Una cumbre con poco margen para evitar el desastre
Las promesas incumplidas de los Consejos anteriores fuerzan la toma de medidas concretas para salvar el euro
Despu¨¦s de los fracasos de las cumbres europeas anteriores del 21 de julio, y del 23 y 26 de octubre, que no han logrado frenar ni un ¨¢pice la profundizaci¨®n de la crisis, la Uni¨®n Europea se ve forzada a sustituir su ret¨®rica de buenas palabras y promesas por la adopci¨®n de medias concretas y precisas. El pr¨®ximo Consejo Europeo de 9 de diciembre es una de las ¨²ltimas oportunidades que le quedan al euro para salir vivo de las presiones de los mercados y los interesados malos augurios de los medios financieros m¨¢s influyentes. ¡°Si en la pr¨®xima cumbre no se acuerdan medidas concretas y aplicables a corto plazo, la situaci¨®n ser¨¢ insostenible¡± se?ala una fuente comunitaria, que sigue los acontecimientos desde primera l¨ªnea europea. La gravedad de la situaci¨®n fue reconocida ayer por el vicepresidente de la Comisi¨®n Europea, Joaqu¨ªn Almunia, quien manifest¨® que ¡°espero una soluci¨®n urgente o el principio de una soluci¨®n urgente de las tensiones de deuda soberana¡±.
Toda la crisis de la deuda europea de los dos ¨²ltimos a?os se ha caracterizado por una desafortunada lucha contra el tiempo por parte de la canciller alemana, ?ngela Merkel. En sucesivas ocasiones Alemania se ha resistido a ayudar a Grecia, a crear un fondo de rescate europeo, a ampliarlo despu¨¦s, o a recapitalizar los bancos europeos. Al final las decisiones se adoptaron pero con tantos meses de retraso, con la excusa de que Merkel precisaba tiempo para preparar a su electorado, que extendieron la desconfianza en los Gobiernos y en los bancos tenedores de deuda por toda la UE.
El resultado de tantos retrasos en la toma de medidas ha suido que el peque?o incendio de Grecia de octubre en 2009, se convirti¨® en una gran hoguera que abras¨® luego a Irlanda, despu¨¦s a Portugal y ha puesto en m¨¢xima alerta a Espa?a e Italia, que de alguna manera ya han tenido que ser asistidas. El fuego sigui¨® extendi¨¦ndose y en las ¨²ltimas semanas otros pa¨ªses como B¨¦lgica, Francia o Austria, ya han visto cerca la amenaza de las llamas. La propia Alemania ha sentido el calor a las puertas de su casa al no poder colocar completamente una emisi¨®n de deuda.
Ante el pr¨®ximo d¨ªa 9 nos encontramos con muchas probabilidades de una reedici¨®n de esta t¨¢ctica equivocada de aplazar la toma de decisiones. Ahora Berl¨ªn exige un fuerte compromiso previo consistente en endurecer las normas fiscales para poder ¡°vender a su electorado¡± el aumento de la capacidad de acci¨®n del Banco Central Europeo (BCE) para comprar deuda a los pa¨ªses con problemas y aceptar la emisi¨®n de eurobonos. Pero esta vez apenas queda tiempo. Ante tanta indecisi¨®n, muchos inversores internacionales han buscado otras plazas para sus inversiones.
El problema en Europa es que no hay dinero. Los Gobiernos europeos no lo quieren comprometer y l¨®gicamente dada esta actitud los pa¨ªses emergentes tampoco se arriesgan a prestarlo. El famoso bazooka de un bill¨®n de euros dise?ado en las ¨²ltimas cumbres potenciando el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) ha quedado completamente en el aire. Europa ha hecho el rid¨ªculo ante China Jap¨®n y Brasil.
Ante la cumbre se perfilan tres escenarios. En primer lugar una reforma del Tratado, para endurecer las sanciones a los pa¨ªses infractores, incluida la retirada del voto, lo cual es realmente dif¨ªcil que prospere. El mayor inconveniente es que en el mejor de los casos esta reforma con su ratificaci¨®n incluida requiere varios a?os y el riesgo de que alg¨²n pa¨ªs la bloquee definitivamente. Una segunda opci¨®n es efectuar las reformas a trav¨¦s de un protocolo. El proceso podr¨ªa ser m¨¢s r¨¢pido pero habr¨ªa que esperar hasta mediados de 2013, que es cuando se habr¨¢ ratificado el Tratado de adhesi¨®n de Croacia, que es el primero que est¨¢ a la vista. La tercera v¨ªa es un Tratado Internacional de los 17 pa¨ªses del euro y los que se quieran sumar. Es la opci¨®n m¨¢s r¨¢pida pero tiene el gran inconveniente de que se prescinde del m¨¦todo comunitario y los acuerdos deben adoptarse por la paralizante unanimidad, lo cual implica una p¨¦rdida efectiva de flexibilidad.
Si la pr¨®xima cumbre o la que se pueda convocar despu¨¦s de Navidad, quiz¨¢ a nivel ministerial, no explicita soluciones concretas e inmediatas, el futuro del euro ya no estar¨¢ en manos de los dirigentes pol¨ªticos europeos y los mercados tendr¨¢n la ¨²ltima palabra.
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