Un pol¨ªtico debe regir la econom¨ªa
V¨¢clav Havel reflexiona en su 75? cumplea?os sobre la crisis y la ausencia de verdaderos l¨ªderes
V¨¢clav Havel, el expresidente checo, acaba de cumplir 75 a?os. Poco antes de su fiesta de cumplea?os, a la que acudieron varios centenares de sus amigos -entre ellos la ex secretaria de Estado norteamericana Madeleine Albright, el dramaturgo ingl¨¦s Tom Stoppard, el periodista polaco Adam Michnik y muchos compa?eros de viaje de la ¨¦poca de disidente-, conversamos un rato. Havel empez¨® por referirse a la profunda crisis de la pol¨ªtica.
"En mi pa¨ªs, la expresi¨®n contexto pol¨ªtico o fondo pol¨ªtico se interpreta como contexto sospechoso, fondo sospechoso. El significado de la palabra pol¨ªtica se ha vuelto negativo", r¨ªe con sorna, y opina que hay que regenerar los partidos pol¨ªticos y revisar su relaci¨®n con el poder econ¨®mico. "Siempre he sido pol¨ªticamente activo como ciudadano pero nunca ansi¨¦ llegar a ser pol¨ªtico profesional. Naturalmente, mi actitud activa tuvo su influencia en la sociedad. Despu¨¦s de muchas dudas comprend¨ª que si no aceptaba la funci¨®n de presidente, hubiera desilusionado a los que cre¨ªan en m¨ª". Y acto seguido me confiesa que hab¨ªa cometido errores como presidente: puesto que no era un especialista en econom¨ªa, se fio poco de su instinto en esa materia. Crey¨® que los economistas sab¨ªan lo que hac¨ªan. "?Ese fue un error enorme!", exclama.
En la actualidad y a nivel mundial, parece que la econom¨ªa y la industria financiera se imponen a los pol¨ªticos y no viceversa, reflexion¨® en voz alta, y Havel repite que ese es un peligros¨ªsimo error: un pol¨ªtico debe regir el comportamiento de la econom¨ªa y las finanzas, un pol¨ªtico debe imponerse a la econom¨ªa y las finanzas. Un buen pol¨ªtico debe influir en la sociedad, liderarla, proponer las prioridades y, si los ciudadanos le votan, ejecutarlas con responsabilidad.
V¨¢clav Havel reflexiona en su 75? cumplea?os sobre la crisis y la ausencia de verdaderos l¨ªderes
En la escena internacional actual se echan en falta aut¨¦nticos l¨ªderes, con m¨¢s raz¨®n a¨²n porque el mundo occidental atraviesa un delicad¨ªsimo momento de cambios de todo tipo, opin¨®. En voz baja y nost¨¢lgica, el expresidente y exdisidente confiesa conocer a decenas de personalidades, en muchos pa¨ªses, que podr¨ªan ser pol¨ªticos excelentes. Pero los partidos no les apoyan porque prefieren a sus propios cuadros, aunque no sean los m¨¢s aptos.
Pienso en una equivocaci¨®n de Havel a la hora de apoyar con su firma la intervenci¨®n de Irak, y le pregunto si es menester intervenir contra un tirano especialmente cruel y odiado, como se ha hecho con Gadafi. Y Havel se mantiene fiel a su actitud de entonces, aunque la matiza: "Hay que intervenir contra un tirano. No hay que prorrogar las cosas, esa es mi experiencia. Cuando yo era presidente, se habl¨® mucho de apartar a Mil¨®sevic, y ese periodo de dudas signific¨® muchos m¨¢s muertos, violaciones y torturas". Le pregunto si es por eso que fue partidario de apartar a Sadam Husein. Havel contesta que s¨ª: "Pero hab¨ªa que hacerlo de manera contundente y r¨¢pida, en absoluto como se hizo". La primavera ¨¢rabe le recuerda el proceso de la ca¨ªda del Muro, cuando iba cayendo un pa¨ªs tras otro, y todos se liberaban del pasado con ansias y ganas de renovarse.
Inevitablemente, nos ponemos a conversar sobre la grave crisis del mundo occidental, y no solo econ¨®mica y financiera. ?Qu¨¦ ha pasado? Con su voz grave, formulando sus reflexiones lentamente, Havel opina que hay un peligro que se cierne encima de la civilizaci¨®n occidental: ese peligro no viene de fuera, sino que est¨¢ dentro; es el comportamiento vacilante y temeroso de nuestros pol¨ªticos en cuyo horizonte solo est¨¢n las pr¨®ximas elecciones y sus intereses particulares. Tal vez faltan los Helmut Kohl, Fran?ois Mitterrand, sugiero. Es m¨¢s, dice Havel, faltan verdaderas personalidades: Winston Churchill, Charles de Gaulle, que segu¨ªan su idea aunque esta no fuera popular a corto plazo. Esos pol¨ªticos llegaron a tener autoridad y respeto y, al final, incluso apoyo. Eso es lo que falta hoy. Es un fen¨®meno de nuestra civilizaci¨®n en el momento actual. Y tras una breve reflexi¨®n Havel dice que Europa deber¨ªa imponer sus valores intelectuales y ¨¦ticos a la carrera de crecimiento en la que compiten la mayor¨ªa de los pa¨ªses del mundo.
Un pol¨ªtico debe regir el comportamiento de la econom¨ªa y las finanzas, un pol¨ªtico debe imponerse a la econom¨ªa y las finanzas
Ante este hombre, prematuramente envejecido y muy enfermo, y para disipar las nubes, me pongo a hablar en tono m¨¢s ligero de las cosas que me irritan en Praga. Pero Havel mantiene la gravedad de su an¨¢lisis: le molesta, en su pa¨ªs, la incapacidad de encontrar y castigar a la mafia. El poco respeto que se tiene por el paisaje. La arquitectura contempor¨¢nea, ins¨ªpida e impotente. La dictadura de los medios de comunicaci¨®n, cada vez menos serios. Y sobre todo, el abismo que se abre entre los pol¨ªticos y el pueblo, un problema tanto local como de toda Europa. "A nivel mundial", explica, "la responsabilidad del hombre no est¨¢ al nivel de su saber. Debemos actuar contra la presi¨®n del poder econ¨®mico y financiero. No podemos tolerar las dictaduras de ning¨²n tipo. Es menester una especie de renacimiento existencial de nuestra civilizaci¨®n y espero que para su realizaci¨®n no haga falta un cataclismo".
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