"La congelaci¨®n de los fondos libios nos perjudica a nosotros, no a Gadafi"
La parsimonia con la que conversa Mahmud Jibril, jefe del Gobierno de los sublevados libios contra Muamar el Gadafi, solo se quiebra, casi imperceptiblemente, cuando habla de los multimillonarios fondos del r¨¦gimen en el extranjero. "Sus activos en cuentas bancarias e inmobiliarios est¨¢n surgiendo como hongos", comenta este dirigente nacido en 1952 y formado acad¨¦micamente en Egipto y Estados Unidos. Tras meses de lucha para obtener la legitimidad internacional (m¨¢s de 30 pa¨ªses han reconocido ya formalmente al Consejo Nacional de Transici¨®n), el desbloqueo de esos fondos es vital para este organismo, carente de financiaci¨®n y embarcado en una guerra que se prolonga ya cinco meses. "Es una pena porque el dinero es libio. La comunidad internacional pens¨® que el r¨¦gimen colapsar¨ªa pronto y que no resistir¨ªa. Pero sabemos que Gadafi a¨²n tiene mucho dinero y oro. La resoluci¨®n 1970 de Naciones Unidas que estableci¨® la congelaci¨®n nos ha da?ado a nosotros y no al r¨¦gimen".
Libia es a d¨ªa de hoy un pa¨ªs dividido -"la integridad territorial de Libia est¨¢ amenazada", sostiene el primer ministro- con tres frentes de guerra: en el este, en el enclave petrolero de Brega; en la ciudad de Misrata, y en la regi¨®n monta?osa al sur de Tr¨ªpoli. Los rebeldes carecen de armamento y munici¨®n, especialmente en el oeste, y no es previsible que el r¨¦gimen se desplome a muy corto plazo, cuando el duro Ramad¨¢n de este a?o (much¨ªsimas horas de luz, sin comer ni beber) est¨¢ a la vuelta de la esquina.
"El tejido social est¨¢ destrozado y tenemos necesidades imperiosas. Hay oficialmente 450.000 libios viviendo en T¨²nez, aunque creemos que son m¨¢s porque muchos no se registraron ante las autoridades tunecinas. Ahora llega el Ramad¨¢n y no s¨¦ c¨®mo vamos a manejarlo si no se descongelan esos fondos hoy, no ma?ana; los colegios abren en septiembre... No tiene sentido que la comunidad internacional proteja a los civiles de las bombas y al mismo tiempo permita que la gente se muera de hambre. Nos protegen con una mano y nos matan con la otra", se explaya Jibril.
?Y qu¨¦ dicen los dirigentes de los pa¨ªses occidentales al respecto?
Que hay restricciones legales. Pero nosotros no las impusimos. Ahora pedimos cr¨¦ditos con la garant¨ªa de esos fondos congelados. O proponemos la lista de bienes y equipos que necesitamos para que los traigan con esos recursos como respaldo. Es inhumano dejar que el pueblo libio sufra as¨ª. Todav¨ªa no producimos ni exportamos petr¨®leo. No podremos hacerlo hasta que podamos proteger todas las instalaciones". Y a?ade: "Todo el mundo habla del posgadafismo, como si el r¨¦gimen ya hubiera ca¨ªdo, pero para nosotros lo m¨¢s importante no es el d¨ªa despu¨¦s, sino el d¨ªa antes".
Esa incapacidad para responder a las necesidades inaplazables de la poblaci¨®n (alimentos y medicinas) es, a juicio de Jibril, un riesgo enorme para la ¨¦poca posterior a Gadafi. "Si el CNT no satisface esas demandas, no habr¨¢ ninguna instituci¨®n para controlar la era posgadafi. Este escenario da miedo", advirti¨®. Una etapa que nadie sabe cu¨¢ndo se inaugurar¨¢.
"No creo que Gadafi se rinda. Continuar¨¢ resistiendo hasta que decida que ha llegado el momento de escapar a un pa¨ªs africano o en alg¨²n lugar de Libia. Es posible que pudiera esconderse en el sur del pa¨ªs, donde conserva la lealtad de algunas tribus", afirma Jibril, quien, no obstante, apuesta por otro desenlace. "Si estuviera en el pellejo de Gadafi", contin¨²a, "no me quedar¨ªa en Libia. Despu¨¦s de los miles de muertos y 1.600 mujeres violadas nadie podr¨ªa garantizar su seguridad, habr¨ªa venganza contra ¨¦l. Creo que la alternativa de permanecer en Libia es una maniobra de Gadafi para preparar la huida".
Una fuga sembrada de escollos. El Tribunal Penal Internacional ya persigue a Gadafi, al que Jibril califica como "dictador en una categor¨ªa aparte". "La opci¨®n es que busque refugio en alg¨²n pa¨ªs que no sea miembro del tribunal internacional. Hay pa¨ªses africanos, Bielorrusia, incluso Israel, que no son miembros. Gadafi est¨¢ desesperado, solo quiere salvar el cuello".
Tal vez molesten a Jibril, porque ello pueda suponer un respiro para el dictador, las reuniones secretas de enviados occidentales con representantes del r¨¦gimen, la ¨²ltima de emisarios de EE UU el pasado fin de semana en la isla tunecina de Yerba.
"Nadie puede negociar en nuestro nombre. Solo puede hacerlo el CNT. EE UU y Francia lo que hacen es transmitir mensajes al r¨¦gimen. Apreciamos la ayuda, que intenten encontrar una base com¨²n para la negociaci¨®n. Pero todo a partir de que Gadafi abandone el poder. Lo primero que debemos saber es que Gadafi y su familia no juegan ning¨²n papel. Con el primer disparo perdieron la legitimidad".
El d¨ªa despu¨¦s se augura muy complicado. En un pa¨ªs sin estructuras sociales ni pol¨ªticas; con una poblaci¨®n alienada durante d¨¦cadas; con un sistema educativo lamentable... Adem¨¢s, hay una enorme brecha entre los representantes pol¨ªticos de los rebeldes -muchos de ellos licenciados en universidades de Estados Unidos- y la poblaci¨®n, extremadamente conservadora, tradicional y religiosa. Tal vez, uno de los motivos de la desconfianza de Occidente respecto al futuro de Libia.
Explica Jibril: "Es una preocupaci¨®n leg¨ªtima de los Gobiernos extranjeros, y tambi¨¦n para nosotros. Cuando se vaya Gadafi, los libios se unir¨¢n. No hay institucionalizaci¨®n. Libia estaba en un estado de anarqu¨ªa. Solo exist¨ªa Gadafi. No hab¨ªa otra instituci¨®n. El art¨ªculo 1 de una ley de 1990 dec¨ªa que cualquier palabra que pronunciara Gadafi era ley. Entiendo la desconfianza de los pa¨ªses occidentales. Pero antes de que existiera el Estado libio, las tribus viv¨ªan en paz. Hab¨ªa orden. A veces existen leyes e instituciones y no hay paz. Otras veces es al rev¨¦s".
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