Gustavo Petro se alza con la alcald¨ªa de Bogot¨¢ con el 30% de los votos
El dirigente de izquierda derrota a todos los candidatos oficialistas en unas elecciones regionales en las que la abstenci¨®n roz¨® el 60 por ciento
Los duros tambi¨¦n lloran. A Gustavo Petro, 51 a?os, se le humedecieron los ojos este domingo en su sede de campa?a por la tremenda emoci¨®n al alzarse con la alcald¨ªa de Bogot¨¢, el segundo puesto p¨²blico en importancia de Colombia. A partir del pr¨®ximo 1 de enero, cuando tome posesi¨®n de su cargo, regir¨¢ los destinos de una urbe de siete millones de personas.
Petro, exguerrillero, excongresista, economista de formaci¨®n, excandidato presidencial y el m¨¢s severo opositor durante los ocho a?os del Gobierno de ?lvaro Uribe Velez, obtuvo un poco m¨¢s del 30 por ciento de los votos entre la decena de aspirantes al cargo. Su elecci¨®n se produjo en unas elecciones regionales relativamente tranquilas y en las que la abstenci¨®n roz¨® el 60 por ciento. Precisamente, el gran derrotado fue el ex presidente Uribe quien se emple¨® a fondo por decenas de candidatos pero que s¨®lo en contadas excepciones obtuvieron alcald¨ªas y gobernaciones.
La felicidad se dibuj¨® en el rostro de Petro frente a sus familiares y seguidores. Una escena diametralmente opuesta a aquel mes de agosto de 1984 cuando indefenso y solitario, su cabeza fue cubierta por una capucha para que no lograra identificar a sus interrogadores.
En aquella ¨¦poca ¨¦l era uno de los m¨¢ximos dirigentes del Movimiento 19 de Abril, M-19. Fue descubierto por los militares en un hueco en Zipaquir¨¢, en las goteras de Bogot¨¢, llevado a puntapi¨¦s y arrastrado por esa poblaci¨®n con la intenci¨®n de enviar un mensaje de fuerza a los insurrectos. All¨ª hab¨ªa estudiado su bachillerato en el mismo colegio donde tambi¨¦n curs¨® sus estudios secundarios el Premio Nobel Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez. Con un gran componente obrero, en Zipaquir¨¢ Petro se impregn¨® del fervor sindical y de las luchas estudiantiles. Sin embargo, la represi¨®n tambi¨¦n estaba a la orden del d¨ªa por lo que ¨¦l opt¨® por tomar la v¨ªa de la lucha armada para hacerle frente.
Su acci¨®n le const¨® sangre. Tras su detenci¨®n, fue trasladado a la Escuela de Caballer¨ªa de Bogot¨¢, donde lo torturaron. Eran los a?os m¨¢s intensos de las guerras que el M-19 libraba contra el Estado. Al contrario, de las Farc que se refugiaban en el monte con la paciencia y los tiempos de los campesinos, los del eme ¨Ccomo se le conoc¨ªa a los militantes de este grupo- hab¨ªan llevado las batallas a las ciudades. ¡°No queremos jubilarnos como guerrilleros¡±, sol¨ªan decir. ¡°A lo que nosotros nos interesa es tomarnos el poder¡±. Por aquel entonces sus acciones brillaban por su espectacularidad. En una instalaci¨®n militar adyacente en donde estuvo detenido Petro, estaban guardados 5.000 fusiles del Ej¨¦rcito que el M-19 rob¨® a trav¨¦s de un t¨²nel en la noche de a?o nuevo. ¡°?Feliz a?o, cabrones, les vamos a ganar!¡±, fue el mensaje que los insurrectos pintaron en las paredes de la bodega vac¨ªa. Sin embargo, esa misma guerrilla termin¨® en acciones tan suicidas como rechazadas: asalt¨® el Palacio de Justicia con todos sus magistrados adentro ¨Cuna de las generaciones m¨¢s brillantes de juristas¨C que termin¨® incendiado y con un centenar de personas muertas.
Aunque la confrontaci¨®n armada continu¨®, Petro y otros dirigentes del M-19 impulsaron la balanza hacia una salida negociada que concluy¨® con una Asamblea Nacional Constituyente que dio paso a una nueva Constituci¨®n. Desde entonces, Petro abandon¨® las armas. ¡°Ahora uso esto¡±, se refiere a su Blackberry. Es un infatigable twittero. Al punto, que en los descansos publicitarios en los varios debates televisivos de la campa?a aprovechaba para enviar al ciberespacio sus trinos.
