El lento despertar de la Am¨¦rica progresista
Un millar de personas se manifiesta en Wall Street inspirados por el 15-M espa?ol
Para millones de personas afectadas por la crisis econ¨®mica mundial, existe un lugar que simb¨®licamente representa el por qu¨¦ de todos sus problemas: Wall Street. Para los estadounidenses adem¨¢s tiene especial significado porque est¨¢ en su territorio y es la arteria principal del coraz¨®n financiero de Nueva York, donde laten algunos de los bancos e instituciones financieras m¨¢s poderosas del mundo, a cuyas arcas fueron a parar millones de d¨®lares del erario p¨²blico para salvar al pa¨ªs del colapso econ¨®mico entre 2008 y 2009. Tres a?os despu¨¦s de un rescate que no ha mejorado ni un ¨¢pice la econom¨ªa estadounidense y en la misma semana en que el censo ha arrojado el espeluznante dato de que el 15% de los estadounidenses (casi 50 millones de personas) vive por debajo del ¨ªndice de pobreza, Wall Street aspiraba a convertirse hoy en 'la puerta del sol' de Nueva York.
Pero a la vista de los n¨²meros no va a ser f¨¢cil despertar "al gigante dormido de la Am¨¦rica progresista" como defini¨® hoy el veterano activista Reverendo Billy a quienes se sienten tan indignados con el gobierno estadounidense como lo estaban con el suyo los indignados espa?oles que decidieron acampar en la Puerta del Sol el 15M. A la convocatoria neoyorquina Occupy Wall Street, lanzada hace dos meses desde la revista canadiense de cultura alternativa Adbusters e inspirada precisamente en el 15M, no acudieron m¨¢s de un millar de personas. Eso s¨ª, muchas iban cargadas con sus mochilas y sus sacos de dormir. "Yo creo que hay que ser optimistas. En Madrid la gente que acamp¨® el primer d¨ªa en Sol no eran m¨¢s de cincuenta y mira todo lo que pas¨® despu¨¦s. Los n¨²meros son relativos. Yo creo que esto es un movimiento global y contagioso y en este pa¨ªs es algo nuevo que hay que mirar de forma positiva". As¨ª se expresaba Luis, un espa?ol que ense?a en una universidad neoyorquina y que insist¨ªa en la necesidad de ver el vaso medio lleno. No era el ¨²nico espa?ol. Entre los que hab¨ªan acudido a la convocatoria estaba el cantante Javier Ruibal, de visita en la ciudad y quien se declaraba solidario con "cualquier movimiento de inconformidad". Aunque ¨¦l esperaba m¨¢s gente tambi¨¦n reconoc¨ªa que "las cosas en Estados Unidos funcionan de otra manera. Y aqu¨ª cuando la mecha se prende crece. Esta ciudad es el ombligo del capitalismo y est¨¢ muy bien ver a toda esta gente protestando porque no quieren que el gobierno los maneje a su antojo por un pu?ado de d¨®lares".
Geogr¨¢ficamente ocupar Wall Street fue una misi¨®n imposible puesto que la calle que aloja la bolsa neoyorquina amaneci¨® atrincherada bajo cientos de vallas y decenas de coches patrulla, obligando a los manifestantes a reunirse en dos parques cercanos. "El 99.9% de la gente se ha quedado en su casa pero no importa. El despertar llega poco a poco. Solo en esta ciudad ya hay medio mill¨®n de pobres. Si te quedas sin casa, sin trabajo y sin comer te aseguro que llegas a la calle", proclamaba un neoyorquino en paro.
Desde primera hora de la ma?ana empezaron a verse pancartas y peque?os grupos de gente inmersa en el debate. Muchos hab¨ªan viajado desde otras partes de Estados Unidos, como Josh Lucy que vino desde Florida "porque est¨¢n desmontando el pa¨ªs bajo mis pies y no puedo m¨¢s. Hay que hacer algo". Esa frase se repet¨ªa mucho entre los asistentes, igual que se oy¨® en Espa?a, Grecia o Chile. "Es que en todo occidente nos ocurre lo mismo. Tenemos democracias basadas en las necesidades de los bancos y multinacionales, no en las de los ciudadanos y los pol¨ªticos ya no trabajan para nosotros si no para ellos. Por eso el grito general es 'estamos hartos'. Ahora hay que ver c¨®mo conseguimos transformarlo en cambios reales", comentaba Eric, un activista con su mochila al hombro quien a?ad¨ªa que hoy muchos "dormiremos en los alrededores de Wall Street porque hace falta que alguien empiece para que otros nos sigan". De la necesidad de cambio se hablaba en varias asambleas organizadas por la tarde en el parque Zucotti, donde pac¨ªficamente, en peque?os grupos, y como ocurri¨® en Sol, se trataba de construir el futuro. Mientras, en la vecina calle Broadway, una treintena de coches y furgonetas de polic¨ªa aparcados a ambos lados de la acera y m¨²ltiples agentes custodiando entre otros el c¨¦lebre toro de Wall Street, se ocupaban simb¨®licamente de advertirles que su misi¨®n es proteger el presente.
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