Mohamed VI interviene con rudeza en pol¨ªtica como freno al islamismo
El rey de Marruecos actu¨® en 2009 en la designaci¨®n de alcaldes para apartar al partido isl¨¢mico y ayudar al de su amigo Fouad Al¨ª el Himma, seg¨²n EE UU
El rey de Marruecos, Mohamed VI, interviene en los procesos electorales, a veces incluso bruscamente (un aspirante a alcalde acab¨® en coma) con un objetivo: frenar a los islamistas que gozan de un estatuto legal. Si el Partido de la Justicia y del Desarrollo (PJD, islamista moderado) no cuenta hoy d¨ªa con alcaldes al frente de las grandes ciudades es, en buena medida, gracias a las maniobras del monarca y de su gran amigo Fouad Ali el Himma, seg¨²n los informes de la Embajada de EE UU en Rabat y del Consulado en Casablanca.
Himma, de 48 a?os, sorprendi¨® a todo el mundo al renunciar, en agosto de 2007, a su cargo de ministro adjunto de Interior aunque, en realidad, ¨¦l era el aut¨¦ntico titular del m¨¢s poderoso departamento ministerial de Marruecos. Antes, este ¨ªntimo amigo del soberano alau¨ª con el que estudi¨® en el colegio real de Rabat, fue su director de Gabinete cuando era pr¨ªncipe heredero. "Se le considera con frecuencia como la persona m¨¢s influyente en Marruecos despu¨¦s del monarca", resaltaba el embajador de EE UU en Rabat, Thomas Riley, en un informe redactado en febrero de 2008.
Despu¨¦s del rey, Himma es el m¨¢s influyente en Marruecos y su partido es apoyado por palacio
El islamista aspirante a alcalde de Oujda acab¨® en coma tras ser apaleado por la polic¨ªa
Poco despu¨¦s de su dimisi¨®n, Himma fund¨® una organizaci¨®n, el Movimiento de Todos los Dem¨®cratas (MTD). "La principal raz¨®n para su creaci¨®n es la preocupaci¨®n del palacio real ante el auge de la popularidad del islamismo a trav¨¦s del PJD", se?alaba Riley, en agosto de 2008. Preve¨ªa que el movimiento se convertir¨ªa en una formaci¨®n pol¨ªtica y acert¨®. "Aunque esa t¨¦cnica ha resultado ser eficaz para suprimir las amenazas, los partidos del palacio tambi¨¦n han fracasado" en Marruecos a la hora de "llevar a cabo las prometidas reformas pol¨ªticas", advert¨ªa.
La "amenaza" era el PJD, el partido m¨¢s votado en las legislativas de 2007, pero no el que m¨¢s esca?os obtuvo porque el dise?o de las circunscripciones le perjudica. Los islamistas moderados constituyen la principal fuerza de oposici¨®n en el Parlamento, pero quiz¨¢ no en la calle. Riley se entrevist¨® con Himma en febrero de 2008. Este le sorprendi¨® al contarle que hab¨ªa renunciado a su cargo en Interior, "no para ser parlamentario sino para regresar a la peque?a, polvorienta y rural ciudad donde naci¨® [Benguerir, cerca de Marraquech] y pasar m¨¢s tiempo con su familia".
Una vez all¨ª decidi¨®, no obstante, "no descansar y trabajar duro para mejorar la suerte de su comunidad". "Concluy¨® que lo mejor que pod¨ªa hacer era representar a la provincia [de Kelaat Es-Sraghna] en el Parlamento". El embajador no se crey¨® ese cambio de opini¨®n. Himma fund¨® poco despu¨¦s el Partido Autenticidad y Modernidad (PAM) y, tras un corto periodo de rodaje, fue el que m¨¢s Concejal¨ªas obtuvo en las elecciones municipales de junio de 2009. Es probable que consiga la mayor¨ªa relativa en las legislativas de 2013. Las municipales fueron "relativamente transparentes", seg¨²n explic¨® el encargado de negocios Robert Jackson, en una nota del 15 de julio de 2009, pero "la consiguiente elecci¨®n de los alcaldes por los concejales puede suponer un paso atr¨¢s en la democracia de Marruecos".
