El polvor¨ªn del C¨¢ucaso del Norte
El Kremlin no consigue apaciguar una regi¨®n marcada por la pobreza, la corrupci¨®n y el radicalismo islamista
Rusia nunca ha descansado del terrorismo proveniente del C¨¢ucaso del Norte. Como un goteo, los ataques reivindicados por los distintos grupos separatistas de Chechenia, Daguest¨¢n o Ingushetia han sido una constante desde hace a?os. En 2010, solo cinco atentados han matado a m¨¢s de 80 personas como consecuencia del terrorismo norc¨¢ucasico, el m¨¢s grave de ellos el registrado el pasado marzo cuando dos mujeres suicidas acabaron con la vida de 40 personas en el metro de Mosc¨².
A caballo entre Europa y Asia, la regi¨®n est¨¢ considerada como un verdadero polvor¨ªn, donde viven unos 30 millones de personas y existen m¨¢s de 60 etnias diferentes. El Kremlin ha intentado diversos m¨¦todos para apaciguar el territorio desde la guerra de Chechenia, que fue su germen inicial, pero el C¨¢ucaso del Norte sigue siendo su principal foco desestabilizador.
Marcada por las tensiones ¨¦tnicas y nacionalistas desde hace d¨¦cadas, la regi¨®n es hoy una zona rica en hidrocarburos y yacimientos de uranio que interesa a Estados Unidos por su valor geoestrat¨¦gico, aunque la lucha de Mosc¨² por controlar la regi¨®n se remonta al siglo XVIII, cuando el Ej¨¦rcito del zar Pedro el Grande lleg¨® a la zona para mantener alejado al Imperio Otomano. En su libro Hadj¨ª Murat (Verticales), Tolstoi relata con precisi¨®n este ambiente de enfrentamientos y confusiones ¨¦tnicas.
Con el colapso de la Uni¨®n Sovi¨¦tica en 1991, las ansias independentistas de Chechenia llevaron a la regi¨®n a la guerra. En 1994, los insurgentes consiguieron detener la ofensiva rusa cuando Boris Yeltsin mand¨® los tanques a Grozni y el Kremlin se vio obligado a retirar sus tropas tras dos a?os de conflicto armado. En 1996, tuvo que declarar el alto el fuego unilateral y la Rep¨²blica de Chechenia se mantuvo independiente hasta 1999. El precio, sin embargo, fue muy alto.
En 1999, guerrilleros chechenos atacaron enclaves de Daguest¨¢n y el Ejecutivo ruso, enfurecido por una serie de atentados en Mosc¨² que atribuy¨® a los rebeldes chechenos, decidi¨® atacar a sangre y fuego la rep¨²blica chechena. A Vlad¨ªmir Putin no le tembl¨® el pulso. En 2000, Putin restableci¨® el gobierno directo del Kremlin en tierra chechena y, desde entonces, la sociedad chechena est¨¢ bajo el control de administraciones prorrusas hasta el punto de que en 2009 el Kremlin dio por terminada la guerra en Chechenia y su actual presidente, Ramz¨¢n Kad¨ªrov, es un fiel aliado de Mosc¨².
A diferencia de ¨¦pocas pasadas, el estallido de terror que ha vuelto a golpear a Rusia tiene sus lazos de uni¨®n con el radicalismo isl¨¢mico y la pobreza generalizada. L¨ªderes locales como Kad¨ªrov no hacen m¨¢s que echar le?a al enfurecimiento social mientras malgasta los fondos del Estado federal y salvaguarda una administraci¨®n corrupta. En el Ca¨²caso, hoy predominan enormes problemas sociales y econ¨®micos y el paro en algunas regiones afecta a m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n. Y, mientras tanto, los j¨®venes siguen ech¨¢ndose al monte y nadie sabe exactamente cu¨¢ntos son. La mecha sigue encendida y los atentados no cesan en Rusia.
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