Mi pa¨ªs tan malentendido

¡°El sistema est¨¢ roto¡± es el lema de los republicanos aspirantes a la Casa Blanca que critican la forma en que el Presidente Obama est¨¢ gestionando la econom¨ªa y mucho m¨¢s. Es una critica simple que viene muy a menudo desde cualquier candidato o partido en la oposici¨®n. Lo que result¨® m¨¢s preocupante fue una discusi¨®n que tuve con un amigo socialista esta semana; me serv¨ªa para recordar cuantos malentendidos hay a este lado del Atl¨¢ntico sobre mi pa¨ªs, los Estados Unidos. Confundiendo la calidad de nuestra democracia con las pol¨ªticas con las que no est¨¢ de acuerdo, calific¨® la democracia estadounidense como ¡°podrida¡±.

Como prueba cit¨® cuatro cosas que a¨²n faltan por hacer: eliminar la venta libre de armas, subir los impuestos a los que m¨¢s tienen, aprobar una amplia legislaci¨®n sobre sanidad p¨²blica y un ambicioso plan para el empleo y la recuperaci¨®n. Tras muchos a?os viviendo en Espa?a, he aprendido a adivinar la afiliaci¨®n pol¨ªtica de una persona seg¨²n c¨®mo reaccionan a la noticia de que soy estadounidense. No sorprende que la gente de la derecha suela reaccionar m¨¢s favorablemente que la de la izquierda¡ªa pesar de que mis amigos y esas conversaciones est¨¢n llenas de lo que Obama llama ¡°teachable moments.¡±

La situaci¨®n de nuestro Estado de bienestar y la falta de sanidad p¨²blica en EE UU son un horror para cualquier socialista europeo y para muchos de nosotros de la izquierda americana. Sin embargo, la pol¨ªtica comparativa es tramposa y solemos ver y juzgar la pol¨ªtica de los otros pa¨ªses a trav¨¦s de nuestros propios lentes culturales. Para mejor entender esos temas en la pol¨ªtica estadounidense, hay que examinar el sistema de gobierno y la cultura americana. El sistema de gobierno presidencial en EE UU es muy distinto al sistema parlamentario de Espa?a y los dos sistemas tienen sus ventajas e inconvenientes que no voy a explicar en detalle aqu¨ª. Pero se puede entender por qu¨¦ Obama no ha conseguido tanto ¡°cambio¡± estudiando nuestro sistema de gobierno, que fue dise?ado espec¨ªficamente para hacer el cambio lento y dif¨ªcil para protegernos de pol¨ªticos caprichosos.

Nuestro sistema de gobierno fue dise?ado para hacer el cambio lento y dif¨ªcil para protegernos de pol¨ªticos caprichosos

Adem¨¢s, los votantes eligen a los congresistas de sus distritos y Estados directamente¡ªno hay listas elegidas por los l¨ªderes de los partidos¡ªy entonces, no tienen ninguna obligaci¨®n de votar con su partido ni su presidente. Por eso, cada vez que hay un voto que le importa mucho, Obama tiene que hacer lobbying con los dem¨®cratas tanto como con los republicanos. Ahora que estamos en una campa?a presidencial es casi imposible colaborar con incluso los republicanos m¨¢s moderados, pero hay casos, sobre todo en leyes que reciben menos atenci¨®n en la prensa.

El lado oscuro de nuestro sistema de gobierno es la financiaci¨®n privada de las campa?as pol¨ªticas. La decisi¨®n de Citizens United del Tribunal Supremo en enero de 2010 ha intensificado el problema, declarando que las empresas tienen el derecho a la libertad de expresi¨®n. Efectivamente, son personas con el derecho a financiar comunicaci¨®n pol¨ªtica como quieran y sin transparencia a trav¨¦s de algunos tipos de organizaciones de acci¨®n pol¨ªtica o SuperPACs. Esta decisi¨®n disminuye nuestra democracia, pero es a trav¨¦s de la democracia que lo tenemos que rectificar.

Electorado m¨¢s conservador?

Adem¨¢s del sistema pol¨ªtico es la cultura americana, un electorado mucho m¨¢s conservador que cualquiera de sus amigos europeos. El ¨²ltimo estudio del Pew Research Group ¡°La brecha de valores EE UU-Europa occidental¡± detalla, entre otras cosas, la diferencia de valores entre los estadounidenses y europeos en sus actitudes hacia el individualismo y el papel del Estado. El 58% de los americanos cree que es m¨¢s importante que todo el mundo sea libre para perseguir sus retos de la vida sin interferencia del estado, mientras solamente el 35% dice que es importante que el Estado tenga un papel activo en sociedad para garantizar que nadie est¨¦ en la necesidad. Es todo lo contrario en Espa?a donde las cifras son 30% y 67% respectivamente.

El lado oscuro de nuestro sistema de gobierno es la financiaci¨®n privada de las campa?as pol¨ªticas

Personalmente, no me gustan las armas, pero hay mucha gente, dem¨®cratas incluidos, que defiende el derecho de mantener y usarlas, algo garantizado en nuestra constituci¨®n. El tema de los impuestos es otro que tiene ra¨ªces en nuestra cultura pol¨ªtica que valora un gobierno limitado y mercado libre. Los conservadores defienden esos valores en todos los casos, incluso en la sanidad y los progresistas pensamos que el acceso a la sanidad debe ser garantizado por el gobierno por cuestiones ¨¦ticas. La falta un sistema de sanidad p¨²blica en EE UU no se debe a una democracia podrida sino a un electorado que a¨²n no tiene una mayor¨ªa convencida de ponerla en marcha.

Y eso es precisamente por qu¨¦ movimientos como el Tea Party y Ocupa Wall Street tienen tanta importancia. Cambian el enfoque de la conversaci¨®n nacional en la prensa y entonces, en la calle, moviendo el electorado hacia la derecha o la izquierda y haciendo este cambio cultural tan elusivo. No estoy de acuerdo con el Tea Party y los conservadores, pero la libertad de expresi¨®n y el voto es la esencia de la democracia. A veces ganamos y a veces perdemos y mientras tanto nuestro sistema garantiza que no nos acerquemos a los extremos. Los sistemas pol¨ªticos y culturales son las claves para comprender los pa¨ªses m¨¢s all¨¢ de nuestras fronteras, pero esto requiere m¨¢s esfuerzo mental. Es m¨¢s f¨¢cil y dram¨¢tico echar la culpa a la democracia, pero de esta manera no aprendemos nada.