Ya es posible pasar la eternidad en Venecia
La ciudad de los canales aprueba un decreto que permite "liberar" restos mortales en su t¨¦rmino municipal, en tierra y agua
Un d¨ªa de junio de 2004, un gondolero encontr¨® en el Gran Canal un extra?o jarr¨®n que flotaba cerca del puente de Rialto. Al recuperarlo se dio cuenta de que ten¨ªa entre las manos una urna funeraria: el nombre de la difunta, una se?ora francesa de 55 a?os, estaba deletreado en una placa con su fecha de nacimiento y muerte. "No era la primera vez ni fue la ¨²ltima en que ocurri¨® algo similar -argumenta Gianfranco Bettin, concejal de Medio Ambiente- Mucha gente sue?a con descansar para siempre en Venecia. Es algo po¨¦tico, pero hasta ahora era ilegal".
En Italia est¨¢ prohibido esparcir las cenizas en la naturaleza: la anciana madre de la francesa, que hab¨ªa llegado en tren desde Par¨ªs para cumplir con el ¨²ltimo deseo de la hija, no fue investigada por los pelos. Las cosas cambian ahora. La Serenissima va a aprobar la semana que viene un decreto que permite "liberar" los restos corporales de los residentes y de los for¨¢neos en su t¨¦rmino municipal, en tierra y agua. A partir de entonces ser¨¢ posible pasar la eternidad en la ciudad de los canales. Y no a escondidas, por iniciativa de alg¨²n atrevido ser querido, sino con todos los rituales de un entierro normal.
Las cenizas podr¨¢n ser vertidas en el jard¨ªn de uno de los tres cementerios municipales o en Laguna, desde un muelle de la isla de San Michele, donde se ubica el hist¨®rico campo santo. "Tambi¨¦n vamos a activar un servicio funerario en barco, -explica Bettin que propuso la norma- para quien quiera descansar en el mar frente al Lido, a una distancia de 700 metros de la costa". Las tres opciones contemplan la presencia de un funcionario p¨²blico, el cerimoniere.
El servicio est¨¢ pensado para los venecianos y para los foresti, como se llaman entre los canales a los que no viven en la ciudad. "Las personas desean vincular los momentos importantes de su vida a esta eterna belleza. Celebramos aqu¨ª centenares de bodas de extranjeros". Woody Allen y Soon Yi fueron s¨®lo los m¨¢s famosos. Es muy improbable pasear por San Marco sin toparse con alguna dama en blanco. Tras el matrimonio, el entierro. "Recibimos centenares de peticiones de gente que quiere ser sepultada aqu¨ª".
En su lucha obstinada y cotidiana contra el agua, Venecia tiene problemas de espacio. No da abasto la isla de San Michele, donde decenas de turistas visitan la tumba del poeta Ezra Pound, el premio Nobel de literatura Joseph Brodsky o el m¨²sico Stravinsky. Por eso es la primera ciudad que recoge una ley nacional que deja mano libre a las administraciones locales. La nueva norma tiene tambi¨¦n su conveniencia econ¨®mica. A un residente la ceremonia le costar¨¢ unos 250 euros, mientras para los for¨¢neos la cifra subir¨¢ a 400-500 euros, como prev¨¦ el concejal. En ¨¦poca de recortes y austeridad del Gobierno central, Venecia podr¨ªa dar ejemplo a otras ciudades que no llegan a final de a?o con su presupuesto.
"Muchos esperaban esta noticia", revela Bettin. No se trata solo de los que se han pasado la vida volviendo a casa con los pies mojados por su agua. Tambi¨¦n se emocionan los que han so?ado con hacerlo, vivir entre sus callejuelas embebidas del ruido mon¨®tono de las olas o los que all¨ª han perdido un recuerdo durante un viaje. El cambio en la legislaci¨®n de la Seren¨ªsima permite quedarse en Venecia para siempre. Quiz¨¢s esto le hubiera arrancado una ¨²ltima melanc¨®lica sonrisa a Gustav von Aschenbach, protagonista de La muerte en Venecia de Thomas Mann, antes de apagarse l¨¢nguido frente a su mar.
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