Adem¨¢s, ahora usa ropa normal. No es un dato marginal. Hasta hace muy poco tiempo ¨Cespecialmente durante el Gobierno de Uribe V¨¦lez¨C iba siempre con una gabardina blindada que lo proteg¨ªa desde el cuello hasta los tobillos. Era muy dif¨ªcil acerc¨¢rsele porque una nube de escoltas lo proteg¨ªa. ¡°?No teme que lo maten? ?Ahora se le ve muy tranquilo?" ¡°Estoy seguro que ya no me van a matar¡±, responde y explica: ¡°Para m¨ª era contradictorio hablar de un mensaje de reconciliaci¨®n y de paz cargando una ropa dise?ada para la guerra. Por eso, ahora me visto as¨ª¡±.
Precisamente, durante del Gobierno de Uribe su tel¨¦fono fue chuzado ilegalmente y ¨¦l se convirti¨® en el blanco de amenazas por agentes secretos que, despu¨¦s trascendi¨®, pertenec¨ªan al DAS, la agencia de inteligencia subordinada directamente a la Presidencia de la Rep¨²blica. ?Odia usted a Uribe por eso? ¡°No ¨Cdice¨C, eran unas circunstancias muy dif¨ªciles para todos¡±. Sin embargo, aclara que en ese proceso hubo allegados suyos que no aguantaron la presi¨®n. ¡°Mi mam¨¢ tuvo que salir del pa¨ªs, una hermana tambi¨¦n¡±. Y seg¨²n ¨¦l, lo m¨¢s grave, su perro muerto, pues en la oscuridad de la noche extra?os entraron hasta su casa y envenenaron a su mascota.
Durante ese tiempo, Petro se convirti¨® en un brillante congresista que destap¨® los nexos de los paramilitares con un amplio sector de la clase pol¨ªtica. Su capacidad de oratoria y su rigor investigativo le permitieron ganarse el respeto de todos sus colegas, incluso de sus m¨¢s ac¨¦rrimos enemigos. ¡°Es inteligente, muy inteligente, l¨¢stima que fuera comunista¡±, dijo en alg¨²n momento Salvatore Mancuso, l¨ªder de los escuadrones de la muerte de extrema derecha.
Con un prestigio muy s¨®lido, Petro lleg¨® a ser uno de los l¨ªderes del Polo Democr¨¢tico Alternativo, un partido que aglutinaba a varias fuerzas de izquierda. A trav¨¦s de una consulta popular fue electo candidato a la presidencia. Sin embargo, tuvo el apoyo de las bases, pero no del aparato con quienes ten¨ªa cada vez m¨¢s frecuentes diferencias porque Petro exig¨ªa una condena a las Farc por sus cr¨ªmenes y secuestros, especialmente el de Ingrid Betancourt. Hubo consenso de que Petro gan¨® en todos los debates por su sagacidad para comunicar sus mensajes, pero perdi¨® en las urnas. Obtuvo, sin embargo, un 9 por ciento de la votaci¨®n nacional.
Y as¨ª como se hab¨ªa alzado en armas contra el Estado y luego se hab¨ªa convertido en un dolor de cabeza para la vieja guardia de la izquierda y en una molestia para las Farc ¨Cque lo declararon objetivo militar¨C ahora se convertir¨ªa en el principal denunciante de los actos de corrupci¨®n del alcalde mayor de la ciudad, Samuel Moreno, elegido en representaci¨®n del Polo. Sus denuncias fueron tan contundentes que llevaron a Moreno a la c¨¢rcel y a ¨¦l a la salida del Polo. ¡°Yo no me pele¨¦ con las bases sino con sus dirigentes corruptos¡±, argument¨®. Entonces cre¨® su movimiento llamado Progresistas con el fin de batallar por la alcald¨ªa. Y gan¨®. Ahora tendr¨¢ que conciliar con el presidente Juan Manuel Santos porque los v¨ªnculos institucionales que existen entre Bogot¨¢ y el resto del pa¨ªs lo obliga. ¡°Claro que me puedo poner de acuerdo con ¨¦l¡±. Por ejemplo, en el tema del agua. S¨ª. Porque ahora para ¨¦l la nueva revoluci¨®n debe ser la defensa ac¨¦rrima del Medio Ambiente y de la vida.
Con la alcald¨ªa en sus manos, se toma un espacio que le da una visibilidad trascendental. Despu¨¦s de Santos, ¨¦l es ahora la figura pol¨ªtica m¨¢s importante del pa¨ªs. Por eso, su imagen est¨¢ ahora en todos los medios nacionales. Y, seguro, en el futuro dar¨¢ mucho m¨¢s de que hablar.
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