Detenidos 300 indignados por las protestas en Wall Street

No es f¨¢cil ejercer el derecho a manifestarse en Nueva York. Y desde que comenzaron las protestas del movimiento Ocupa Wall Streeet hace exactamente dos meses tampoco resulta f¨¢cil convivir con el caos metropolitano que provocan las marchas y las acciones de sus integrantes. El resultado es que los ciudadanos afectados por ellas aguantan con estoicismo aunque se indignen y los indignados que protagonizan las protestas tambi¨¦n aprenden a armarse de paciencia para poder protagonizarlas. A lo largo del d¨ªa de ayer, bautizado como ¡®D¨ªa de acci¨®n¡¯ por un movimiento que llam¨® a una protesta nacional para subrayar la conmemoraci¨®n de sus dos meses de vida, Nueva York se convirti¨® en el escenario de m¨²ltiples movilizaciones en las que aquellos que dicen representar al 99% de la poblaci¨®n contra los abusos del 1% que ostenta el poder econ¨®mico ocuparon, como pudieron, las calles de la ciudad.

La protesta m¨¢s multitudinaria fue la que por la tarde llev¨® a sindicatos, estudiantes y simpatizantes del movimiento hasta el puente de Brooklyn, donde miles de personas (30.000 seg¨²n los manifestantes, la mitad seg¨²n la polic¨ªa) se reunieron para marchar contra las medidas de austeridad econ¨®mica del pa¨ªs, a favor de la educaci¨®n gratuita, y en reivindicaci¨®n de los derechos de los trabajadores.

Blandiendo variadas pancartas que abrazaban todo el espectro posible de reivindicaciones sociales, incluida la idea ¡°nos pueden expulsar de una plaza pero no pueden quitarnos una idea¡± (en referencia a la expulsi¨®n el pasado lunes del parque Zuccotti, ¡®la puerta del Sol¡¯ de las protestas neoyorquinas), la convocatoria reuni¨® a miles de estudiantes que marcharon desde Uni¨®n Square hasta Foley Square, a pocos metros del puente de Brooklyn, donde estaban convocados los sindicatos de la ciudad y adonde acudieron tambi¨¦n todo tipo de ciudadanos. All¨ª se encontraron con un ej¨¦rcito de polic¨ªas que en principio imped¨ªa el acceso al puente.

En Nueva York adem¨¢s el ayuntamiento no permite manifestarse en la calle y obliga a quienes protestan a permanecer en las aceras con un asfixiante sistema de vallas que convierte en delincuente a quien se atreve a pisar el asfalto y consigue con ¨¦xito disminuir la fuerza visual y energ¨¦tica que tendr¨ªa toda la masa junta. Por eso a medianoche el recuento de arrestados ascend¨ªa a 300, entre aquellos detenidos por la ma?ana en varias sentadas con las que se trat¨® de colapsar Wall Street y los que se atrevieron a desafiar a la polic¨ªa con sentadas a las puertas del puente de Brooklyn.

Tras obligarles a desfilar por una estrecha acera y a dar la vuelta al ayuntamiento sin permitirles el acceso directo al puente, finalmente los sindicatos consiguieron negociar con la polic¨ªa para que la gente atravesara la ic¨®nica construcci¨®n, no sin antes perder arrestados a 60 de ellos blandiendo camisetas que dec¨ªan simplemente ¡°99%¡±.

Y quiz¨¢s porque en la protesta hay implicada una nueva generaci¨®n educada de lleno en la cultura audiovisual, la protesta albergaba una sorpresa que se convirti¨® en el ¡®hit¡¯ de la noche: al llegar a la mitad del puente a la altura del rascacielos de la empresa Verizon, considerado por los neoyorquinos el edificio m¨¢s feo de la ciudad, se descubr¨ªa una proyecci¨®n gigante que lanzaba sobre sus muros frases como ¡°Somos el 99%¡±, ¡°Ocupa Wall Street¡±, ¡°Ocupa Alaska¡±, ¡°Ocupa Los Angeles¡± (y todas las ciudades que actualmente albergan una ocupaci¨®n), ¡°Somos imparables¡±, ¡°Esto es el principio del principio¡±, ¡°Otro mundo es posible¡±¡­ Los m¨¢s j¨®venes las le¨ªan al un¨ªsono en alto como en un ritual religioso mientras las c¨¢maras de fotos inmortalizaban el momento.

Horas antes decenas de grupos viajaron por las entra?as de Nueva York en peque?os grupos entrando en los vagones de metro y cont¨¢ndole a los viajeros historias personales de desempleo, de falta de seguro m¨¦dico, de desahucios y de deudas estudiantiles. Y ese ser¨¢ precisamente su siguiente paso: el pr¨®ximo lunes Ocupa Wall Street anunciar¨¢ oficialmente una iniciativa para conseguir un mill¨®n de firmas de estudiantes dispuestos a no pagar sus pr¨¦stamos universitarios hasta que no se hagan reformas en el sistema financiero, del que depende su deuda y cuya cifra actualmente asciende a un bill¨®n de d¨®lares.

Uno de los padres de la iniciativa es el c¨¦lebre profesor de la New York University Andrew Ross y ha sido secundada entre otros por la plantilla de CUNY University, la universidad p¨²blica de Nueva York, que sol¨ªa ser gratuita y ahora es de pago. Reivindicar educaci¨®n gratuita es una idea que est¨¢ tomando fuerza entre los j¨®venes estadounidenses, que tambi¨¦n han llevado su protesta hasta los campus de universidades de ¨¦lite como Harvard. La media de deuda con la que un estudiante se licencia en Estados Unidos es de 25.000 d¨®lares. Adem¨¢s, Ocupa Wall Street planea acciones concretas para ocupar casas desahuciadas en todo el pa¨ªs.

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