Medio centenar de personas protestan contra Gadafi ante la Embajada de Libia

Media docena de furgones y una barrera policial imped¨ªan a las doce del mediod¨ªa la entrada a la calle Pisuerga, 12 de Madrid, donde se encuentra la Embajada de Libia en Espa?a. Su misi¨®n era proteger el edificio de poco m¨¢s de medio centenar de manifestantes pac¨ªficos convocados por la comunidad libia en Espa?a para protestar contra la violenta represi¨®n del r¨¦gimen de Muamar el Gadafi contra sus conciudadanos.

Hombres, mujeres, adolescentes y ni?os, la mayor¨ªa procedentes de Libia, pero tambi¨¦n de otros pa¨ªses ¨¢rabes como Marruecos y Palestina, coreaban -en espa?ol y ¨¢rabe- consignas como "viva la lucha del pueblo libio", "Gadafi asesino", "embajador dimisi¨®n" o "Gadafi matando y Europa y el mundo mirando". Venidos de varias partes de la Pen¨ªnsula, como Bilbao y Valencia, asum¨ªan con resignaci¨®n que lo que est¨¢ ocurriendo en su pa¨ªs entra dentro de una "cierta normalidad", o como explicaba Khaled Shari, cofundador de Casa Libia en Bilbao, que "no es extra?o que este salvaje [Gadafi] haga salvajadas". "Ya quisiera yo que la realidad fuera otra", reflexionaba apesadumbrado Shari, "pero todo lo que se cuenta sobre la situaci¨®n en Libia es poco".

Lo que los manifestantes insist¨ªan en aclarar era que su pa¨ªs no entrar¨¢ en una guerra civil, como amenaz¨® Saif el Islam el Gadafi, hijo del dictador, en su discurso del pasado domingo. "Es mentira que haya una guerra civil. Estamos unidos y lo que queremos es vivir en paz y en libertad", aseguraba Jammal, que lleva viviendo en Bilbao 19 a?os. "El pueblo libio es lo m¨¢s pac¨ªfico que hay. Habr¨ªa que ponerle un monumento a la paciencia por aguantar 42 a?os a Gadafi", explicaba ir¨®nico, al tiempo que insist¨ªa en que el discurso de Saif el Islam pretende crear una opini¨®n p¨²blica internacional contraria a las protestas.

Contactos dif¨ªciles con Libia

Los cortes en las telecomunicaciones dificultan el contacto entre los residentes en el extranjero y sus familiares y amigos en Libia, pero algunos lo consiguen, sobre todo de madrugada o por la ma?ana, y reciben noticias desesperanzadoras. Mouna, que lleva 20 a?os en Madrid y se encontraba en la concentraci¨®n con sus hijas, ha conseguido hablar con su hermana Amira esta ma?ana. Esta le ha transmitido la sensaci¨®n de "miedo" que invade Tr¨ªpoli, donde "mercenarios africanos est¨¢n matando al pueblo indefenso y desarmado".

Del "p¨¢nico" y de los "mercenarios" ha o¨ªdo hablar tambi¨¦n mucho Khaled Shari, que consigui¨® comunicar a las dos de la madrugada con sus hermanos. Ellos viven, sin embargo, en Zliten, una ciudad de 200.000 habitantes a 150 kil¨®metros de Tr¨ªpoli. Igual que otras muchas en Libia, seg¨²n Shari, es el pueblo quien controla la ciudad, como le ha detallado su hermano Mahmud. Los manifestantes han quemado los comit¨¦s revolucionarios, los edificios del Ministerio del Interior y de Exteriores, y una residencia que Gadafi tiene en la costa. La poblaci¨®n est¨¢ formando comit¨¦s locales para organizar y gestionar los servicios de la ciudad, y se hicieron con un acuartelamiento situado en el municipio, que le entreg¨® sus armas al pueblo.

Otro ciudadano Libio que lleva 26 a?os en Madrid y asegura tener contactos de alto nivel en Libia, nos cuenta que en una reuni¨®n ayer entre Gadafi y 15 representantes del Ej¨¦rcito que le preguntaron hasta d¨®nde pretende llegar, el l¨ªder libio les contest¨® tajante: "Yo cre¨¦ Libia. Yo la voy a destruir". "Lo ministros, el Ej¨¦rcito, nadie pinta nada frente a Gadafi, que tiene a sus fuerzas especiales para protegerle y para matar", contesta cuando se le pregunta qui¨¦n en el pa¨ªs podr¨ªa pararle los pies al jefe de Gobierno.

Ellos, sin embargo, no piensan rendirse y seguir¨¢n apoyando las protestas, aunque sea en la distancia. "Queremos nuestra libertad y no pararemos hasta conseguirla", afirmaba rotundo otro manifestante. La pr¨®xima cita es en la plaza Sant Jaume de Barcelona el jueves a las ocho de la tarde.