Control de las alcald¨ªas
Un ex ministro, la Embajada de Francia en Rabat y otras dos fuentes informaron a Jackson de que "el rey Mohamed VI orden¨® que el PJD no sea autorizado a apoderarse de los Ayuntamientos de varias ciudades marroqu¨ªes como T¨¢nger, Oujda", Casablanca y Sal¨¦ en las que obtuvo mayor¨ªa relativa. "La intervenci¨®n del palacio real fue m¨¢s descarada en Oujda" que en otros lugares. En esa ciudad de medio mill¨®n de habitantes, en el este de Marruecos, "el gobernador nombrado por el Ministerio de Interior impidi¨®, el 25 de junio de 2009, una votaci¨®n que hubiese [aupado al poder] a una coalici¨®n encabezada por el PJD". "(...) polic¨ªas y agentes de los servicios de inteligencia intimidaron a los que apoyaban la coalici¨®n del PJD y pegaron al l¨ªder local del PJD hasta provocarle el coma".
Al islamista aspirante a alcalde de Oujda los golpes de los "agentes de seguridad" le causaron una hemorragia cerebral mientras muchos de sus partidarios permanec¨ªan secuestrados por las fuerzas de seguridad para impedirles votar. El PAM, el partido del amigo del rey, tambi¨¦n puso de su parte para bloquear el ascenso de sus adversarios islamistas. Lo hizo con el benepl¨¢cito de palacio. "No satisfecho con el admirable y limpio resultado electoral, el PAM de Fouad Al¨ª el Himma recurri¨® a presiones extra pol¨ªticas (invoc¨® incluso el nombre del rey) para coaccionar a los dem¨¢s partidos para que entren en coaliciones" dirigidas por ¨¦l despu¨¦s de haberles disuadido de que participen en las que encabezaban los islamistas.
El partido de Himma, sentencia Jackson, "ha mancillado su reputaci¨®n como formaci¨®n reformista y ha reforzado las cr¨ªticas que le describen como un instrumento del palacio" real. En cuanto a los islamistas moderados lo sucedido, se?ala el embajador en funciones, "les frustrar¨¢, pero probablemente no sea suficiente para expulsarles del juego pol¨ªtico". Se pueden consolar con haberse apoderado de los Ayuntamientos de ciudades de segunda fila como Tetu¨¢n o Kenitra. "El resultado de todo esto puede consistir en erosionar a¨²n m¨¢s el apoyo popular para el proceso democr¨¢tico en Marruecos (...)", advierte Jackson.
La marcha triunfal de Himma disgusta a las formaciones pol¨ªticas tradicionales. Driss Lachgar, uno de los principales dirigentes socialistas marroqu¨ªes, confes¨®, en enero de 2008, al consejero pol¨ªtico de la Embajada de EE UU en Rabat, que la creaci¨®n del nuevo "partido oficial del Estado (...) representa una grave amenaza para la democracia en Marruecos". "Nos resistiremos a ello con todos los medios a nuestro alcance". Curiosamente, el principal perjudicado por la irrupci¨®n de Himma en la pol¨ªtica, Abdelil¨¢ Benkiran, l¨ªder del islamista PJD, fue m¨¢s cauto cuando se entrevist¨® con el embajador Riley en agosto de 2008. "El rey ha decidido introducir un partido de palacio para rellenar el vac¨ªo que los dem¨¢s partidos son aparentemente incapaces de cubrir", declar¨® Benkiran. La baja participaci¨®n (37%) en las legislativas de 2007 demostraba, seg¨²n ¨¦l, que hab¨ªa un vac¨ªo.
"Pese a las buenas intenciones detr¨¢s de la creaci¨®n" del partido de Himma, "Benkiran opin¨® que este carece de arraigo y ser¨¢ incapaz de ganar el aprecio del hombre de la calle". Benkiran "fue muy desde?oso con la amenaza que [Himma] supon¨ªa para el PJD (...)". El jefe del partido islamista hizo estos comentarios al embajador antes de las municipales de 2009 que gan¨® el "partido del rey". No es seguro que lo haya repetido despu¨¦s. En su valoraci¨®n, poco despu¨¦s de las municipales, de los primeros 10 primeros a?os de reinado de Mohamed VI (1999-2009), el encargado de negocios de EE UU, Robert Jackson, es, no obstante ben¨¦volo, El rey "ha avanzado con ¨¦xito en las reformas sociales y econ¨®micas (...) pero no ha hecho mucho para promover los cambios democr¨¢ticos estructurales", escribe el 17 de agosto de 2009. Aun as¨ª, concluye Jackson, "creemos que la mayor¨ªa de los marroqu¨ªes est¨¢n de acuerdo con que el rey es sincero en su deseo expresado de ver a Marruecos convertirse en un Estado democr¨¢tico".
