Palestina en la ONU: ?d¨®nde queda Europa?
Estados Unidos y Obama han perdido peso como negociadores principales en el conflicto ¨¢rabe-israel¨ª. La UE, si supera divisiones y sostiene una posici¨®n ¨²nica, debe encarnar la centralidad diplom¨¢tica
La candidatura para el reconocimiento de un Estado palestino presentada por el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, en la Asamblea General de Naciones Unidas se convirti¨® en un terreno de pruebas diplom¨¢tico para los actores implicados en el proceso de paz de Oriente Pr¨®ximo.
La petici¨®n de Abbas para reconocer a Palestina como Estado de pleno derecho se produjo tras los fallidos esfuerzos internacionales para elevar su estatus de entidad observadora a Estado observador no miembro. El resultado de las negociaciones en el Consejo de Seguridad de la ONU para valorar la petici¨®n palestina sigue siendo una inc¨®gnita. Pero independientemente de si se re¨²nen los nueve votos necesarios para que se inicie el proceso de votaci¨®n y, por lo tanto, para que Estados Unidos se vea obligado a ejercer su veto, la proeza de Abbas ha modificado la posici¨®n diplom¨¢tica de Estados Unidos, Europa y otras potencias en el proceso de paz.
Estados Unidos y su presidente, Barack Obama, han perdido terreno como agentes negociadores principales del conflicto ¨¢rabe-israel¨ª. Los diplom¨¢ticos norteamericanos no consiguieron convencer a Abbas de que retomar las conversaciones de paz con los israel¨ªes es la ¨²nica v¨ªa. En su alocuci¨®n de mayo de 2011 ante el Comit¨¦ de Asuntos P¨²blicos Israel-Estados Unidos -el lobby israel¨ª m¨¢s poderoso de Estados Unidos-, Obama reconoci¨® que Palestina se dispon¨ªa a llevar su petici¨®n de reconocimiento ante la ONU, dada la "impaciencia con el proceso de paz, o la ausencia de este". Al adoptar una actitud de "poco m¨¢s puedo hacer al respecto", Obama dej¨® claro que el camino hacia la paz quedaba en manos de las partes. As¨ª lo confirm¨® cuando anunci¨® en la ONU que "en ¨²ltimo extremo, son los israel¨ªes y los palestinos -no nosotros- los que deben alcanzar un acuerdo en las cuestiones que los dividen".
La disminuci¨®n de la posici¨®n preponderante de Estados Unidos en las negociaciones de paz tiene profundas ra¨ªces. Por un lado, es evidente la falta de avances sobre el terreno que acerquen a israel¨ªes y palestinos y permitan una ronda de nuevas negociaciones. Mientras que Israel alega que no puede haber proceso de paz si una de las partes act¨²a de manera unilateral, los l¨ªderes palestinos no han visto razones para retirar su candidatura a favor del reconocimiento de su Estado. La baja popularidad de Abbas en Palestina y la negativa de Israel a detener la construcci¨®n de asentamientos han reforzado una situaci¨®n de statu quo, con las negociaciones en punto muerto desde hace dos a?os y medio.
Obama tiene las manos atadas
ante la perspectiva de que los votantes jud¨ªos le retiren su apoyo
A Obama le ha costado llenar el vac¨ªo entre las promesas y las pol¨ªticas que ha podido poner en marcha. Tanto su discurso en El Cairo de 2009 como su comparecencia ante la Asamblea General de la ONU el a?o pasado abogaban por el establecimiento de un Estado palestino que coexista pac¨ªficamente con Israel. La falta de avances en este sentido ha causado una sensaci¨®n de frustraci¨®n en la regi¨®n y en el propio presidente, y as¨ª lo admiti¨® en su discurso en la Asamblea General.
Sin embargo, existen tambi¨¦n en Estados Unidos poderosas consideraciones internas que afectan a su posici¨®n en la arquitectura de la paz en Oriente Pr¨®ximo. A un a?o de su campa?a de reelecci¨®n, Obama tiene las manos atadas ante la perspectiva de que los votantes jud¨ªos le retiren su apoyo en Estados clave como Florida y Pensilvania. Los debates pol¨ªticos altamente polarizados en el Congreso han provocado que la mayor¨ªa republicana amenace con reducir la ayuda a los palestinos a ra¨ªz de su candidatura para ocupar un asiento en la ONU. La portavoz del Comit¨¦ de Asuntos Exteriores del Congreso, la republicana Ileana Ros-Lehtinen, ha llegado al extremo de condicionar la financiaci¨®n estadounidense de las agencias de la ONU al resultado del voto sobre el reconocimiento del Estado palestino.
