Los islamistas de T¨²nez inquietan al sector laico de la sociedad
Por primera vez en 55 a?os, el pa¨ªs celebra unas elecciones democr¨¢ticas

¡°Si ganan, pierdo el trabajo y el local cierra o se reconvierte¡±. Samir, 25 a?os, hace este pron¨®stico tajante sobre lo que suceder¨¢ despu¨¦s del domingo si ese d¨ªa el partido islamista En Nahda gana las elecciones en T¨²nez. Para pagarse sus estudios, sirve copas en un local cerca de la playa de Gamart, un acomodado suburbio de la capital.
Por primera vez en la historia de T¨²nez desde la independencia, hace 55 a?os, el domingo se celebrar¨¢n unas elecciones democr¨¢ticas para elegir una Asamblea Constituyente que deber¨¢ redactar una nueva Constituci¨®n, pero de la que surgir¨¢ tambi¨¦n un nuevo Gobierno de transici¨®n. Los sondeos y los analistas prev¨¦n una victoria islamista.
Samir ha crecido, como otros muchos j¨®venes de las grandes ciudades costeras, en el pa¨ªs menos impregnado de religi¨®n del norte de ?frica. ¡°Desconf¨ªo del discurso apaciguador de los barbudos¡±, prosigue. ¡°S¨¦ que si resultan vencedores se acab¨® mi sustento porque en el mejor de los casos el alcohol solo se podr¨¢ consumir en hoteles para turistas¡±, a?ade.
El discurso islamista es, desde luego, tranquilizante. Rachid Ghanouchi, el l¨ªder de En Nahda, explicaba en mayo a este corresponsal que en T¨²nez hab¨ªa mucho que aprender del modelo pol¨ªtico turco. Ha asumido el ¡°estatuto personal¡± del que goza la mujer tunecina desde 1956, el m¨¢s avanzado del mundo ¨¢rabe con la excepci¨®n de L¨ªbano. Ha aceptado la paridad de ambos sexos en las listas electorales. En su programa de gobierno recalca el derecho de la mujer a la ¡°igualdad, educaci¨®n, trabajo y participar en la vida p¨²blica¡±.
En su l¨ªnea conciliadora Ghanouchi apostaba, en otra entrevista en verano con la prensa extranjera, ¡°por la formaci¨®n¡±, despu¨¦s de las elecciones, "de un Gobierno de coalici¨®n con los dem¨¢s partidos durante los cinco pr¨®ximos a?os¡±. En su programa tambi¨¦n promete la creaci¨®n de cerca de 600.000 puestos de trabajo durante el pr¨®ximo lustro pese a que desde el estallido de la revoluci¨®n el crecimiento, el m¨¢s sostenido del norte de ?frica durante a?os, est¨¢ estancado.
Ghanouchi se ha dejado adem¨¢s maniatar. En ese parlamento en la sombra que ha sido durante estos meses la llamada Alta instancia para la realizaci¨®n de los objetivos de la revoluci¨®n, el l¨ªder islamista suscribi¨®, con los partidos y sindicatos all¨ª representados, un Pacto Republicano con tintes laicos del que deber¨ªa inspirarse la nueva Constituci¨®n.
Pese a tantas garant¨ªas los dirigentes En Nahda se decantan, y su n¨²mero dos Ali Larayeh lo reconoci¨® en los foros a puerta cerrada a los que asisti¨® en Madrid y Ginebra, por reforzar la identidad musulmana en el sistema pol¨ªtico, educativo y hasta en el judicial, pero sin forzar imposiciones. Hace m¨¢s de un cuarto de siglo que renunci¨®a la violencia.
Las bases de En Nahda, sobre todo en el T¨²nez profundo, son ¡°mucho m¨¢s rigoristas que su c¨²pula¡±, advierte el soci¨®logo Alaya Allani. Destacan los imanes que, aprovechando el desconcierto de la transici¨®n, ha colocado al frente de muchas mezquitas. En Feriana, en el centro del pa¨ªs, uno de esos cleros dedic¨® su serm¨®n del viernes en la mezquita a pedir la dimisi¨®n del Gobierno y la aplicaci¨®n de la sharia (ley isl¨¢mica). Parte de los fieles se marcharon, pero ¨¦l que s¨ª permaneci¨® en el templo fue el jefe local de En Nahda.
Con motivo de las violentas protestas salafistas contra la cadena de televisi¨®n privada Nessma, que difundi¨® hace dos semanas la pel¨ªcula Pers¨¦polis, una s¨¢tira del r¨¦gimen iran¨ª, la direcci¨®n de En Nahda tuvo una actitud algo ambigua. Larayeh conden¨®, por ejemplo, la violencia, pero tambi¨¦n la ¡°provocaci¨®n¡± de la cadena y de la directora, Marjane Satrapi, que rod¨® el largometraje de animaci¨®n en la que Al¨¢ aparece con aspecto de anciano bonach¨®n. El islam proh¨ªbe su representaci¨®n.
Ayer fue el propio primer ministro, Beji Caid Essebsi, el que enmend¨® la plana a Ghanouchi por advertir, el mi¨¦rcoles, que sacar¨ªan a sus fuerzas a la calle s¨ª se produc¨ªa un fraude electoral que le fuera desfavorable. Estas van a ser probablemente las elecciones m¨¢s vigiladas de la historia por la comunidad internacional a la que se ha sumado la sociedad civil tunecina. Por eso, le dijo, ¡°no es posible que haya fraude¡±. ¡°Los que dudan del procedimiento electoral es como si dudasen de s¨ª mismos¡±, concluy¨®.
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