Junto con los islamistas moderados y legales del PJD, primera fuerza de oposici¨®n parlamentaria, existe en Marruecos otra corriente islamista, Justicia y Caridad, que posee la mayor capacidad de movilizaci¨®n en la calle, seg¨²n el acad¨¦mico estadounidense John Entelis. Justicia y Caridad es ilegal, pero Rabat "tolera sus actividades mientras no presione sobre el asunto de la legitimidad del rey o trate de movilizar a sus seguidores contra el r¨¦gimen", escrib¨ªa, en diciembre de 2008, el consejero pol¨ªtico del Consulado de EE UU en Casablanca despu¨¦s de haberse entrevistado con dos responsables de esta organizaci¨®n. Es ilegal porque no reconoce al rey Mohamed VI como Comendador de los Creyentes, es decir jefe espiritual de los musulmanes marroqu¨ªes. Ese es el principal escollo para su legalizaci¨®n.
"La incorporaci¨®n de Justicia y Caridad al sistema [pol¨ªtico] podr¨ªa tener un efecto importante sobre la estabilidad de Marruecos en un momento en el que est¨¢ bajo presi¨®n a causa de la mala racha econ¨®mica mundial", opinaba el consejero pol¨ªtico. En su informe asegura que "todos los indicios tienden a avalar el compromiso de Justicia y Caridad de evitar la violencia". "El Gobierno de Marruecos alega peri¨®dicamente que est¨¢ involucrada en actividades terroristas, como aparentemente lo estuvo en Italia, pero no ha presentado ninguna prueba", concluye. ?Hay algo que temer si el Ministerio de Interior legaliza a esa gran fuerza islamista fundada por el jeque Abdessalam Yassin? "Se incrementar¨¢ la influencia del islamismo sobre la pol¨ªtica al a?adirse el peso de Justicia y Caridad al del PJD", se?ala el informe. "Pero incluso si se juntan el PJD y Justicia y Caridad los islamistas seguir¨¢n siendo una minor¨ªa" en el abanico pol¨ªtico marroqu¨ª.
Comenta esta noticia en Eskup | La mayor filtraci¨®n de la historia | Preguntas y respuestas | Ir al especial
"La ley se aplica de manera espor¨¢dica, pero con regularidad, para sofocar la libertad de prensa"
Rara vez un ministro ha descrito a un embajador un panorama tan radiante y su interlocutor se ha mostrado tan esc¨¦ptico. El ministro de Comunicaci¨®n y portavoz del Gobierno de Marruecos, Khalid Naciri, recibi¨®, en enero de 2008, al embajador de EE UU, Thomas Riley, al que anunci¨® que una de sus "principales prioridades" era la aprobaci¨®n de un nuevo c¨®digo de la prensa m¨¢s "liberal" aunque incluir¨ªa por "precauci¨®n" penas de c¨¢rcel para evitar que desde la prensa se "provoque" al islam.
El c¨®digo de la prensa fue modificado, por ¨²ltima vez, en Marruecos en 2002, y prev¨¦ penas de c¨¢rcel de tres a cinco a?os por ofensas a la familia real y, algo menores, por injurias a jefes de Estado extranjeros, difamaci¨®n, desvelar la vida privada o incitar a los militares a faltar a su deber. Numerosos periodistas han sido condenados a penas de c¨¢rcel y se les han impuesto multas, pero pocos han ingresado en prisi¨®n. El ¨²ltimo fue Idriss Chahtane, director del semanario Al Michaal, al que le cay¨® un a?o en 2009 ¡ªsolo cumpli¨® nueves meses¡ª por atreverse a comentar un comunicado del palacio real sobre el estado de salud del rey Mohamed VI.
El embajador Riley, que pas¨® cinco a?os en Rabat (2004-2009), no se dej¨® embaucar por su interlocutor. "Los comentarios de Naciri sobre la revisi¨®n del c¨®digo de prensa confirman la preocupaci¨®n que nos han trasladado algunos miembros descatados de la prensa marroqu¨ª y dejan claro que a corto plazo los avances son improbables", se?al¨® Riley en su informe. "(...) Dado que la ley marroqu¨ª se aplica de manera espor¨¢dica, pero con regularidad, para sofocar la libertad de prensa, es improbable que nadie en la comunidad de la prensa independiente se quede tranquilo con la declaraci¨®n de Naciri de que las condenas a prisi¨®n ser¨¢n utilizadas con moderaci¨®n", concluye el embajador. Hace ya casi tres a?os que se celebr¨® aquella entrevista entre el embajador y el portavoz del Gobierno. Marruecos ni siquiera dispone a¨²n del nuevo c¨®digo de prensa "liberal" que para Naciri era tan prioritario.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.