S¨®crates, el socialista neoliberal devorado por la crisis
El primer ministro de Portugal present¨® su dimisi¨®n tras seis a?os a las riendas de un pa¨ªs devorado por la crisis econ¨®mica.
Jos¨¦ S¨®crates Carvalho Pinto de Sousa, considerado por la izquierda un socialista casi neoliberal, present¨® este mi¨¦rcoles su dimisi¨®n tras seis a?os como primer ministro de un Portugal devorado, como ¨¦l, por la crisis econ¨®mica.
Con 53 a?os y una carrera pol¨ªtica iniciada hace un cuarto de siglo, S¨®crates, un certero orador, perdi¨® su ¨²ltima batalla sin pronunciar palabra en la votaci¨®n parlamentaria del cuarto programa de austeridad con el que pretend¨ªa sanear las cuentas lusas y evitar pedir ayuda a externa.
Nacido en Oporto (norte) y criado en Covilh¨¢, en la Sierra de la Estrella, S¨®crates es hijo de padres divorciados y divorciado ¨¦l mismo, con fama de chico culto, de estudiante aplicado y con gran ¨¦xito entre las j¨®venes. Muy aficionado a la poes¨ªa, entre sus autores preferidos se cita a Fernando Pessoa, Mario de S¨¢ Carneiro, Miguel Torga o Cesario Verde, muchos de cuyos versos es capaz de recitar de memoria. Tambi¨¦n le gusta el f¨²tbol y es socio del Benfica. Empez¨® a destacar dentro de las filas de su partido como diputado (1987) y secretario de Estado y ministro de Ambiente (1997-2002) en el Gobierno de su mentor, Manuel Guterres, y logr¨® en sus primeros a?os en el poder recolocar a su pa¨ªs en los exigentes par¨¢metros de la zona euro. Pese a ¨¦xitos internacionales como la aprobaci¨®n del Tratado de Lisboa, que reform¨® la Uni¨®n Europea durante la presidencia lusa de 2007, o la Cumbre de la OTAN, que relanz¨® el a?o pasado en Lisboa la organizaci¨®n atl¨¢ntica, S¨®crates se va quemado, a los ojos de muchos portugueses, por los sacrificios impuestos en la crisis. La tercera v¨ªa a la portuguesa con la que ha intentado gobernar no ha podido resistir los efectos de la tormenta financiera internacional desatada en 2008, a la que ¨¦l ha culpado con frecuencia de los males econ¨®micos lusos.
Los modelos que han inspirado la andadura pol¨ªtica de Jos¨¦ S¨®crates, pr¨®ximo primer ministro, son la izquierda n¨®rdica y Antonio Guterres, presidente de la Internacional Socialista. Apodado el diputado Armani, por su afici¨®n a vestir ropa del dise?ador italiano, S¨®crates es un socialista poco ortodoxo llegado al poder con el respaldo de los sectores sociales m¨¢s modernos y europe¨ªstas, a los que le gustaba apelar en sus discursos.
Los vaticinios de su r¨¢pida ca¨ªda tras la reelecci¨®n el 23 de enero del conservador Anibal Cavaco Silva en la jefatura del Estado se han cumplido al pie de la letra. La mala relaci¨®n con Cavaco, que gan¨® las elecciones tras una larga y agria pugna con los socialistas, se hab¨ªa convertido en uno m¨¢s de los problemas con los que deb¨ªa lidiar S¨®crates, que al principio de su mandato hizo gala de un buen entendimiento con el pol¨ªtico conservador.
Hace a?o y medio, S¨®crates logr¨® superar el desgaste de su primera legislatura, en la que adopt¨® ya medidas duras de saneamiento econ¨®mico que le enfrentaron a los sindicatos, los funcionarios y la izquierda marxista. En las elecciones generales y municipales de 2009 gan¨® por un estrecho margen al partido de Cavaco, pese a que hab¨ªa perdido ante ¨¦l pocos meses antes, en los comicios europeos. Pero perdi¨® la mayor¨ªa absoluta y se vio obligado a negociar alternatiamente con la izquierda marxista y los conservadores, que hoy rechazaron juntos sus ¨²ltimas medidas de ajuste.
Recientemente ya tuvo que auparse en la abstenci¨®n conservadora para aprobar los presupuestos del Estado de 2011, los m¨¢s austeros de la democracia portuguesa, y las tres versiones anteriores de sus programas de austeridad. En cambio, con el apoyo de la izquierda o gracias su mayor¨ªa absoluta inicial, S¨®crates sac¨® adelante un amplio bloque de pol¨¦micas leyes sociales que Cavaco se vio obligado a sancionar. El matrimonio homosexual, el divorcio sin consentimiento mutuo, el cambio de sexo y la despenalizaci¨®n del aborto dieron un vuelco al Portugal tradicional y levantaron las iras de la poblaci¨®n cat¨®lica, que se sum¨® a las manifestaciones callejeras que marcaron la gesti¨®n del l¨ªder socialista.
En noviembre del a?o pasado el rechazo a las medidas de S¨®crates uni¨® por primera vez en 22 a?os a las dos grandes centrales sindicales de Portugal, la comunista CGTP y la socialista UGT, en la organizaci¨®n de una huelga general que paraliz¨® medio pa¨ªs.
Pese al acoso de la crisis, S¨®crates defendi¨® con entusiasmo el uso de las nuevas tecnolog¨ªas en la Administraci¨®n, las energ¨ªas alternativas y los autom¨®viles el¨¦ctricos, tres ¨¢reas en las que las estad¨ªsticas europeas han reconocido los avances lusos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.