Fin de la improvisaci¨®n
El nuevo Gobierno italiano est¨¢ integrado por ministros muy competentes en sus materias
El parto ha sido dif¨ªcil. La vida lo ser¨¢ a¨²n m¨¢s. Pero el Gobierno presidido por Mario Monti, como ha dicho el presidente de la Rep¨²blica Giorgio Napolitano, es la prueba suprema para Italia. Es la ¨²ltima oportunidad. No puede fallar. Y no fallar¨¢.
Un Gobierno ajeno a los partidos ¡ªcuidado: a los partidos, pero no a la pol¨ªtica, porque las medidas que aprobar¨¢, en materia de impuestos, pensiones y pol¨ªtica social ser¨¢n sumamente pol¨ªticas¡ª sin personas nombradas por las secretar¨ªas [de los partidos]. En realidad, ya que como en cada pa¨ªs es dif¨ªcil encontrar a alguien que no represente por lo menos una idea, Monti ha elegido gente indudablemente competente, de primer nivel en cuanto a conocimiento sobre las materias de las que ser¨¢n responsables.
Ha le¨ªdo la lista de ministros sin titubeos ni vibraciones (han sido muy ¨²tiles los a?os vividos en Bruselas como comisario de Competencia, lidiando con filas de periodistas extranjeros muy combativos). Una importante confirmaci¨®n, tambi¨¦n a nivel internacional: conserva el Ministerio de Econom¨ªa para s¨ª mismo.
Las novedades absolutas. Tres mujeres en puestos de gran responsabilidad. Interior, Justicia y Trabajo. Un almirante para Defensa. Un diplom¨¢tico para Exteriores (hablar con un exprimer ministro como Jupp¨¦ requiere algo m¨¢s que saber contar chistes). El presidente del Consejo Nacional de Investigaci¨®n para Educaci¨®n. El rector de la Universidad Cat¨®lica para Cultura.
Para las relaciones con el Parlamento (puesto muy delicado, ya que es un Gobierno de t¨¦cnicos y, por tanto, es un ministerio clave para dialogar con los pol¨ªticos elegidos en las C¨¢maras) un hombre como Piero Giarda, de gran experiencia que conoce como pocos el balance.
Para la cohesi¨®n territorial (?os suena la secesi¨®n de la Liga Norte?) Fabrizio Barca, hijo de un honesto e hist¨®rico dirigente del PCI, curtido en el Banco de Italia, y ya colaborador de Ciampi en el Ministerio de Econom¨ªa. Y Corrado Passera, banquero con un pasado de alto ejecutivo en Correos (y antes en Olivetti).
Tendr¨¢ una vida dur¨ªsima. La guerra para integrar a dos pol¨ªticos (Gianni Letta para el centro-derecha y Giuliano Amato para el centro-izquierda) ha naufragado en los escollos de los vetos cruzados. Por delante un porvenir dif¨ªcil: la carta del BCE es indigesta para todos. Tormentas imprevistas, como la nueva ley electoral. Intocable. Pero si la Corte Constitucional no tumba el refer¨¦ndum ser¨¢ el escollo de la pr¨®xima primavera.
?Podemos imaginar su futuro?
Menos bunga-bunga. Poca televisi¨®n. Hoteles de cuatro estrellas, como el del que Monti sal¨ªa cada ma?ana para ir al Senado o a la C¨¢mara. Pero sobre todo habr¨¢ que cambiar el encabezamiento del papel: de presidente del Consejo [de ministros] a decano de la Facultad. Los catedr¨¢ticos muy raras veces se dejan pillar vendiendo gato por liebre porque nadie se da cuenta. Aunque en realidad todo el mundo se da cuenta. En una frase: fin de la improvisaci¨®n; se acab¨® lo de hablar por hablar, y lo de dar aire a la boca para conseguir visibilidad.
El centro-derecha se esforzar¨¢ para cobrarle a Berlusconi la ruinosa p¨¦rdida del poder. El centro-izquierda tendr¨¢ m¨¢s tiempo para entender qui¨¦n es (se ha precipitado en decir que el Gobierno es ¨®ptimo como est¨¢). Y Monti, si tuviera ¨¦xito, puede prepararse para la Presidencia de la Rep¨²blica (2013), lo mismo que Ciampi.
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