?C¨®mo llamamos a Macedonia?
El nombre de la exrep¨²blica yugoslava es un obst¨¢culo para su integraci¨®n en los 27 Grecia se opone por temor a que se reclame en el futuro parte de la Macedonia griega
El caballo patalea como lo hac¨ªa el que ¨¦l montaba, seg¨²n dicen. El jinete viste como, cuenta la leyenda, ¨¦l acostumbraba en la batalla. Y se parece, seg¨²n lo pintaron entonces, al rey de aquella Macedonia, espada en mano. Pero blanco y en botella no es siempre leche. Al menos en Skopje. La estatua que gobierna la principal plaza de la capital macedonia es, de puertas hacia fuera, el ¡°guerrero a caballo¡±. Esa es la versi¨®n oficial. Puertas adentro, nadie duda de que sea Alejandro Magno. Cuesti¨®n de gestos. Una sutileza nada balad¨ª en un pa¨ªs que empuja para ser miembro de la Uni¨®n Europea desde su independencia en 1991 y que el veto de Grecia ha atenazado no solo en el rellano de Bruselas sino tambi¨¦n en el de la OTAN. El motivo con letras may¨²sculas: el nombre del pa¨ªs.
¡°Yo no lo llamar¨ªa una crisis de identidad¡±, explica a un grupo de periodistas el ministro de Exteriores macedonio, Nikola Poposki, sino un ¡°desaf¨ªo a la identidad¡±. Esa es, dice este pol¨ªtico de 34 a?os educado en Francia, la consecuencia de lo que llaman en Macedonia ¡°el problema del nombre¡±, es decir, el rechazo de Atenas a que el pa¨ªs vecino del norte se llame, como reza su Constituci¨®n, Rep¨²blica de Macedonia y, ligado a esto, el portazo moment¨¢neo en la Alianza Atl¨¢ntica y la UE por la presi¨®n del socio griego. ?Tan importante es el nombre para la identidad de un pa¨ªs? ¡°Claro¡±, responde Poposki. ¡°Y si no lo fuera, ?por qu¨¦ la Comisi¨®n Europea no ha utilizado el adjetivo macedonio en su ¨²ltimo informe?¡±, argumenta el titular de Exteriores. La ausencia de este ep¨ªteto para referirse al pueblo y lengua del pa¨ªs -y que miembros del Ejecutivo consideran ¡°humillante¡±- provoc¨® la pasada semana la queja ante Bruselas del presidente, Gjorge Ivanov.
El 95,8% de los ciudadanos de origen macedonio no est¨¢ dispuesto a cambiar el nombre del pa¨ªs para ir a la UE
Poposki cierra la puerta a una nueva concesi¨®n ante Atenas, a un cambio del nombre recogido en la Carta Magna. Macedonia, desgajada de la antigua Yugoslavia hace ahora 20 a?os -la disputa por el nombre obliga a la comunidad internacional a preservar la denominaci¨®n Antigua Rep¨²blica Yugoslava de Macedonia (ARYM)-, ya se pleg¨® a redise?ar la bandera del nuevo Estado y a explicitar que el nombre elegido no derivar¨ªa, como teme Grecia, en el reclamo futuro de esa parte de la Macedonia territorial hist¨®rica que est¨¢ al otro lado de la frontera sur, en suelo griego.
La postura de Poposki, sin duda, es la oficial. Otra cosa es la calle. La misma pregunta, pero hecha a Alexander, residente en Skopje: ?Tan importante es el nombre para la identidad? ¡°Imagina¡±, explica este macedonio, ¡°que t¨² quieres entrar en un club, pero te obligan a llamarte de otra forma. ?Qu¨¦ har¨ªas?¡±. Alekxandar, de padre nacido en Grecia y madre macedonia, admite que sus compatriotas estar¨ªan dispuestos a modificar el nombre del pa¨ªs -¡°Macedonia-Skopje¡±, propone con una sonrisa-, pero cree que, si ceden, luego habr¨¢ algo m¨¢s para impedir su adhesi¨®n a los 27. ¡°Lo del nombre es una excusa. La gente ya no es tan pro UE y OTAN como antes¡±.
