La ONU acusa a jefes de Hezbol¨¢ de la muerte de Hariri
El tribunal especial que investiga el asesinato del varias veces primer ministro liban¨¦s entrega a Beirut las actas de acusaci¨®n y cuatro ¨®rdenes de arresto.- El partido-milicia prosirio no reconoce la legitimidad de esta corte
El Tribunal Especial para L¨ªbano de Naciones Unidas, que investiga el asesinato del entonces ex primer ministro Rafik Hariri en 2005,ha anunciadola imputaci¨®n de cuatro miembros de Hezbol¨¢ como coautores del magnicidio. Entre los imputados figura Mustaf¨¢ Badreddine, uno de los principales jefes militares de la milicia chi¨ª. La acci¨®n judicial, largamente esperada y potencialmente desestabilizadora dada la fuerza de Hezbol¨¢, los apuros de sus jefes en Damasco y Teher¨¢n y la cr¨®nica violencia sectaria en L¨ªbano,ha abiertoun nuevo factor de incertidumbre en la regi¨®n.
La lista con los nombres de los cuatro imputados que el tribunal internacional entreg¨® al fiscal general, Saeed Mirza, no seha hechop¨²blica. Pero la prensa local dio a conocer ayer los nombres, ya muy sabidos por la opini¨®n p¨²blica libanesa desde que dos a?os atr¨¢s la revista alemana Der Spiegel filtr¨® parte del sumario. Eran Mustaf¨¢ Badreddine, Salim al-Ayyash, Hasan Ayneysseh y Asad Sabra.
Hassan Nasral¨¢, l¨ªder de Hezbol¨¢, amenaz¨® hace unos meses con "cortar la mano" a quien se atreviera a detener a uno de sus militantes por el asesinato de Hariri.Hoyha prefiridono reaccionar de inmediato. El primer ministro, Najib Mikati, ha tratado de restar importancia al asunto, dijo que se trataba de "simples imputaciones", que conven¨ªa "seguir buscando la verdad" y que el tribunal de la ONU gozaba de su "respeto". Mikati es primer ministro desde enero, cuando Hezbol¨¢ hizo caer el Gobierno de Saad Hariri, hijo del asesinado Rafik Hariri, justamente porque se neg¨® a rechazar la autoridad del tribunal internacional como reclamaba la milicia chi¨ª. Hezbol¨¢ s¨®lo cuenta con dos ministros, pero nadie ignora que puede formar y derribar gobiernos a su antojo.
Un portavoz del tribunal internacional, cuya constituci¨®n fue reclamada a la ONU por el ex primer ministro Saad Hariri, prefiri¨® no confirmar ni desmentir una informaci¨®n del diario beirut¨ª The Daily Star, seg¨²n la cual estaba previsto un pr¨®ximo viaje de los investigadores a Damasco para entregar a las autoridades judiciales los nombres de varios ciudadanos sirios presuntamente implicados en el magnicidio de 2005. Hariri, un multimillonario que siempre viajaba a bordo de una comitiva de blindados, fue asesinado con un potent¨ªsimo coche bomba cuya explosi¨®n mat¨® a otras 22 personas y abri¨® un enorme cr¨¢ter en la Corniche de Beirut.
La sospecha sobre Siria
Si se imputara a ciudadanos sirios se reforzar¨ªa la sospecha, muy intensa desde el mismo d¨ªa del atentado, acerca del protagonismo de los servicios secretos de Bachar el Asad en la muerte de Hariri, enemigo de Siria y de su presencia en L¨ªbano. Resultar¨ªa rar¨ªsimo que Hezbol¨¢, una organizaci¨®n absolutamente disciplinada, tomara una decisi¨®n tan grave como la de asesinar al primer ministro liban¨¦s sin consultar a sus patrones y financiadores, los gobiernos de Siria e Ir¨¢n.
La gran inc¨®gnita radica ahora en la reacci¨®n de Hezbol¨¢ y en la de sus tutores en Damasco y Teher¨¢n. El presidente sirio Bachar el Asad se enfrenta a una tremenda revuelta interna. El presidente Mahmud Ahmadineyad se ve acosado por el ayatol¨¢ Al¨ª Jamenei, l¨ªder supremo de la revoluci¨®n, y por la poderosa vieja guardia del r¨¦gimen. A ambos podr¨ªa convenirles la discreci¨®n para no verse complicados en un nuevo conflicto. O, por el contrario, podr¨ªa convenirles fomentar una explosi¨®n de violencia sectaria en L¨ªbano para distraer la atenci¨®n interna y externa sobre sus dificultades.
El hecho de que Mustaf¨¢ Badreddine encabece la lista de imputados significa que los fiscales del tribunal especial consideran que Hezbol¨¢, como organizaci¨®n, organiz¨® y ejecut¨® el asesinato. Baddredine perteneci¨® a los comandos de ¨¦lite de Fatah, Fuerza 17, durante la primera invasi¨®n israel¨ª de L¨ªbano (1982), y luego ingres¨® en Hezbol¨¢ junto a su cu?ado Imad Mughniyeh hasta alcanzar puestos de m¨¢ximo poder. Mughniyehm, jefe de operaciones de la milicia, muri¨® en 2008 en Siria, v¨ªctima de una misteriosa explosi¨®n. Seg¨²n una versi¨®n supuestamente procedente de los investigadores de la ONU y publicada por Der Spiegel y Le Monde, el cerebro del asesinato de Hariri fue Mughniyeh; ¨¦l ten¨ªa las pruebas que incriminaban a Bachar el Asad, y por eso los servicios secretos sirios le eliminaron.
No contaron con que uno de los actuales imputados, del que se ignora la identidad concreta, fue tan imprudente como para llamar a su novia con uno de los tel¨¦fonos utilizados para coordinar la compleja operaci¨®n de asesinato, tan sofisticada que uno de los veh¨ªculos empleados se transport¨® desde Jap¨®n. Esa llamada telef¨®nica fue supuestamente el hilo que siguieron los investigadores para llegar hasta Hezbol¨¢.
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