Fuga de cerebros en Ir¨¢n
Miles de j¨®venes han decidido irse del pa¨ªs desde la reelecci¨®n de Ahmadineyad hace dos a?os
¡°Nosotras no participamos en actividades pol¨ªticas, pero la situaci¨®n se ha vuelto muy triste. No hay esperanza¡±, conf¨ªan F. y su hermana M., de 25 y 28 a?os. Ambas son artistas. ¡°Al final, la falta de libertades tambi¨¦n nos afecta¡±, concluyen para explicar por qu¨¦ est¨¢n haciendo los tr¨¢mites para emigrar a Canad¨¢. Como ellas, miles de j¨®venes han decidido irse de Ir¨¢n desde la controvertida reelecci¨®n de Mahmud Ahmadineyad hace dos a?os. No hay datos oficiales, pero las embajadas europeas en Teher¨¢n confirman que han aumentado las solicitudes de visados de estudios. Todos buscan un futuro mejor.
¡°Desconocemos cu¨¢ntos de los que piden un visado lo hacen con intenci¨®n de quedarse, pero sin duda ese es el deseo de muchos j¨®venes¡±, se?ala un funcionario consular. El Gobierno iran¨ª niega el fen¨®meno, que el ministro de Educaci¨®n Superior ha calificado de ¡°exageraci¨®n period¨ªstica¡±. Sin embargo, el expresidente Ali Akbar Hachem¨ª Rafsanyan¨ª lo reconoci¨® a finales de julio durante una reuni¨®n con un grupo de alumnos sobresalientes. ¡°El comportamiento de algunos responsables pol¨ªticos es la causa de la fuga de cerebros¡±, declar¨®.
¡°El 80% de mis alumnos est¨¢n aprendiendo una segunda lengua extranjera para salir del pa¨ªs¡±, asegura un profesor en una academia de idiomas privada de Teher¨¢n donde las matr¨ªculas no dejan de aumentar desde 2009.
El 80% de mis alumnos est¨¢n aprendiendo una? lengua extranjera para salir del pa¨ªs
Profesor de idiomas de Teher¨¢n
Tal es el caso de Maryam y Reza (nombres supuestos), una pareja de arquitecto y urbanisto, de 30 a?os y ambos con buen conocimiento de ingl¨¦s. ¡°Antes trabaj¨¢bamos en nuestro campo, pero a medida que empeoraba la situaci¨®n econ¨®mica hemos tenido que aceptar otros empleos menos relacionados con nuestros estudios¡±, explican. Ahora la inflaci¨®n, que califican de ¡°vertiginosa¡±, la ausencia de un sistema meritocr¨¢tico (¡°solo es posible ascender si tienes enchufe o conexiones¡±) y la falta de derechos ciudadanos, les han llevado a iniciar el proceso para emigrar a un pa¨ªs occidental.
Buscan ¡°estabilidad laboral, poder progresar seg¨²n los m¨¦ritos de cada uno y sentir que se respeta la dignidad humana¡±. Como la mayor¨ªa de los entrevistados el pasado verano en la capital iran¨ª, ambos dicen que no son pol¨ªticamente activos, pero admiten simpatizar con los reformistas. ¡°Creemos en la separaci¨®n de la religi¨®n de la pol¨ªtica y queremos tener un gobierno elegido con los votos del pueblo¡±, subrayan. Por ahora, se muestran ¡°poco optimistas¡± respecto a la posibilidad de cambios en Ir¨¢n, por lo que descartan la posibilidad de regresar en un futuro pr¨®ximo.
El fen¨®meno no es nuevo. Un informe del FMI ya estimaba en 2006 que la sangr¨ªa de talento costaba al pa¨ªs unos 40.000 millones de d¨®lares anuales. Pero va a m¨¢s. No se trata s¨®lo de los activistas pol¨ªticos y de derechos humanos que a ra¨ªz de las manifestaciones post electorales tuvieron que poner pies en polvorosa para esquivar la inevitable detenci¨®n, o que tras su paso por la c¨¢rcel no vieron m¨¢s alternativa que pagar a un contrabandista para que les cruzara a Turqu¨ªa en busca del estatuto de refugiado. Los que se van ahora son titulados superiores que hablan uno o dos idiomas extranjeros y han perdido la fe en la capacidad de regeneraci¨®n de su pa¨ªs.
En Ir¨¢n solo es posible ascender si tienes enchufe o conexiones
Maryam y Reza, arquitecta y urbanista
El caso de Ali (nombre supuesto), un ingeniero mec¨¢nico de 30 a?os que trabaja en el sector de los hidrocarburos (uno de los mejor pagados del pa¨ªs), confirma que la cuesti¨®n no es estrictamente pol¨ªtica o de oportunidades econ¨®micas, sino de falta de horizontes sociales y personales. ¡°No hay condiciones para desarrollarse ni en lo profesional, ni en lo personal¡±, se?ala este t¨¦cnico que habla ingl¨¦s y franc¨¦s. Ali siempre tuvo la idea de que alg¨²n d¨ªa emigrar¨ªa, pero los lazos familiares le frenaban. Ya no. ¡°Quiero vivir en una sociedad estable, donde pueda ascender por mis m¨¦ritos y con un ambiente tranquilo para educar a mis hijos¡±, justifica.
¡°?Tener hijos? ?Para qu¨¦?¡±, cuestiona con un tono amargo Z., una t¨¦cnico inform¨¢tico que considera insoportable la situaci¨®n en Ir¨¢n. Casada desde hace varios a?os con otro profesional y en una buena posici¨®n econ¨®mica, esta mujer acaricia la idea de aprovechar su preparaci¨®n para reiniciar su vida en otra parte del mundo. ¡°Este pa¨ªs cada d¨ªa est¨¢ peor¡±, concluye.
¡°El Gobierno se entromete en los asuntos m¨¢s ¨ªntimos de la gente; te sientes como si no formaras parte del pa¨ªs, de sus instituciones¡±, resume Hosein (nombre supuesto), un ingeniero civil de 29 a?os, funcionario del Estado y soltero. Este joven, que se define como ¡°nacionalista¡±, lleva tres a?os tramitando un permiso de trabajo fuera de Ir¨¢n, donde dice sentirse ¡°encerrado¡± por las dificultades que sus habitantes tienen ¡°para obtener visados del 90% de los pa¨ªses del mundo¡±.
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