Tropas sirias se pasan a los rebeldes
La orden de ametrallar a civiles en una ciudad del noroeste propicia la deserci¨®n de militares y polic¨ªas - El r¨¦gimen env¨ªa refuerzos para retomar Jisr al-Shughur
El Ej¨¦rcito sirio empieza a romperse, lo que constituye la peor amenaza para el presidente Bachar el Asad. Jisr al-Shughur, una remota ciudad agraria de 50.000 habitantes, fue el lunes escenario de las primeras deserciones colectivas de unidades militares. Una cantidad indeterminada de soldados se amotin¨® para unirse a los manifestantes civiles, lo que provoc¨® una batalla extremadamente confusa y cruenta. Seg¨²n el Gobierno de Damasco, murieron m¨¢s de 120 hombres uniformados. Los habitantes de Jisr al-Shughur esperaban anoche un violento contraataque de tropas leales al presidente.
Lo que ocurri¨® no est¨¢ claro. El Gobierno impide la presencia de periodistas independientes y tanto los portavoces oficiales como los organizadores de la revuelta contra el r¨¦gimen tienden a exagerar, cuando no a mentir, para favorecer sus intereses. En cualquier caso, diversos activistas, los Hermanos Musulmanes y el propio Gobierno confirman que el Ej¨¦rcito entr¨® en la ciudad el s¨¢bado, con veh¨ªculos blindados y al menos dos helic¨®pteros, para acabar con las protestas.
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En esa primera jornada murieron al menos 10 manifestantes, m¨¢s de 30 seg¨²n otras fuentes. El domingo, tras los funerales por las v¨ªctimas, se reavivaron las protestas. Seg¨²n un portavoz londinense de los Hermanos Musulmanes (organizaci¨®n islamista que en 1980 protagoniz¨® una sublevaci¨®n en Jisr al-Shughur), otro contingente militar fue enviado a sofocar la revuelta. A partir del domingo por la noche, las informaciones son contradictorias. El Gobierno afirma que los soldados sufrieron emboscadas por parte de "grupos fuertemente armados" que ametrallaron camiones, robaron cinco toneladas de dinamita, volaron el edificio de Correos, mataron a 120 soldados y polic¨ªas y descuartizaron cad¨¢veres.
Esa versi¨®n resulta inveros¨ªmil. Primero, porque est¨¢ prohibida la tenencia de armas por parte de civiles, precisamente para prevenir rebeliones; segundo, porque hay que disponer de fuerzas numerosas y muy bien armadas para hacer una matanza contra un Ej¨¦rcito regular provisto de blindados y helic¨®pteros; tercero, porque los shabiha, los grupos de matones armados (casi siempre alau¨ªes) al servicio del r¨¦gimen, hab¨ªan empezado a disparar horas antes de que lo hicieran los militares; cuarto, porque el Gobierno acostumbra a mentir.
Parece mucho m¨¢s probable que los acontecimientos ocurrieran como relatan varios habitantes de la ciudad contactados por Associated Press y las organizaciones sirias de derechos humanos. Seg¨²n esa versi¨®n, la actuaci¨®n de los shabiha y las ¨®rdenes de ametrallar a la poblaci¨®n indignaron a parte de los militares y de la polic¨ªa y provocaron deserciones colectivas. Los militares leales se enfrentaron a los desertores, en algunos casos ejecut¨¢ndolos y en otros, en batalla abierta. Una cantidad no cuantificable de civiles (que testigos identificaron como simpatizantes de los Hermanos Musulmanes) consigui¨® armas del propio Ej¨¦rcito gracias al caos y se sum¨® a los tiroteos. Los 120 militares y polic¨ªas muertos ser¨ªan la suma de leales y desertores.
Jisr al-Shughur amaneci¨® ayer devastada y sin presencia militar apreciable. Miles de habitantes huyeron hacia la vecina Turqu¨ªa, a 20 kil¨®metros, o a aldeas cercanas, aterrorizados por las amenazas de represalia lanzadas desde Damasco. El Gobierno prometi¨® "devolver el orden" a la ciudad y grupos de ciudadanos armados levantaron barricadas y puestos de control en las v¨ªas de acceso. Anoche segu¨ªa esper¨¢ndose el ataque de las tropas fieles a El Asad.
La batalla de Jisr al-Shughur fue el peor rev¨¦s para la dictadura desde el inicio de la revuelta, el 18 de marzo. Pero simult¨¢neamente se registr¨® otra se?al muy inquietante para el r¨¦gimen, en uno de sus flancos m¨¢s sensibles: el de los refugiados palestinos.
El Gobierno de Damasco aprovech¨® que el domingo se conmemoraba la Naksa o "retroceso" (la Guerra de los Seis D¨ªas de 1967, en la que Israel ocup¨® el Gol¨¢n sirio, Cisjordania y Gaza) para fomentar asaltos de j¨®venes palestinos a la barrera militar israel¨ª en el Gol¨¢n. Para ello utiliz¨® al Frente Popular para la Liberaci¨®n de Palestina-Comando General, una facci¨®n financiada por Siria e Ir¨¢n que fue expulsada de la OLP y controla el campo de refugiados de Yarmuk. El objetivo consist¨ªa en desviar la atenci¨®n de la crisis interna y enarbolar, como de costumbre, la causa palestina. Seg¨²n Siria, los soldados israel¨ªes mataron a 23 personas. Seg¨²n Israel, los muertos fueron 10 y la causa fue la explosi¨®n de varias minas.
En cualquier caso, los habitantes del campo sintieron que los dos centenares de j¨®venes que acudieron al Gol¨¢n hab¨ªan sido manipulados por el FPLP-CG, y el lunes, tras los funerales, atacaron e incendiaron las oficinas del grupo guerrillero. Al menos 14 refugiados palestinos murieron por disparos del servicio de seguridad del FPLP-CG, que luego atribuy¨® la matanza a "elementos externos" al campo de Yarmuk.
Entretanto, en la capital siria, los nervios del r¨¦gimen se reflejaron en la detenci¨®n de Amina Arraf, creadora de un popular blog llamado Una chica gay en Damasco. Arraf pertenece a una importante familia, tiene doble nacionalidad siria y estadounidense y hasta ahora, pese a defender con rotundidad la revoluci¨®n democr¨¢tica y la homosexualidad (dos cuestiones que horripilan al r¨¦gimen hasta el punto de ser castigadas con la muerte), hab¨ªa conseguido evitar a la polic¨ªa.
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