Venecia se tambalea y pide auxilio
Un estudio alerta del grave deterioro de los palacios y puentes por la ausencia de pol¨ªticas de restauraci¨®n - No solo la subida de las mareas es la causante del desastre
El Puente de los Suspiros precipit¨¢ndose a trozos (hasta 160) sobre las oscuras aguas del canal, bloques enteros de piedra desintegr¨¢ndose lenta pero inexorablemente como castillos de arena entre las umbr¨ªas de los viejos palacios de la ciudad de los Dogos, el Palacio Ducal vergonzosamente cubierto, primero, de colosales anuncios y, finalmente, ni eso, porque no hay dinero y las inmensas telas blancas han venido a sustituir a la publicidad de relojes o joyas. Venecia se desmorona y, a la vez, ense?a sus verg¨¹enzas. Es sin duda el peso de los s¨ªmbolos el pretexto de esta historia: tambi¨¦n la tardanza, cuando no la desidia, de tantos y tantos pol¨ªticos cuya ¨²nica soluci¨®n fue y es cortoplacista y absurda: limpiar fachadas y dejarlo todo bonito para la c¨¢mara del turista... aunque por dentro, las estructuras de Venecia se desmoronen, v¨ªctimas de una ausencia de planes reales de rehabilitaci¨®n m¨¢s all¨¢ del empe?o esteticista.
Las compa?¨ªas de turismo deben invertir en las obras, seg¨²n los expertos
Las fachadas de los tesoros venecianos, el Palacio Ducal, la plaza de San Marcos, la Biblioteca Marciana, el Museo Correr, el Ala Napole¨®nica, la Procuradur¨ªa Nueva y la Procurader¨ªa Antigua est¨¢n a punto de entrar en la unidad de cuidados intensivos, y esta vez no son los devastadores efectos de la subida de las mareas lo que propicia el desastre. El problema es que, durante medio siglo, Venecia ha sido dejada de la mano. Ni un mal proyecto de reforma en profundidad, tan solo parches limpios y bonitos, in¨²tiles. Y lo peor es que, cualquier d¨ªa, al problema patrimonial habr¨¢ que sumarle otro sanitario: el mal estado de conservaci¨®n constituye un peligro para 20 millones de viajeros que al a?o invaden la urbe.
El campanazo de alerta viene de Renata Codello, directora de los Bienes Arquitect¨®nicos y Paisaj¨ªsticos de Venecia. "La zona no presenta un estado de conservaci¨®n bueno, en algunos puntos hay graves fisuras. No se corre un riesgo inmediato, pero algunas partes est¨¢n en crisis", dice. El problema es "serio", zanja de entrada la arquitecta Codello, una profesional poco simp¨¢tica para los pol¨ªticos de turno. Venecia es como un paciente con una enfermedad cr¨®nica, que en decenios no visit¨® al m¨¦dico. "Desde la primera d¨¦cada del siglo pasado hasta finales de los ochenta, no ha habido ning¨²n mantenimiento en un aparato arquitect¨®nico tan complejo", comenta. Hoy se pagan las consecuencias.
Examinemos uno a uno los problemas. La plaza de San Marcos ha recibido diversos retoques, por lo general, de emergencia y de vieja fecha. Son famosos los cambios del pavimento de la plaza, edificada en el siglo IX. En 1793 fueron cambiados los ladrillos originales por unas piedras volc¨¢nicas. Al ser el punto m¨¢s bajo de la ciudad, la ocasi¨®n sirvi¨® para elevarla un metro el suelo. Casi un siglo m¨¢s tarde, en 1890, otro cambio del desgastado pavimento. Sin embargo, no fue hasta 1989 cuando arranc¨® la primera "intervenci¨®n sustancial del complejo arquitect¨®nico", asevera Codello. La Biblioteca Marciana es la primera pieza del rompecabezas, "que por las noches no me deja dormir tranquila", confiesa. Se llev¨® a cabo en el edificio un intensivo proceso de restauraci¨®n y se instal¨® un sofisticado sistema antiincendios, con el cual no contaba. En este sector las obras finalizaron en 2003, cuando en realidad ya hubiera tocado comenzar de nuevo, "porque los trabajos de restauraci¨®n son de no acabar".
Hasta la fecha han sido restauradas 4.000 metros cuadrados de las fachadas de la gran plaza veneciana. Pero a¨²n quedan muchas tareas pendientes. La fachada de las procurador¨ªas nuevas, en la orilla del Gran Canal, requiere de una completa rehabilitaci¨®n. "En cuanto a la parte central de la fachada del Museo Correr, la situaci¨®n es alarmante pues presenta fisuras muy amplias. De ah¨ª se han desprendido piedras, pero afortunadamente todo hab¨ªa sido protegido para garantizar la seguridad de los viajeros y facilitar el trabajo de los restauradores", contin¨²a Codello.
El desprendimiento de la famosa piedra del Palacio Ducal, la antigua residencia de los dogos gobernantes en la ciudad seren¨ªsima, fue la gota que derram¨® el vaso. Sucedi¨® en el oto?o de 2007, justo cuando hab¨ªan concluido con la restauraci¨®n de la fachada g¨®tica, diagonal a la columna que sostiene el le¨®n alado. El accidente sirvi¨® para realizar una radiograf¨ªa que dictamin¨® el mal estado del patrimonio arquitect¨®nico. Inmediatamente comenz¨® la carrera contra el tiempo para salvar el Puente de los Suspiros, simplemente el lugar m¨¢s fotografiado de Venecia. Construido en el siglo XVIII para conectar las prisiones nuevas con el Palacio Ducal. Se espera que para finales de 2011 concluyan los trabajos de restauraci¨®n, indica el director de las obras, el arquitecto Alberto Torsello. "Podemos decir que el paciente, en este momento sigue enfermo, pero el mal no avanza".
?Por qu¨¦ caen pedazos de un edificio reci¨¦n restaurado? "La pieza del accidente se encontraba en un ¨¢ngulo donde, probablemente, se form¨® un microclima particular con infiltraciones de agua. Estas, con el pasar del tiempo, hicieron caer la piedra". La explicaci¨®n es de Elissabeta Zendri, docente de Qu¨ªmica de la Universidad Ca Foscari de Venecia. La profesora agrega un elemento que parece obvio: "Se ha visto la conservaci¨®n como la limpieza de los edificios, pero hay que concentrar la atenci¨®n en la parte estructural".
A pocos pasos de las aulas universitarias, la profesora Zandri comenta un fen¨®meno que ha llevado a la espectacular ca¨ªda de las 160 piedras del Puente de los Suspiros. "La piedra de Istria es muy particular y muy resistente. Por ello fue utilizada durante siglos, pero tiene un problema: en el interior sedimenta arcilla. La arcilla tiende a dilatarse, para luego regresar a la dimensi¨®n original, aunque absorbe agua. Cuando esta acci¨®n se repite, es peligroso porque no se puede saber exactamente cu¨¢ndo ocurrir¨¢ el desprendimiento de una piedra".
La conservaci¨®n requiere recursos. Sin embargo, el dinero brilla por su ausencia. La receta ser¨¢ la misma de a?os atr¨¢s: cartelones publicitarios en las fachadas. Una empresa paga entre 10.000 y 40.000 euros al mes por un anuncio en la plaza de San Marcos. En enero, los cartelones aparecieron en blanco. ?Una provocaci¨®n? "No" dice Codello. "La publicidad se mueve con las leyes de mercado, que no siempre se cruzan con el inter¨¦s por preservar. Las grandes compa?¨ªas, que ganan con el turismo deber¨ªan invertir en el mantenimiento de la ciudad".
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