Tablas en el primer asalto en la granja de la discordia
Un juez paraliza a ¨²ltima hora la expulsi¨®n de 400 trashumantes en un poblado de Essex.- Indignados llegados de Londres intentan evitar el desalojo
Tras 10 a?os de disputas legales, hoy ha empezado la batalla final de Dale Farm, un campamento ilegal de trashumantes en Crays Hill, en el municipio de Basildon (Essex), unos 50 kil¨®metros al Este de Londres. El ayuntamiento hab¨ªa fijado para hoy el d¨ªa para empezar su desalojo, pero tras largas horas de tensa espera y de in¨²tiles conversaciones, un juez ha decretado tablas en el primer juego de una partida que se prev¨¦ larga: cuando circulaban ya rumores de que el municipio hab¨ªa cortado la luz al campamento y se pensaba que el asalto era inminente, el Tribunal Superior de Londres ha ordenado al ayuntamiento que paralizara la expulsi¨®n al menos hasta el viernes.
Es un conflicto con aromas de protesta de indignados a la espa?ola pero con ramificaciones de racismo, pacifismo, activismo violento y las tensiones hist¨®ricas que rodean en tantos lugares del mundo la presencia de una comunidad gitana. O al menos medio gitana. En el Reino Unido son habituales los conflictos con lo que en ingl¨¦s llaman travellers, literalmente viajeros. Sobre todo cuando esas comunidades no hacen su honor a su nombre y deciden asentarse en alg¨²n sitio en lugar de vivir en la carretera.
El conflicto en Dale Farm empez¨® en los a?os 70, cuando el consejo municipal de Basildon concedi¨® permiso a 40 gitanos ingleses para instalarse junto a lo que entonces era un cementerio de autom¨®viles. En 1996, el propietario del dep¨®sito lo cerr¨® y vendi¨® Dale Farm a una familia de trashumantes irlandesa por 100.000 libras. Desde 2001 empezaron a instalarse nuevas familias, sin que el municipio actuara: las familias compraban parcelas a los propietarios legales y se instalaban a vivir all¨ª. El problema es que no ten¨ªan permiso para edificar. Y algunas de las caravanas se acabaron convirtiendo en edificaciones m¨¢s o menos permanentes.
La consecuencia de todo eso es que la mitad de Dale Farm es legal pero la otra mitad es ilegal y ocupa un ¨¢rea de apenas 2,5 hect¨¢reas que el ayuntamiento considera zona verde. Presionado por la poblaci¨®n local, el consejo municipal de Basildon decidi¨® entrar en acci¨®n en 2005 y desalojar las 51 viviendas que se hab¨ªan levantado sin permiso municipal, en las que viven unas 400 personas. Tras a?os de batalla legal y pol¨ªtica, el ayuntamiento gan¨® en apelaci¨®n una sentencia que en principio favoreci¨® a los trashumantes y fij¨® para hoy el inicio de la expulsi¨®n. El caso he levantado pol¨¦mica m¨¢s all¨¢ de Reino Unido y el Comit¨¦ de Naciones Unidas para la Eliminaci¨®n de la Discriminaci¨®n Racial ha llegado a declarar que la expulsi¨®n es desproporcionada y constituye un abuso de poder.
El ayuntamiento se defiende diciendo que ha ofrecido alojamientos alternativos en pisos municipales a todos los que tienen derecho legal a conseguirlo pero que las familias lo han rechazado porque ese no es su modo de vida tradicional y porque quieren seguir viviendo juntos como comunidad. Aunque algunas familias han abandonado el lugar, el grueso de la comunidad se ha parapetado en Dale Farm y cuenta con el apoyo no solo moral sino f¨ªsico de varios centenares de activistas.
"Anarquistas", les llama el Daily Mail, cuyas informaciones subrayan la habitual l¨ªnea divisoria en estos casos: la izquierda defendiendo la necesidad de encontrar una salida pac¨ªfica al conflicto y enfatizando la importancia de combatir cualquier actitud que pueda parecer racista; la derecha defendiendo la aplicaci¨®n de la ley y denunciando que legalizar ese campamento significa no solo ceder a la presi¨®n, sino hacer trampa: ?por qu¨¦ se ha de considerar legal una edificaci¨®n en un terreno comprado a precio de solar barato porque no era zona edificable?
Todo eso hizo que hoy activistas y vecinos se acantonaran en el lugar prepar¨¢ndose para una defensa numantina. Una joven ha llegado a encadenarse por el cuello a una de las puertas de entrada al recinto. Un cartel advert¨ªa: "Peligro de muerte. Detr¨¢s de esta puerta una mujer est¨¢ encadenada por el cuello. Si intentan abrir esta puerta la matar¨¢n a ella". Antes de que nadie intentara abrir la puerta, un juez ha suspendido el desalojo y ha ordenado al ayuntamiento que informara a los vecinos de sus planes de desalojo parcela a parcela.
Los travellers, n¨®madas irlandeses
Los travellers son un grupo de origen irland¨¦s, tradicionalmente n¨®madas, pero que a menudo se asientan en alg¨²n campamento durante a?os, como ha sucedido en el caso de la granja de Dale. Se les conoce como n¨®madas irlandeses (en ingl¨¦s irish travellers) y a lo largo del tiempo han desarrollado una cultura y un lenguaje diferenciados, con influencia celta. Este grupo habita en las islas brit¨¢nicas, principalmente en Irlanda, pero tambi¨¦n en Reino Unido y en los Estados Unidos. La ley brit¨¢nica les considera un grupo ¨¦tnico y les reconoce su propia tradici¨®n cultural.
Los n¨®madas irlandeses a menudo son confundidos con los gitanos por el estilo de vida parecido, y a menudo se les designa con ese t¨¦rmino, pero seg¨²n varios estudios no pertenecen a la misma etnia. En Reino Unido e Irlanda son tambi¨¦n conocidos como pikeys (t¨¦rmino despectivo usado tambi¨¦n para referirse a los gitanos). Tambi¨¦n se les llama tinkers (chatarreros) o knackers (matarifes de caballos). Estos t¨¦rminos est¨¢n relacionados con sus ocupaciones tradicionales o con las costumbres con las que suelen ser asociados, ya que menudo se dedican a recoger chatarra y metales y a comprar caballos muertos o viejos. La causa de los travellers ha sido defendida, entre otros, por el Comit¨¦ para la eliminaci¨®n de la discriminaci¨®n racial de la ONU, Amnist¨ªa Internacional y famosos activistas como la actriz Vanessa Redgrave, que acudi¨® en d¨ªas pasados a Dale Farm para respaldarlos. La granja de Dale es el mayor asentamiento que existe en Reino Unido de este grupo.
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