Yemen desconf¨ªa de la salida pac¨ªfica del poder de Saleh
El mandatario dice que solo entregar¨¢ el mando a quien gane en las urnas.- El rechazo de la oposici¨®n a una coalici¨®n con el partido gobernante y las reticencias de los manifestantes retrasan el traspaso
La desconfianza se apoder¨® de Yemen este domingo, un d¨ªa despu¨¦s de que presidente y oposici¨®n aprobaran en principio el plan del Consejo de Cooperaci¨®n del Golfo (CCG) para un traspaso pac¨ªfico del poder. Los opositores no se f¨ªan de que Ali Abdal¨¢ Saleh vaya a dejar el cargo, mientras que el entorno del mandatario exige que acepten el acuerdo ¨ªntegro antes de someterlo a su firma. Miles de activistas en San¨¢ y otras ciudades de Yemen se manifestaron en contra de esa salida que garantiza la inmunidad de Saleh y sus allegados.
"Nosotros, la juventud de la revoluci¨®n, rechazamos cualquier propuesta que no haga a Saleh responsable de la muerte de por lo menos 140 manifestantes", se?al¨® el comit¨¦ organizativo de la Revoluci¨®n de la Juventud en un comunicado. El grupo tambi¨¦n dijo que objetaba el plan del CCG porque no exige una salida inmediata del presidente. Para los activistas, la mediaci¨®n de sus vecinos ha tratado de "salvar al r¨¦gimen, no de ayudar al pueblo".
Esas eran tambi¨¦n inicialmente las exigencias de los partidos de oposici¨®n. Aliados bajo el paraguas del Foro Com¨²n, siete grupos, encabezados por los islamistas del Islah y el Partido Socialista, han capitalizado las protestas para recuperar la iniciativa pol¨ªtica que perdieron al legitimar al Gobierno de Saleh con su participaci¨®n en el Parlamento. Sin embargo, como sucediera en T¨²nez y en Egipto, los j¨®venes activistas act¨²an con independencia y ya al principio de la crisis obligaron al Foro a dar marcha atr¨¢s despu¨¦s de que aceptara una invitaci¨®n al di¨¢logo del partido gobernante.
"La iniciativa del Golfo aborda el problema como si se tratara de una crisis entre dos partidos pol¨ªticos, mientras que nosotros hemos salido a la calle para pedir un cambio total del sistema", explic¨® uno de los l¨ªderes estudiantiles, Abdel Malik al Yusufi, a la agencia France Presse.
Los j¨®venes (y no tan j¨®venes) temen que los partidos tradicionales sacrifiquen por su beneficio pol¨ªtico las aspiraciones de los cientos de miles de manifestantes que durante tres meses han salido a la calle en todo el pa¨ªs pidiendo reformas democr¨¢ticas. "No a la negociaci¨®n, no al di¨¢logo. Dimite o vete", volvieron a corear expresando su profunda desconfianza hacia las intenciones del presidente.
Seg¨²n el plan del CCG, formado por Arabia Saud¨ª, Emiratos ?rabes Unidos, Kuwait, Bahr¨¦in, Catar y Om¨¢n, una semana despu¨¦s de su firma debe formarse un Gobierno de unidad nacional; al 29? d¨ªa, el Parlamento aprueba la ley de inmunidad, y al d¨ªa siguiente, Saleh presenta su dimisi¨®n, el vicepresidente asume la jefatura del Estado de forma provisional y convoca elecciones presidenciales.
"Hay que ver si de verdad se va", declara un diplom¨¢tico occidental que ha seguido muy de cerca las negociaciones, tal vez contagiado por el escepticismo generalizado de los yemen¨ªes.
Aunque tanto Saleh como la oposici¨®n han anunciado que aceptan esa propuesta, nadie ha firmado nada. Seg¨²n un portavoz del Gobierno yemen¨ª, Abdu Ganadi, el partido gobernante exige que los opositores subscriban el plan completo o lo rechacen, y no admitir¨¢ acuerdos parciales. Pero ¨¦stos se niegan a entrar en un Gobierno de unidad por temor a que Saleh no dimita.
Ambig¨¹edad
No ser¨ªa la primera vez que el presidente cambia de parecer en el ¨²ltimo momento. Hace justo un mes se desdijo de un primer acuerdo alcanzado con la mediaci¨®n del embajador estadounidense a ra¨ªz de que francotiradores asociados con las fuerzas de seguridad mataran a 52 manifestantes en San¨¢. Personas cercanas a Saleh le califican de voluble en sus decisiones.
?l mismo reconoci¨® en una entrevista con la BBC que su retirada no cerraba la crisis y que hab¨ªa aceptado el plan del CCG ante la intensa presi¨®n internacional para que se vaya. "Esto es un golpe de Estado. Me llaman desde EE UU y Europa para que entregue el poder. ?A qui¨¦n debo entreg¨¢rselo? ?A los que intentan dar el golpe? No, lo haremos a trav¨¦s de las urnas. Invitaremos a observadores internacionales, pero no aceptaremos un golpe ni apoyo exterior al mismo", declar¨® Saleh manteniendo la ambig¨¹edad sobre sus intenciones.
Adem¨¢s, el presidente yemen¨ª volvi¨® a repetir que su salida iba a "agudizar la crisis" porque asegur¨® que Al Qaeda ha infiltrado el movimiento de protesta. "Est¨¢ dentro de las acampadas violando el orden p¨²blico", insisti¨® varias veces a pesar de que los manifestantes rechazan de plano esa acusaci¨®n. "?Por qu¨¦ Occidente no presta atenci¨®n a esas implicaciones destructivas? Occidente cre¨® Al Qaeda durante la guerra fr¨ªa en Afganist¨¢n y pag¨® el precio. Ahora est¨¢ ignorando lo que Al Qaeda est¨¢ haciendo en Yemen y pagar¨¢ el precio", advirti¨®.
El tono de sus declaraciones y su continuo agitar el fantasma de una eventual guerra civil hace que muchos yemen¨ªes duden de su retirada despu¨¦s de 32 a?os en el poder.
"Claro que no me lo creo. Es tan solo una forma de enga?ar a la opini¨®n p¨²blica internacional", declaraba K. M. por tel¨¦fono desde San¨¢. Este profesional en paro, que desde el principio ha participado en las manifestaciones de la capital, se mostraba convencido de que la situaci¨®n no va a solucionarse por la v¨ªa pol¨ªtica. "Es muy grave. La Guardia Republicana ha empezado a mover armamento en las monta?as al noroeste de San¨¢ y colocado carros de combate en lugares estrat¨¦gicos. Tambi¨¦n el general Ali Mohsen est¨¢ tomando posiciones al otro lado de la ciudad", explicaba la fuente, que tiene experiencia militar.
De momento, un enfrentamiento entre simpatizantes y detractores de Saleh dej¨® cuatro heridos en Turbah, una localidad de la provincia de Taiz, al sur de la capital, inform¨® la agencia Reuters. Adem¨¢s, cinco personas, cuatro de ellas militares, resultaron muertas en una escaramuza entre una unidad de la Guardia Republicana y miembros de una tribu en la provincia de Lahj, seg¨²n las fuerzas de seguridad.
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