Fran?ois Hollande
Si el candidato socialista gana, el problema surgir¨¢ despu¨¦s. El principal reto en Francia es el empleo
Acaba de ganar las primarias un fiel disc¨ªpulo de la f¨¢bula de La Fontaine La liebre y la tortuga. A la hora de competir por la candidatura, se acord¨® del consejo aprendido de memoria por los j¨®venes franceses en la escuela republicana: ¡°No por mucho madrugar amanece m¨¢s temprano¡±. Es Fran?ois Hollande, el candidato oficial del Partido Socialista franc¨¦s a las presidenciales de mayo de 2012. El resultado era bastante previsible, aunque la lucha fue amarga, pues Hollande se hab¨ªa perfilado desde hac¨ªa meses, mientras Martine Aubry, primera secretaria del partido, estaba esperando la decisi¨®n de Dominique Strauss-Kahn, que sali¨® como sabemos. En cierto modo, Aubry es v¨ªctima de su pacto secreto del verano pasado en Marrakech con el entonces director del FMI, seg¨²n el cual ella no se presentar¨ªa si ¨¦l lo hac¨ªa. Aubry no pudo superar el argumento defendido por sus adversarios, los otros cinco candidatos que se enfrentaron en la primera vuelta, que afirmaron al un¨ªsono que ella era no una candidata, sino una ¡°sustituta¡±.
?Queda por saber ahora si Hollande puede ganar en las presidenciales frente a Nicolas Sarkozy. Salvo una crisis grav¨ªsima de la econom¨ªa que podr¨ªa trastornar el mapa pol¨ªtico, hay muchas razones para apostar por la victoria de Hollande.
Primero, desde el comienzo de la V Rep¨²blica (1958), nunca jam¨¢s un presidente hab¨ªa estado tan bajo en los sondeos y nunca hab¨ªa generado tanto rechazo por parte de importantes grupos de la poblaci¨®n. Dicho claramente, en una Rep¨²blica en la que el presidente es un s¨ªmbolo de la naci¨®n y una autoridad moral (esencia de la psicolog¨ªa republicana), Sarkozy sufre hoy en d¨ªa una falta de respeto personal poco compatible con su funci¨®n. Y eso tanto por razones justificadas como, hay que confesarlo tambi¨¦n, por malas razones, pues no se puede decir que haya actuado mal en todo.
Segundo, y como consecuencia de lo anterior, el presidente en funciones ha provocado una movilizaci¨®n en su contra dif¨ªcil de detener. La izquierda, desmotivada estos ¨²ltimos a?os, parad¨®jicamente se ha vuelto a movilizar por este rechazo a todo lo que representa Sarkozy. As¨ª que habr¨¢ una participaci¨®n alta en las elecciones de mayo de 2012.
Tercero, Nicolas Sarkozy ha perdido todas las elecciones de los ¨²ltimos cinco a?os, incluso las parciales, siempre consideradas en Francia como un bar¨®metro indicativo de las tendencias electorales profundas. M¨¢s a¨²n, la p¨¦rdida de la mayor¨ªa en el Senado tiene un significado particular: es la primera vez desde 1958 que la ¡°Francia profunda¡± vota en contra de la derecha.
Cuarto, la estrategia de Sarkozy provoc¨® tambi¨¦n una cr¨ªtica dura por parte del Frente Nacional, el partido de extrema derecha de Marine Le Pen. Las transferencias de votos no se van a hacer f¨¢cilmente a favor de Sarkozy (y fueron esos votos los que permitieron su victoria en 2007). En cambio, ahora, Hollande puede obtener un acuerdo entre las dos vueltas electorales con el candidato centrista Fran?ois Bayrou, aunque tendr¨¢ que pagarlo dentro del Partido Socialista. Un acuerdo para ganar.
Quinto, la derecha est¨¢ dividida y ya han empezado los ¡°posicionamientos¡± para despu¨¦s de las presidenciales entre los ¡°posibles¡± l¨ªderes de la derecha (Alain Jupp¨¦, Dominique de Villepin...).
Si Hollande gana, el verdadero problema surgir¨¢ despu¨¦s. El principal reto en Francia es el del empleo. Ahora bien, las propuestas de la izquierda est¨¢n muy por debajo de las necesidades: ser¨¢ dif¨ªcil mantener una disciplina presupuestaria como lo propone Hollande y, a la vez, crear empleos. Sin una pol¨ªtica de incentivo fiscal y de relanzamiento, los socialistas no podr¨¢n responder a las expectativas del pueblo franc¨¦s. Por ahora se benefician no tanto de una adhesi¨®n a su programa, sino del rechazo, a veces irracional, a la persona y a la pol¨ªtica de Sarkozy. Eso no bastar¨¢ para ganar las elecciones municipales de 2014, que van a ser muy duras para la izquierda. De momento, aunque no lo tiene f¨¢cil frente a un Sarkozy conocido por su gran capacidad de manipulaci¨®n, Hollande ha ganado ya las primarias merced al apoyo de los otros cinco candidatos. Pero las primarias demostraron la existencia de un electorado de izquierda muy politizado. Arnaud Montebourg consigui¨® mas del 15% con una l¨ªnea de izquierda republicana, antiglobalizaci¨®n. Esta l¨ªnea ha sido representada, m¨¢s o menos, en el ¨²ltimo congreso del Partido Socialista por Benoit Hamon, tambi¨¦n joven abogado de una v¨ªa alternativa al social-liberalismo de Hollande. Ahora bien, estas corrientes no tienen intenci¨®n de callarse. As¨ª que: ?buena suerte, querido Fran?ois!
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.