En qu¨¦ se diferencian Dilma y Lula
Si hay una pregunta que se hacen los brasile?os a las pocas horas de haberse despertado sin Lula ya en el poder y con una mujer al mando del pa¨ªs , desde los m¨¢s agudos analistas pol¨ªticos a los trabajadores en los bares, es en qu¨¦ ser¨¢ diferente Dilma del que ha sido el mayor mito pol¨ªtico del pa¨ªs: Lula, "el hijo del pueblo".
La preguntan se la hac¨ªan los periodistas a economistas, soci¨®logos y psic¨®logos en todos los debates de las redes de televisi¨®n, en los programas de radio, y se la hac¨ªa la gente com¨²n en las redes sociales de internet la noche misma de su toma de posesi¨®n y de su primer discurso. "No se parecen en nada", dec¨ªan los m¨¢s radicales. "Se parecen en la misma pasi¨®n de hacer de Brasil un pa¨ªs desarrollado, sin pobres y con m¨¢s poder mundial", respond¨ªan los m¨¢s conciliadores.
Quiz¨¢s qui¨¦n mejor destac¨® la diferencia radical entre lo que fue el gobierno del carism¨¢tico y so?ador Lula y lo que podr¨¢ ser el de la ex guerrillera Rousseff la haya escrito, el analista pol¨ªtico de Folha de S?o Paulo, Clovis Rossi: "Salen la intuici¨®n y el mito y entra la raz¨®n pura".
Otros han escrito: "Sale el gobierno del coraz¨®n y entra el gobierno de la planificaci¨®n". Dos fotos de la toma de posesi¨®n de Dilma la tarde del s¨¢bado, eran el mejor espejo y emblema del abismo de personalidad entre los dos Presidentes. Entregado por Lula a su sucesora el faj¨®n presidencial, Lula, tras abrazarla repetidamente, se dio la vuelta y en vez de dirigirse a su coche que le esperaba para llevarle al aeropuerto, se ech¨® literalmente en brazos de la gente com¨²n, que empapadas por la lluvia estaban all¨ª para aplaudir y honrar a la nueva dignataria de Brasil. Lula desapareci¨® como engullido por la multitud que abrazaba su cabeza y la besaba, que lloraban con ¨¦l porque se iba. De la otra parte, la imagen de Dilma subiendo la rampa del Palacio junto con su Vicepresidente Michel Temer, solos, sin volver ya la vista a la gente que los aplaudia.
Lula es el mito, que tardar¨¢ en esfumarse y quiz¨¢s quiera volver a gobernar y Dilma es el antimito.
Lula fue el hombre del pueblo, de la calle, a la que ha prometido volver. Y volvi¨® ya esa misma noche en su pueblo de S?o Bernardo do Campo, donde, ya en mangas de camisa, se entreg¨® de nuevo en brazos a la muchedumbre que lo esperaba.
Dilma es la pol¨ªtica del Palacio, del trabajo de equipo con sus colaboradores. Lula era el relaciones p¨²blicas por excelencia capaz de vender como realidades lo que a¨²n eran s¨®lo sue?os. Su encarnaci¨®n con el pueblo- hasta en el lenguaje- le permet¨ªan todo. Fue un representante nato que supo vender como ning¨²n otro antes Brasil al mundo, el real y del de los sue?os.. Dilma tendr¨¢ que demostrar cada vez, con n¨²meros y datos lo que ha realizado de verdad. No caben los sue?os en sus forma de gobernar.
Lula era todo gestualidad. Hablaba con todo su cuerpo hasta sudar varias camisas al dia. A Dilma le cuesta hasta mover las manos y los brazos que no sabe donde colocarlos cuando est¨¢ en p¨²blico. Tan poco gestual y ajetreada que la larga tarde de su fiesta no tuvo que cambiarse de traje ni de noche para la recepci¨®n oficial.
Lula era capaz de afirmar una cosa y su contrario en un mismo discurso. Dilma es mujer de una sola palabra. No se vuelve atr¨¢s de lo dicho y le gusta recordarlo: "Como ya he afirmado...".
Lula proced¨ªa de la miseria m¨¢s a¨²n que de la pobreza. Su riqueza era una inteligencia natural fabulosa, una intuici¨®n pol¨ªtica casi sobrenatural con la que supl¨ªa su falta de estudios y lectura. Dec¨ªa que "leer le daba sue?o". No le¨ªa ni los informes de sus ministros y asesores. Era la "intuici¨®n al estado puro", como se?ala Rossi.
