M¨¢s de mil sirios cruzan a Turqu¨ªa en 24 horas
El despliegue del Ej¨¦rcito sirio en la ciudad norte?a de Jsir al Shughour provoca el desplazamiento de sus habitantes
Miles de refugiados sirios siguen cruzando la frontera de Turqu¨ªa. El Gobierno de Ankara ha contabilizado algo m¨¢s de 2.400 acogidos en un campamento de la Media Luna Roja, pero muchos otros se han instalado directamente en casas de familiares: la provincia turca de Hatay ha sido desgajada de Siria en 1938 y numerosas familias han quedado divididas.
El r¨¦gimen de Bachar el Asad, habituado a negar la evidencia, ha afirmado que nadie estaba huyendo del pa¨ªs y que en la frontera solo se registraban "los habituales encuentros entre familiares y amigos de uno y otro lado". El diario oficialista El Watan ha publicado, por su parte, que algunos ciudadanos estaban abandonando sus casas para permitir que el Ej¨¦rcito se enfrentara con mayor comodidad a los "grupos armados" que intentaban "imponer el terror".
Ni el Gobierno ni la prensa de Siria hicieron referencia a los abundantes indicios que apuntaban a que determinadas unidades militares hab¨ªan desertado y a que los combates en la regi¨®n noroccidental enfrentaban a soldados contra soldados, con una participaci¨®n marginal de civiles armados. Seg¨²n grupos de derechos humanos y vecinos contactados por tel¨¦fono, ciudades como Homs y Hama permanec¨ªan ocupadas por el Ej¨¦rcito y los muertos superaban los 1.300, con m¨¢s de 10.000 detenidos. Resultaba imposible verificar la aut¨¦ntica situaci¨®n dentro de Siria, dada la prohibici¨®n de entrada a los periodistas extranjeros y la censura sobre los medios locales.
Las autoridades turcas vallaron el campamento de refugiados cerca de la localidad de Guvecci y prohibieron el paso a los periodistas, pero algunos de los reci¨¦n llegados informaron de que Jisr al-Shughur, la ciudad rodeada por las tropas del general Maher el Asad tras los intensos combates del fin de semana, estaba casi desierta y que una gran cantidad de personas hu¨ªdas por temor al asalto militar permanec¨ªan cerca de la frontera sin atreverse a cruzarla, por temor a no poder regresar nunca a Siria.
El propio primer ministro turco, el islamista moderado Tayyib Recep Erdogan, declar¨® que incluso en ciudades poco afectadas por la revuelta, como Alepo, circulaban tanques. "Parecen haber perdido el control", dijo, refiri¨¦ndose al Gobierno de Damasco. Erdogan insisti¨® en que a¨²n manten¨ªa buenas relaciones con el presidente Bachar el Asad, pero admiti¨® recibir de ¨¦l "informaciones que no parecen ajustarse a la realidad".
Las cr¨ªticas internacionales a Bachar el Asad se intensificaron tras la presentaci¨®n ante el Consejo de Seguridad de la ONU de un borrador de resoluci¨®n de condena, que sin embargo ten¨ªa pocas posibilidades de llegar a aprobarse por la oposici¨®n de Rusia y China, aliados tradicionales del r¨¦gimen sirio. El Papa Benedicto XVI inst¨® a El Asad a respetar "la dignidad de las personas". Navi Pillay, Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, acus¨® a El Asad de "someter a la poblaci¨®n a garrotazos".
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