta de diferentes Administraciones norteamericanas sobre el conflicto de Indochina que dejaban al desnudo las mentiras de cinco presidentes sobre la guerra de Vietnam.
Richard Nixon amenaz¨® al diario neoyorquino con aplicarle tambi¨¦n la Ley de Espionaje si no se absten¨ªa de publicar la informaci¨®n revelada en aquellos documentos. El Times se neg¨®, por lo que el entonces fiscal general John Mitchell logr¨® una orden judicial que oblig¨® al diario a no publicar nada m¨¢s tras los primeros tres reportajes. Pero los editores del rotativo apelaron y el caso lleg¨® al Tribunal Supremo. A la demanda se uni¨® pronto el diario The Washington Post, que tambi¨¦n comenz¨® a publicar documentos y que tambi¨¦n pronto se enfrent¨® a las presiones del Gobierno de Nixon para dejar de hacerlo. El Supremo fall¨® mayoritariamente (seis votos contra tres) a favor de los medios de comunicaci¨®n: "S¨®lo una prensa libre y sin restricciones puede revelar honestamente los enga?os del Gobierno".
Sin embargo, ni en el Supremo ni en el caso de Ellsberg y Ruso -cuyo juicio fue finalmente anulado por errores de procedimiento-, los jueces decidieron sobre la vigencia de la Ley de Espionaje de 1917 sobre un caso semejante. La pol¨¦mica ley -c-nsiderada por algunos como un instrumento creado por Woodrow Wilson para silenciar a quienes opinaban que EEUU no deb¨ªa de entrar en la Primera Guerra Mundial- sigue vigente y condena con penas de c¨¢rcel el robo de informaci¨®n clasificada y cr¨ªtica para la seguridad nacional. Se aplic¨® por ¨²ltima vez en enero de 2006 contra el analista del Pent¨¢gono Lawrence A. Franklin, quien rob¨® informaci¨®n secreta para entreg¨¢rsela a un lobby israel¨ª. Cumple una condena de 12 a?os de c¨¢rcel.
La ley de 1917 no s¨®lo castiga a quien rob¨® la informaci¨®n (en este caso, seg¨²n Washington, el soldado raso Bradley Manning, acusado de haber robado informaci¨®n de las redes secretas de Defensa) sino tambi¨¦n a aquel que la recibe y la disemina. En este caso, Assange.
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