La UE debe mantener
su condici¨®n de mayor donante en Palestina en plena crisis econ¨®mica
Al reducirse la capacidad de maniobra de Estados Unidos, los europeos han ocupado el centro de la acci¨®n diplom¨¢tica en la ONU y han sido foco de atenci¨®n por parte de israel¨ªes y palestinos. En Nueva York, la UE ha utilizado el Cuarteto para Oriente Pr¨®ximo para impulsar las conversaciones de paz y tratar de buscar una alternativa al reconocimiento del Estado palestino. La alta representante para la Pol¨ªtica Exterior de la UE, Catherine Ashton, ha utilizado sus herramientas de "diplomacia silenciosa" para fijar el calendario y los t¨¦rminos de futuras negociaciones y ha trabajado entre bastidores para proponer una alternativa a la adhesi¨®n de Palestina como miembro de pleno derecho. El Cuarteto ha adoptado una agenda de seis puntos que deber¨ªa concluir en 2012 con la firma de un acuerdo de paz entre las partes.
Algunos pa¨ªses europeos tambi¨¦n han asumido a t¨ªtulo individual un papel preponderante. El presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy, reaccion¨® ante el impasse generado y, desde la tarima de la Asamblea General, propuso una v¨ªa intermedia que elevara el estatus de Palestina al de un Estado observador no miembro y fijara un plazo de un a?o para alcanzar un acuerdo de paz definitivo entre las partes. Pero ?en qu¨¦ posici¨®n quedar¨¢ Europa tras estos esfuerzos de mediaci¨®n y una vez empezadas las discusiones del Consejo de Seguridad sobre la petici¨®n de Palestina?
Aunque Abbas hubiera aceptado un estatus de observador no miembro, es posible que los europeos hubieran votado en sentidos opuestos en la Asamblea General. Los Estados miembros de la UE mantienen posiciones opuestas en el proceso de paz de Oriente Pr¨®ximo. Tradicionalmente las negociaciones internas han enfrentado a un bloque proisrael¨ª formado por Alemania, la Rep¨²blica Checa y los Pa¨ªses Bajos, entre otros, y a otro que apoya las aspiraciones de Palestina y en el que figuran pa¨ªses como Francia, Suecia, Portugal y Espa?a.
A pesar de la divisi¨®n interna, la UE ha conseguido proponer iniciativas que han marcado hitos en la implicaci¨®n de la comunidad internacional en el proceso de paz. En la reuni¨®n del Consejo de Asuntos Exteriores de diciembre de 2009, los ministros de la UE acordaron que "la Uni¨®n Europea no reconocer¨¢ ning¨²n cambio en las fronteras anteriores a 1967, incluso por lo que respecta a Jerusal¨¦n, con excepci¨®n de los que acuerden las partes". Esta posici¨®n fue adoptada m¨¢s adelante por Obama en su discurso sobre la primavera ¨¢rabe de mayo de 2011, ante el cual los l¨ªderes israel¨ªes reaccionaron con dureza al afirmar que no se podr¨ªa establecer un Estado palestino bas¨¢ndose en las fronteras "indefendibles" de 1967.
Los europeos tambi¨¦n son fuente de legitimidad y ejercen influencia moral sobre ambas partes. El acercamiento diplom¨¢tico a los representantes europeos ejercido por israel¨ªes y palestinos en la Asamblea General ha potenciado el papel de Europa como actor clave en este foro. El hecho de que Estados Unidos tenga las manos atadas tambi¨¦n ha servido para que Europa se convierta en un actor decisivo, y no en un mero acompa?ante, de la construcci¨®n de la paz en Oriente Pr¨®ximo.
De ahora en adelante, la UE se enfrenta a grandes retos para mantener la centralidad diplom¨¢tica que le ha sido otorgada en las recientes negociaciones. Necesitar¨¢ demostrar con acciones que sus promesas con respecto a la primavera ¨¢rabe y al proceso de paz en Oriente Pr¨®ximo responden a una estrategia a largo plazo de fomento de la democracia, protecci¨®n de los derechos humanos y construcci¨®n de Estados de derecho. Adem¨¢s, si el Congreso de Estados Unidos reduce finalmente la ayuda a la Autoridad Palestina, la UE necesitar¨¢ mantener su condici¨®n de mayor donante en Palestina en un contexto de grave crisis econ¨®mica.
Los pa¨ªses europeos deber¨¢n tambi¨¦n redoblar esfuerzos para acordar una posici¨®n ¨²nica y respaldar las nuevas estructuras diplom¨¢ticas del Servicio Europeo de Acci¨®n Exterior. Catherine Ashton ha ganado algunos puntos al estar en el centro de las mediaciones en el Cuarteto. Las negociaciones en el Consejo de Seguridad de la ONU proporcionan a los cuatro miembros europeos (Francia y Reino Unido como miembros permanentes y Alemania y Portugal como no permanentes) la ocasi¨®n para hablar en nombre de la UE si sus mensajes son coherentes y responden a acuerdos previos a nivel europeo. Ello ser¨ªa sin duda un paso en la direcci¨®n adecuada para consolidar el papel de Europa en la escena internacional.
Pol Morillas es coordinador del ?rea de Pol¨ªticas Euromediterr¨¢neas en el Instituto Europeo del Mediterr¨¢neo (IEMed).
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