El resucitador de fantasmas
Hace 12 a?os, los venezolanos decidieron poner su destino en manos de un militar golpista, carism¨¢tico y de verbo florido. Era su leg¨ªtima revancha frente a una clase pol¨ªtica inepta y corrompida. Hugo Ch¨¢vez promet¨ªa un nuevo horizonte. "Socialismo del siglo XXI", lo llam¨®.
Pero hete aqu¨ª que el adalid del porvenir result¨® ser un ¨¢vido resucitador de fantasmas. Lejos de construir el futuro, Ch¨¢vez se dedic¨® a desenterrar el pasado. Exhum¨® el cad¨¢ver de Sim¨®n Bol¨ªvar, le quit¨® las telara?as a Fidel Castro, agit¨® la bandera apolillada del antiimperialismo y abri¨® la puerta a los ayatol¨¢s iran¨ªes y a los fusiles rusos con la esperanza de revivir el esp¨ªritu de la guerra fr¨ªa. Con semejantes referentes, no es de extra?ar que la f¨®rmula resultante haya sido un caudillismo clientelista con ramalazos del comunismo a la cubana, justo en el momento en que la gerontocracia castrista trata de salvar los muebles arrojando a la calle a m¨¢s de un mill¨®n de empleados p¨²blicos.
El resultado est¨¢ a la vista. La econom¨ªa de Venezuela, quinto productor mundial de petr¨®leo, est¨¢ hoy en el furg¨®n de cola de Am¨¦rica Latina. Tiene la inflaci¨®n m¨¢s alta del continente (27,5%) y su PIB registr¨® una ca¨ªda del 2,3% en 2010. A pesar de la devaluaci¨®n decretada en enero (la segunda en dos a?os), y de los altos precios del petr¨®leo, "los actuales niveles de gasto no son sostenibles y solo agravan los trastornos econ¨®micos", dice el Banco Mundial.
El Gobierno esgrime los avances registrados en la atenci¨®n sanitaria y educativa gracias a las misiones (programas especiales con apoyo cubano). Pero despu¨¦s de 12 a?os en el poder, el chavismo no ha sido capaz de reformar la seguridad social, ni de hacer frente al d¨¦ficit de m¨¢s de dos millones de viviendas. Los subsidios a los pobres dif¨ªcilmente suavizan una realidad cotidiana marcada por la criminalidad (una de las peores del mundo), la corrupci¨®n y los episodios de apagones y escasez.
Otros pa¨ªses latinoamericanos est¨¢n avanzando en el combate a la pobreza sin merma de las libertades. Human Rights Watch califica de "precaria" la situaci¨®n de los derechos humanos en Venezuela, donde el Gobierno est¨¢ pulverizando la separaci¨®n de poderes y "socava sistem¨¢ticamente la libertad de expresi¨®n".
En el ¨¢mbito regional, Ch¨¢vez ha resultado ser un irritante en la convivencia. Frente a la Am¨¦rica Latina emergente, que lucha por asentar la democracia, la libertad econ¨®mica y las pol¨ªticas sociales, el r¨¦gimen chavista se ha embarcado en una escalada armament¨ªstica y dilapida los recursos del pa¨ªs para expandir su proyecto bolivariano. Ch¨¢vez ha comprado lealtades y ha trabado alianzas con grupos violentos, como las guerrillas colombianas. El petr¨®leo venezolano mantiene con vida al r¨¦gimen cubano, que a cambio asesora a Caracas en la estrategia de la represi¨®n: despu¨¦s de todo, su supervivencia est¨¢ ligada a la de Ch¨¢vez. El presidente venezolano no las tiene todas consigo ante las elecciones de 2012. La oposici¨®n empieza a encontrar el rumbo, como lo demuestra su abultada presencia en la nueva Asamblea Nacional (67 de los 165 esca?os). Y Ch¨¢vez no est¨¢ dispuesto a ceder un ¨¢pice: las leyes aprobadas en diciembre por el Legislativo saliente, que le otorgan poderes extraordinarios y un mayor control de los medios, las telecomunicaciones, los bancos o las ONG, auguran tiempos turbulentos.
Por eso los opositores reclaman la atenci¨®n internacional. Hasta ahora, frente a Ch¨¢vez, los Gobiernos latinoamericanos y la OEA han mirado hacia otro lado, como se hace con el vecino del quinto que acostumbra a montar broncas en la escalera. Pero esa actitud ya no es de recibo. En Venezuela (y en el continente) no se dirime una lucha entre opciones ideol¨®gicas, sino entre democracia y autoritarismo.
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