Los salafistas que luchan por un Emirato isl¨¢mico en Gaza
El grupo que secuestr¨® y mat¨® al cooperante italiano es parte de un movimiento ligado a Al Qaeda que desaf¨ªa a Ham¨¢s por el control de la franja
La tr¨¢gica conclusi¨®n del secuestro del cooperante italiano Vittorio Arrigoni pone en evidencia la delicada situaci¨®n de la Franja de Gaza, una lengua de tierra que se encuentra entre dos fuegos. Por el frente exterior sufre un bloqueo econ¨®mico y un asedio por parte de Israel, que responde con el Ej¨¦rcito al lanzamiento de cohetes de los militantes palestinos contra su territorio. Pero Ham¨¢s, que gobierna la franja desde 2006, se enfrenta a otro desaf¨ªo interno representado por los grupos salafistas, un movimiento integrista musulm¨¢n que est¨¢ vinculado con la red de Al Qaeda.
Para estos grupos, adem¨¢s de la lucha a muerte contra Israel, el objetivo final es la creaci¨®n de un emirato isl¨¢mico en Gaza. En esta perspectiva, Ham¨¢s es un rival directo, ya que es considerado como un impedimento para la estrategia de los m¨¢s fan¨¢ticos de atacar libremente al estado jud¨ªo, sin treguas ni compromisos pol¨ªticos. Las formaciones salafistas son una minor¨ªa en la franja, pero representan un peligro para la ya delicada situaci¨®n. Se inspiran en una tradici¨®n radical del Islam, que se remonta a la corriente de Salafiya, que literalmente significa "Movimiento de los antepasados", fundado por el reformista egipcio Rashid Rida en el siglo XIX.
Estas organizaciones se caracterizan por una estricta ideolog¨ªa religiosa, que incluye un rechazo apocal¨ªptico de todo lo que est¨¦ relacionado con las sociedades occidentales. Su objetivo es restaurar el "verdadero Islam" para volver a las fuentes, el Cor¨¢n y la Sunna del Profeta. En el escenario actual, arrastrados por los proclamas de Osama bin Laden, los salafistas desaf¨ªan abiertamente a Hamas, que consideran demasiado blando en la aplicaci¨®n de la Shar¨ªa (ley isl¨¢mica), y les acusan de alejarse de su ideal de Califato y de ser sumisos a los equilibrios pol¨ªticos y militares de la zona. Seg¨²n la agencia de noticias palestina Maan, los secuestradores del cooperante italiano se identificaron como miembros de un grupo hasta ahora desconocido, la "Brigada de los compa?eros del caballero del profeta Mahoma". Para la liberaci¨®n de Vittorio Arrigoni sus captores exig¨ªan la liberaci¨®n del l¨ªder del grupo Tawhid Al-Yihad, el emir Abu Walid Al Maqdisi, que Ham¨¢s hab¨ªa detenido en una redada en marzo.
Actualmente hay tres grupos principales del movimiento salafista que operan en Gaza y que constituyen una piedra en el zapato de Ham¨¢s. Se trata de Jund ?nsar Al¨¢ (Soldados de Dios), el Jaish al-Islam (Ej¨¦rcito del Islam) y Jaish al Umma (Ej¨¦rcito de la Naci¨®n). Seg¨²n los analistas, el grupo m¨¢s peligroso para la estabilidad en la zona es la de Jund Ansar Al¨¢. Su l¨ªder, Abdul Latif Abu Moussa, fue asesinado por hombres de Ham¨¢s en un enfrentamiento armado en agosto de 2009. A pesar de la p¨¦rdida de su l¨ªder, el grupo no s¨®lo sobrevivi¨®, sino que se ha fortalecido principalmente debido al comercio ilegal a trav¨¦s de los t¨²neles en Rafah, al sur de la Franja.
Enfrentamiento con Ham¨¢s
El movimiento salafista en Gaza, que empez¨® a difundirse en 2004, ha atra¨ªdo a nuevos seguidores en los ¨²ltimos a?os, que han sido reclutados sobre todo entre los decepcionados con Ham¨¢s. El caldo de cultivo para el extremismo - casi cuatro a?os de bloqueo israel¨ª, una juventud sin horizontes y organizaciones yihadistas en el extranjero dispuestas a capitalizar el asedio a Gaza- es muy propicio para que los grup¨²sculos existentes emprendan la lucha contra Ham¨¢s, que consideran atea. Preocupado por este desaf¨ªo interno, el Gobierno de la franja ha dise?ado un plan para propagar su versi¨®n del islam y frenar a islamistas rivales. Con el tiempo el conflicto interno se ha convertido en una confrontaci¨®n abierta. El movimiento al gobierno no pod¨ªa tolerar las acciones de los salafistas y as¨ª llegaron las redadas y el asesinato de varios l¨ªderes radicales.
Pero al principio, los salafistas colaboraban con las principales organizaciones islamistas en Gaza. Y estaban tambi¨¦n en el comando conjunto que secuestr¨® en 2006 el soldado israel¨ª Gilad Shalit, a¨²n en manos de las milicias de Ham¨¢s. El a?o siguiente, el grupo Jaish al-Islam secuestr¨® un periodista de la BBC, liberado despu¨¦s de cuatro meses. En los ¨²ltimos a?os se ha producido una escalada de desaf¨ªos con Ham¨¢s, como las violaciones de la tregua a finales de enero de 2009 por el grupo Tawhid Al-Yihad con en el asesinato de un soldado israel¨ª. Acciones aisladas que ponen en peligro el delicado equilibrio en la zona y dinamitan el mal llamado proceso de paz.
Tawhid Al-Yihad es el grupo m¨¢s peque?o de esta galaxia salafista pero es muy activo en Gaza. Su lider Al Maqdisi se ha caracterizado por edictos religiosos con los que justifica el asesinato de jud¨ªos y cristianos. En diciembre de 2010, hab¨ªa rumores de que quer¨ªa huir a Egipto y las autoridades de El Cairo lo se?alaron como posible instigador de la masacre en la iglesia copta de Alejandr¨ªa en nochevieja. Tras su detenci¨®n en marzo, Tawhid Al-Yihad ha empezado a lanzar amenazas de represalias, que se han materializado con el secuestro y asesinato del cooperante italiano.
Sobre la fuerza num¨¦rica de los salafistas, hay evaluaciones contradictorias. Se estima que los militantes a tiempo completo son alg¨²n centenar. Entre los activistas hay tambi¨¦n islamistas llegados del extranjero, sobre todo sirios y militantes del norte de ?frica. Pero se calcula que esta corriente extremista puede tener alg¨²n millar de simpatizantes. Hace un a?o, Abu al-Hareth, un portavoz del movimiento salafista afirm¨® que en la Franja de Gaza, Al Qaeda "puede contar con 11.000 seguidores". Pero la consistencia de las facciones que componen no es f¨¢cil de determinar. Analistas locales coinciden en que los salafistas a¨²n son muy minoritarios en comparaci¨®n con Ham¨¢s, que tiene por lo menos 25.000 hombres armados, sobre una poblaci¨®n total de Gaza de 1,5 mill¨®n de habitantes. Un polvor¨ªn que est¨¢ lejos de apagarse, sometido al doble fuego del cerco israel¨ª y del desaf¨ªo salafista.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.