El despertar de la ret¨®rica nacionalista
Tambi¨¦n lo creen as¨ª muchos otros macedonios, seg¨²n las encuestas que maneja el think tank independiente Analytica. El 95,8% de los ciudadanos de origen macedonio (un 64% de la poblaci¨®n frente al 25% alban¨¦s) no est¨¢ dispuesto a cambiar el nombre del pa¨ªs para acceder a los dos organismos internacionales. Un porcentaje que responde, se?ala Analytica, al desencanto que supuso el veto de la OTAN en la cumbre de abril de 2008 en Bucarest. Y que conlleva, seg¨²n defiende esta organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro, la vuelta a la ¡°ret¨®rica nacionalista¡± en la clase pol¨ªtica dirigente, m¨¢s ¡°atractiva para la poblaci¨®n¡± que las reformas que exige Bruselas (con unas inversiones de 100 millones de euros al a?o en el pa¨ªs) y desconcertante en un contexto de divisi¨®n ¨¦tnica entre, sobre todo, macedonios y albaneses.
¡°La polarizaci¨®n de la poblaci¨®n¡±, apunta el ministro Poposki, ¡°es m¨¢s f¨¢cil en un pa¨ªs peque?o como Macedonia (dos millones de habitantes)¡±. El titular de Exteriores afirma que el sentimiento nacionalista es ¡°consecuencia¡± de la crisis abierta por el nombre de la rep¨²blica. ¡°Hace 20 a?os¡±, defiende, ¡°nadie debatir¨ªa por la denominaci¨®n de una autov¨ªa si el reto no fuera tan sustancial¡±. Ese debate tiene muchas voces, pero muy parecidas en los medios de comunicaci¨®n. ¡°Todo el mundo tiene que ser patriota con el asunto del nombre¡±, afirma Gazmend Adjini, del Centro de Desarrollo de los Medios (CDM). Tambi¨¦n los periodistas.
El Gobierno que actualmente dirige el l¨ªder del partido de centroderecha VMRO, Nikola Gruevski, es el segundo mayor anunciante en los medios de comunicaci¨®n tras la empresa T-Mobile. Y eso, seg¨²n afirma Adjini, conduce a que ¡°no exista pr¨¢cticamente independencia editorial entre los periodistas¡±. El pol¨¦mico informe de Bruselas achaca al Gobierno macedonio el cierre del canal privado A1, cr¨ªtico en la actualidad con la gesti¨®n de Gruevski. Precisamente un periodista de esta televisi¨®n, Borjan Jovanovski, fue acusado en una entrevista concedida esta semana por el primer ministro a la agencia estatal MIA de trabajar para la UE para denigrar al pa¨ªs. La causa: Jovanoski hab¨ªa preguntado al comisario europeo de la ampliaci¨®n, Stefan Fuele, sobre el futuro Macedonia en su carrera hacia Bruselas (es candidata desde 2005) si se manten¨ªan las cr¨ªticas sobre el trato de los medios.
¡°Pese a la disputa¡±, dice un macedonio buen conocer de las relaciones comerciales con el vecino del sur, ¡°las relaciones vis a vis con Grecia son buenas, normales, el problema es pol¨ªtico¡±. De nuevo la pregunta: ?Tan importante es el nombre? ¡°Es cuesti¨®n de tiempo¡±, explica, ¡°los macedonios necesitan estar preparados, necesitan otro clima, pero si hay que cambiarlo por un fin mejor, ?por qu¨¦ no?¡±. Quiz¨¢ sea entonces cuando Alejandro Magno, que a caballo llev¨® el nombre de Grecia hasta la India, pueda gobernar con nombre y apellidos la plaza de Macedonia.
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