Atrincherados, pese a todo, en Wall Street
Pese a la lluvia, el fr¨ªo y los arrestos, unas 300 personas siguen durmiendo a diario en el coraz¨®n financiero de Nueva York para mantener la protesta Occupy Wall Street
Mantener viva la protesta que arranc¨® hace cuatro d¨ªas en Wall Street es una tarea tit¨¢nica. Pr¨¢cticamente todo est¨¢ en contra de quienes han organizado esta acampada dirigida a denunciar la crisis econ¨®mica y pol¨ªtica global. Desde la lluvia hasta el urbanismo. La intenci¨®n es conseguir presencia continuada para que su voz se oiga desde el coraz¨®n del distrito financiero de Nueva York, como ocurri¨® durante el 15M en Madrid o en la plaza de Tahrir en Egipto, pero las caracter¨ªsticas, log¨ªsticas, geogr¨¢ficas y culturales no podr¨ªan ser m¨¢s diferentes, aunque lo que se denuncia sea muy similar. Teniendo en cuenta la agresividad que caracteriza a la polic¨ªa neoyorquina, resulta casi un milagro que entre 200 y 300 personas hayan dormido cada noche desde el s¨¢bado en el parque Zuccotti, rebautizado por los manifestantes como Plaza de la Libertad (Liberty Square).
Pero seg¨²n el flamante abogado Sam Cohen, contratado el martes por la Asamblea NYC, desde donde se decide el rumbo de la protesta, "la situaci¨®n legal de este espacio es muy particular. Al tratarse de un parque privado aunque de uso p¨²blico, no se rige por las leyes de otros parques, que obligan a desalojarlos a las diez de la noche. Este espacio puede ser utilizado por los neoyorquinos las 24 horas del d¨ªa pero curiosamente, como es privado, la ley que proh¨ªbe que m¨¢s de 20 personas est¨¦n reunidas en un lugar p¨²blico sin permiso no puede aplicarse", explic¨® Cohen a este diario. En resumen "no s¨¦ si todo esto se sab¨ªa cuando decidieron ocupar esta plaza o ha sido una feliz coincidencia, pero sin duda ayuda a dificultar su desalojo".
Pero ah¨ª termina la parte positiva. "Esto no se puede comparar con la Puerta del Sol o con Tahrir en Egipto. En esta plaza no hay energ¨ªa porque no est¨¢ dise?ada como aquellas, como punto de confluencia urbana. Esto es como estar en el exilio pol¨ªtico, porque es una plaza/parque peque?a, fea, que apenas se ve cuando pasas por delante. Y los neoyorquinos no vienen a este barrio a menos que sea para trabajar. Tenemos muy poca visibilidad aunque simb¨®licamente estemos cerca del enemigo", se quejaba ante esta reportera Kevin Kasra, un inform¨¢tico estadounidense de origen iran¨ª que no obstante, comparte "con entusiasmo" el por qu¨¦ de la protesta.
Entusiasmo es lo que les hace seguir adelante pese a los arrestos sufridos el lunes, por pintar en el suelo cerca de Wall Street (cinco personas) y el martes, por tratar de impedir que les quitaran los toldos con los que se proteg¨ªan de la lluvia (otras siete personas). La violencia con la que se practicaron los ¨²ltimos arrestos fue recogida en v¨ªdeo por los manifestantes y volaba este martes via Twitter a toda velocidad. "Los toldos incumplen la normativa sanitaria de la ciudad", asegur¨® a este diario un portavoz policial. Pero ah¨ª est¨¢ el abogado, navegando en los vericuetos legales y reclamando una excepci¨®n a la regla que con suerte permitir¨ªa desplegarlos a partir del mi¨¦rcoles. Y gente que ha venido de todas partes para apoyarles, incluidos varios madrile?os. "Tienen la misma energ¨ªa que ten¨ªamos nosotros en Sol al arrancar. Y adem¨¢s est¨¢n mucho mejor organizados. Nosotros tardamos semanas en conseguir donaciones econ¨®micas y en crear grupos de trabajo. Ellos en cuatro d¨ªas ya tienen tres cuentas de banco diferentes para comida, infraestructura, prensa...", comentaba M¨®nica L¨®pez, una de las cinco personas del equipo de audiovisuales de la Asamblea General de Sol, que ha venido a dar apoyo log¨ªstico y a filmar el desarrollo de la protesta.
No obstante, lo que ni ella ni el resto pueden negar es la debilidad num¨¦rica de un grupo que si no aumenta pronto de tama?o, tendr¨¢ muchas dificultades para resistir. Durante la asamblea del martes por la ma?ana apenas hab¨ªa 200 personas aunque por las tardes se les una la gente que vuelve del trabajo y superen con facilidad las 600 personas, un n¨²mero ¨ªnfimo teniendo en cuenta que en Nueva York viven ocho millones de personas. M¨®nica quiere ser positiva: "Es cierto, son pocos, aunque creo que en esta ciudad la gente es menos solidaria que en Madrid. Y encima, hace mucho fr¨ªo. Pero teniendo en cuenta lo r¨¢pido que se est¨¢n organizando podr¨ªan crecer y dar una sorpresa".
Para algunos el fallo radica en un mensaje confuso. Dos oficinistas que curioseaban el martes en la plaza de la Libertad se mostraban confundidos ante la diversidad de carteles y afirmaban: "Creo que nadie entiende exactamente lo que piden. Les admiro por dejarlo todo y venir aqu¨ª pero quiz¨¢s deber¨ªan lanzar un mensaje m¨¢s claro para que se les una m¨¢s gente".
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