Arnoldo Alem¨¢n, el gran perdedor
El otrora poderoso expresidente es el gran perdedor de las elecciones nicarag¨¹enses
La madrugada del lunes, hora de Nicaragua, el representante legal de la opositora Alianza PLI-UNE, que obtuvo el segundo lugar en las presidenciales del domingo, compareci¨® ante unos cansados periodistas en un hotel de Managua para asegurar que en Nicaragua cambiaron los paradigmas pol¨ªticos tras los resultados de la elecci¨®n. ¡°Todo lo que se conoc¨ªa como balances de fuerza en este pa¨ªs va a cambiar¡±, dijo Eliseo N¨²?ez en un discurso que son¨® a resignaci¨®n. El pol¨ªtico se refer¨ªa al que es el gran perdedor de las elecciones nicarag¨¹enses: el otrora poderoso expresidente Arnoldo Alem¨¢n.
Hasta el domingo Alem¨¢n era la pareja predilecta del presidente Daniel Ortega en ese baile de espejos que en Nicaragua es conocido como el pacto: un acuerdo entre caudillos a trav¨¦s del cual se repart¨ªan las instituciones nicarag¨¹enses y marcaban precisamente el balance de fuerzas que seg¨²n N¨²?ez hoy se est¨¢ rompiendo: nada se mov¨ªa en Nicaragua sin el visto bueno de ambos pol¨ªticos. Alem¨¢n ven¨ªa de ser un presidente que asumi¨® el poder en 1997 con el 51% de los votos, que desarroll¨® un gobierno populista en el que reclamaba la hegemon¨ªa pol¨ªtica de su partido, el Liberal Constitucionalista, con ¨¦l como l¨ªder ¨²nico, basado en un fuerte discurso antisandinista aunque al final del mandato acordara el bipartidismo con Ortega.
Tras las presidenciales del domingo, este modelo sufri¨® una fuerte fractura. No es que el controvertido mandatario no sea todav¨ªa ¨²til para Ortega, sino porque su peso pol¨ªtico, la base electoral que un d¨ªa lo aupaba como su l¨ªder, hoy le dio la espalda de la forma m¨¢s humillante. Lejos de aquel 51% de los votos logrados en 1997, el peso pol¨ªtico de Arnoldo Alem¨¢n hoy es de un 6%. Nadie del PLC se ha pronunciado sobre esta derrota estrepitosa, mucho menos el mismo Alem¨¢n, que la noche del domingo opt¨® por retirarse a su lujosa finca localizada en un brumoso pueblo en la periferia de Managua y guardar silencio.
?A qu¨¦ se debe la ca¨ªda de un hombre tan poderoso? Todas las encuestas le daban a Alem¨¢n un rechazo del 80% del electorado. Arnoldo Alem¨¢n era un pol¨ªtico querido en las regiones rurales del pa¨ªs, donde construy¨® carreteras, escuelas y centros de salud donde antes nunca hab¨ªa habido, gracias a los fondos que Nicaragua recibi¨® para la reconstrucci¨®n tras el paso del hurac¨¢n Mitch en 1998, que arras¨® con varias zonas y dej¨® m¨¢s de 700 mil damnificados. El cari?o disminuy¨® por los desv¨ªos de parte de esa ayuda y los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n durante su mandato, pero sobre todo por el pacto con Daniel Ortega y el poder que paulatinamente fue cediendo al caudillo sandinista.
Durante la Administraci¨®n conservadora de Enrique Bola?os (2002-2007), Alem¨¢n fue acusado y condenado a 20 a?os de c¨¢rcel por robo al Estado. Los continuos acuerdos con Ortega, a quien fue cediendo importantes espacios a cambio de ser sobrese¨ªdo: Alem¨¢n ya hab¨ªa negociado un reforma que cambiaba el porcentaje necesario para acceder a la Presidencia, de un 45% a un 35% siempre y cuando haya una diferencia de cinco puntos entre el candidato del primero y segundo lugar; Alem¨¢n entreg¨® el control de la directiva de la Asamblea Nacional a Ortega una vez que ¨¦ste asumi¨® el poder en 2007; Alem¨¢n dej¨® que los diputados del PLC, supuestos opositores, apoyaran las iniciativas del Frente Sandinista de Liberaci¨®n Nacional en el Parlamento, convirti¨¦ndose en danzarines del baile del pacto; y dej¨® que sus magistrados en la Corte Suprema se hicieran de la vista gorda cuando una irregular Sala Constitucional declar¨® inconstitucional la Constituci¨®n nicarag¨¹ense y permiti¨® la reelecci¨®n de Ortega, hasta entonces prohibida. El expresidente, adem¨¢s, fue una pieza importante en la divisi¨®n de la oposici¨®n, lo que benefici¨® en las elecciones al Frente Sandinista.
Todas estas maniobras pol¨ªticas hicieron que la otrora fuerte base arnoldista se debilitara hasta el punto que algunas fuentes en Managua dijeron que el domingo, en el conteo de votos en las mesas electorales, cuando los interventores del PLC vieron los p¨ªrricos resultados que obten¨ªan, decidieron apoyar a la alianza PLI-UNE y garantizar la integridad de sus actas electorales.
Es claro que el controvertido expresidente no desaparecer¨¢ del escenario pol¨ªtico nicarag¨¹ense, dado que todav¨ªa tiene algunos funcionarios en los poderes del Estado y le es ¨²til a Ortega, que lo puede mantener con ox¨ªgeno a cambio de los votos que el oficialismo necesite una vez conformado el nuevo Parlamento. A¨²n est¨¢ por contarse la cantidad de diputados que el PLC obtendr¨ªa en esta elecci¨®n, pero algunos analistas afirman que ser¨ªan cinco, o en el mejor de los casos, 6, de un Parlamento de 91 diputados. En 1997 ese partido contaba con 42 diputados en el Parlamento.
Decir que Arnoldo Alem¨¢n es un cad¨¢ver pol¨ªtico ser¨ªa una exageraci¨®n en un pa¨ªs como Nicaragua, donde lo inveros¨ªmil marca la pauta. Sin embargo, este lunes en Managua muchos miembros del PLI-UNE no s¨®lo lamentaban su derrota, sino que celebraban lo que consideraban un gran triunfo: haber hundido, al menos electoralmente, al hombre que fue el que consolid¨® y hundi¨® al otrora poderos liberalismo nicarag¨¹ense.
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