?Capitulaci¨®n de Par¨ªs?
Algunos franceses creen que su pa¨ªs se ha rendido a Alemania, pero la mayor¨ªa agradece que Francia se enganche a la locomotora
Suena la Marsellesa y aparece la bandera francesa con un r¨®tulo: ¡°Discurso del presidente de la Rep¨²blica¡±. Aparece el mu?eco de Angela Merkel, y dice: ¡°?Franchutes, ten¨¦is que trabajarrr m¨¢s, nada de 35 horas semanales, hay que producir! ?O este a?o no tendr¨¦is regalos en el ¨¢rbol de Navidad!¡±. Cuando acaba la rega?ina, suena otra vez la Marsellesa.
La escena se emite, con variaciones m¨¢s o menos hilarantes, desde hace varios d¨ªas en los gui?oles de Canal+. Y resume una sensaci¨®n cada vez m¨¢s extendida en Francia respecto a la nueva alianza de hierro forjada entre Pa¨ªs y Berl¨ªn. Lo que fuera del territorio del Hex¨¢gono se conoce como el Directorio Merkozy, en el que Merkel hace las veces de presidenta de la Uni¨®n Europea y Nicolas Sarkozy act¨²a como vicepresidente, dentro de Francia empieza a verse cada vez m¨¢s como una simple capitulaci¨®n pol¨ªtica de Par¨ªs ante el poder¨ªo econ¨®mico de Berl¨ªn.
Pero, a la vista de los sondeos, que han hecho subir como la espuma la popularidad de Sarkozy en las ¨²ltimas semanas, muchos franceses est¨¢n encantados con la nueva situaci¨®n.
¡°Francia sabe que si quiere seguir contando en el mundo debe seguir en todo a Alemania¡±, explica Dominique Reyni¨¦, profesor de Ciencias Pol¨ªticas en Par¨ªs y director de la Fundaci¨®n para la Innovaci¨®n Pol¨ªtica. ¡°Los alemanes no nos consideran un pa¨ªs serio, pero les interesa tener nuestras cuentas p¨²blicas controladas. Ahora solo les preocupa salvar el euro por evidentes razones econ¨®micas, para evitar la tragedia. Y Francia trata de compensar sus d¨¦ficits (pol¨ªtico, financiero y comercial) con mucho activismo pol¨ªtico. Este discurso es in¨¦dito en la historia europea porque solo hoy Alemania se siente superior a Francia. Y lo es porque hoy las finanzas son todo¡±.
La popularidad de Sarkozy ha subido
como la espuma en
las ¨²ltimas semanas
El propio Sarkozy parece ver las cosas de esa forma. Lleva semanas elogiando el modelo alem¨¢n de austeridad con crecimiento, y defendiendo la ¡°convergencia¡± de Francia con Alemania como ¡°¨²nica alternativa al enfrentamiento y a la confrontaci¨®n¡±. ¡°Yo no digo que seamos lo mismo que los alemanes, ni que el modelo alem¨¢n sea perfecto, pero prefiero que nos inspiremos en un modelo que funciona que en uno que se derrumba¡±, afirm¨® la semana pasada en Estrasburgo hablando ante un grupo de j¨®venes estudiantes.
Y luego justific¨® as¨ª su proyecto: ¡°He querido que Francia se acerque a Alemania y que no siga siendo simplemente el l¨ªder de los pa¨ªses del sur. El plan que perseguimos es el de acercarnos a Alemania, compartir con Alemania, comprendernos mutuamente con Alemania. No hay otra opci¨®n¡±.
El poeta vasco Francisco Javier Irazoki, que lleva viviendo en Francia 40 a?os, explica que los franceses sienten hist¨®ricamente ¡°una evidente admiraci¨®n por la eficacia germ¨¢nica y su sistema federalista, un sistema que los franceses consideran inaplicable, por razones hist¨®ricas, en su propio pa¨ªs¡±.