Dilma viene de una clase media alta, amante de la cultura, devoradora de buena literatura, m¨²sica y cine, ya desde sus tiempos j¨®venes en la c¨¢rcel donde fue torturada por los militares de la dictadura.
Lula era el exceso
Dilma es lo esencial. Lula, el obrero, dec¨ªa que nunca se habia acostumbrado al mono de la f¨¢brica y s¨ª enseguida al traje y corbata. Y buscaba a los mejores estilistas para que se los confecionaran. Dilma, que ya sab¨ªa vestir bien, no busc¨® a ning¨²n estilista de fama para su vestido de investidura. Se lo encarg¨® a una costurera de Porto Alegre.
Lula se divert¨ªa hablando la lengua de los metal¨²rgicos, de la gente del bar. Gozaba hablando contra los ricos, las ¨¦lites, los banqueros, los intelectuales y lleg¨® a desear que fueran exterminados los partidos de la oposici¨®n. Su dios eran los pobres. Al mismo tiempo, se mov¨ªa en Davos, con los astros de las finanzas mundiales como un lord ingl¨¦s. No sab¨ªa lenguas y cuando hablaba con los otros jefes de Estado, hasta con el Papa, lo hac¨ªa con tal gestualidad, que parec¨ªa que les estaba hablando en su idioma.
Dilma est¨¢ m¨¢s atenta a unir que a separar. Repiti¨® ayer que "extend¨ªa su mano a la oposici¨®n" y que quer¨ªa ser la Presidenta de "todos los brasile?os", sin distinci¨®n de clase o de credo.
Lula ve¨ªa a Brasil ya como algo realizado, incapaz de ser mejorado. Su frase preferida, que pasar¨¢ a la Historia, fue "Nunca antes en este pa¨ªs".
Dilma m¨¢s realista, ya en su primer discurso se adelant¨® a decir que Brasil "ha hecho grandes conquistas con Lula", pero que a¨²n quedan 23 millones de ciudadanos que viven en la miseria y que "averguenzan al pa¨ªs y le impiden su total desarrollo".
Lula, probablemente no sab¨ªa ni usar el ordenador. Nunca tuvo twitter ni blog, aunque ha prometido aprender. Dilma es ya hija de internet. No vive sin un computador a su lado. Es una pol¨ªtica de n¨²meros, de proyectos, de planificaciones. Fue su familiaridad con el computador que le acompa?aba a todas partes lo que hizo que Lula le confiara el ministerio de Minas y Energ¨ªas.
Lula aseguraba que no podia ver un micr¨®fono sin sentir la tentaci¨®n de cogerlo y hacer un discuerso. Improvis¨® el 90% de las veces olvid¨¢ndose de los discursos preparados por sus asesores. Dilma es al¨¦rgica a los micr¨®fonos, a las conferencias de prensa. Lee s¨®lo lo que le escriben, que ella revisa y completa.
Lula regalaba tres titulares de peri¨®dicos al dia. Dilma huye de la prensa. El dia de la fiesta de su toma de posesi¨®n, a los periodistas que la esperaban a la puerta, se limit¨® a darles un "Feliz A?o nuevo", ni una palabra m¨¢s. Lula se hubiera desparramado con ellos.
Lula fue un Presidente sin ideologia. Dec¨ªa que no era de izquierdas ni de derechas "s¨®lo sindicalista". Dilma tiene ideolog¨ªa, es de izquierdas. Lo fue de la izquierda radical marxista, hoy podr¨ªa ser una socialdem¨®crata con mucha fe en el Estado como promotor de desarrollo y de justicia social entre los m¨¢s pobres.
Lula gobern¨® con los ojos puestos en el mundo exterior, en el Planeta llevando Brasil a todos los extremos del globo. Pas¨® m¨¢s dias viajando que en el Palacio. Dilma vivir¨¢ en Brasilia el mayor tiempo de su mandato.
A Lula, con su popularidad del 87% al final de ocho a?os de gobierno, se le consent¨ªa todo: "Son cosas de Lula" se dec¨ªa, como cuando en plena Navidad lleg¨® a decir "es una gozada dejar la Presidencia, viendo a los Estados Unidos y a Europa en crisis". A Dilma no se le perdonar¨¢ ni una sola salida de tono. Ser¨¢ analizada cada palabra suya pronunciada.
Dilma ser¨¢ m¨¢s Presidenta de cara adentro, interesada en las cosas dom¨¦sticas de Brasil, porque adem¨¢s sabe que Brasil no necesita ya ser vendido al mundo. Ya lo hizo Lula magistralmente; nadie podr¨ªa mejorarlo en eso.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.