"En la relaci¨®n entre
Alemania y Francia
todos sabemos qui¨¦n
lleva los pantalones",
dice el periodista
Philippe Visseyras
Adem¨¢s, Irazoki percibe en la relaci¨®n mutua una debilidad francesa, el miedo a la confrontaci¨®n con Alemania. Una aprensi¨®n hist¨®rica, que se ha acentuado con la crisis. ¡°En mi familia tengo al dramaturgo Armand Gatti¡±, dice el poeta. ¡°Era anarquista y se enrol¨® en la resistencia contra el nazismo, estuvo en un campo de concentraci¨®n, lo condenaron a muerte ¡ªsentencia incumplida por tener Gatti menos de dieciocho a?os¡ª, y recorri¨® m¨¢s de mil quinientos kil¨®metros en su huida a pie. Actualmente, Gatti conserva una energ¨ªa sorprendente y un discurso pol¨ªtico radical, pero suaviza la expresi¨®n en cuanto intuye una posibilidad de convivencia pac¨ªfica con Alemania. Ah¨ª est¨¢ el conocimiento de quien ha sufrido. Dijo que el pueblo franc¨¦s se hab¨ªa comportado con frivolidad cuando, en 2005, el voto negativo se impuso en el refer¨¦ndum sobre el tratado que establec¨ªa una Constituci¨®n para Europa. A ¨¦l no le hizo ninguna gracia la ligereza de sus compatriotas, que perdieron la ocasi¨®n de compartir un espacio pol¨ªtico con los alemanes¡±.
El periodista Philippe Visseyras, redactor jefe del programa de informaci¨®n pol¨ªtica De 7 a 8, que se emite en TF1, considera que ¡°Sarkozy ha creado el mito Merkozy para tratar de mantener la grandeur perdida del pa¨ªs y su disfraz de salvador del mundo¡±. Pero a?ade: ¡°En la relaci¨®n entre ambos todos sabemos qui¨¦n lleva los pantalones. Desde que Mitterrand y Kohl se hicieron la foto en Verdun, Francia ha sido el brazo pol¨ªtico de Alemania en Europa. Hoy Berl¨ªn ha decidido ejercer su influencia pol¨ªtica y dicta las condiciones. Y Sarkozy est¨¢ aprovechando esa necesidad mutua porque sabe que los franceses piensan que, cuanto m¨¢s cerca estemos de los alemanes, mejor para nosotros. Por eso la desigualdad actual no produce en Francia una sensaci¨®n de haber ca¨ªdo, una vez m¨¢s, en la dominaci¨®n alemana¡±.
Las tres velocidades
La larga historia de encuentros y conflictos entre las dos orillas del Rin lleva d¨¦cadas decidiendo el destino de Europa. En 1940, Manuel Chaves Nogales narr¨® en La agon¨ªa de Francia c¨®mo la clase pol¨ªtica y empresarial francesa renunci¨® a sus ideales dem¨®cratas pensando que ser¨ªa m¨¢s beneficioso colaborar con el invasor que luchar contra ¨¦l. ¡°?Antes la esclavitud que la guerra!¡±, escrib¨ªa Chaves Nogales. Setenta a?os despu¨¦s, gracias a la crisis, las decisiones alemanas son otra vez ley en Par¨ªs.
El punto de inflexi¨®n se produjo en agosto. Merkel y Sarkozy se vieron en Par¨ªs, y Alemania dict¨® la agenda para salvar el euro: rescate de Grecia renunciando al 50% de la deuda; reforma de los tratados para castigar a los pa¨ªses que no cumplan los objetivos fiscales y para acabar con el voto por unanimidad, y un federalismo de hecho, con la vigilancia a priori de los presupuestos nacionales. Empezando por la d¨ªscola Francia, que desde ya somete sus cuentas a los criterios del Bundesbank y del Bundestag.
¡°Alemania y Francia han decidido responder a la m¨¢s grave crisis vivida en la casa com¨²n confiscando las llaves¡±, ha escrito Pietr Smolar en Le Monde. ¡°Es la victoria por KO del Consejo sobre la Comisi¨®n, despreciando la pr¨¢ctica del consenso a 27. (¡) La ortodoxia presupuestaria coloca al Norte contra el Sur. La Europa a 17, la de la zona euro, se desprende del resto en silencio¡±.
Pese a los desmentidos alemanes, Berl¨ªn vislumbra un n¨²cleo duro de pa¨ªses con moneda ¨²nica integrados en una federaci¨®n econ¨®mica. ?Cu¨¢ntos? Seg¨²n el polit¨®logo Dominique Reyni¨¦, ¡°Francia y Alemania van a estar cada vez m¨¢s unidos e integrados, y la tendencia nos lleva hacia una Europa a tres velocidades. Una con los del euro, otra con los que no tienen euro, y una tercera con los pa¨ªses del euro que no logren seguir a Francia y Alemania¡±.
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