Alemania rectifica
Hoy ha quedado claro que Grecia es la excepci¨®n y que la deuda soberana de los dem¨¢s pa¨ªses del euro se pagar¨¢ siempre en su integridad.
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
¡°Grecia ser¨¢ un caso ¨²nico y la quita voluntaria ser¨¢ ¨²nica¡±. Con estas palabras la canciller alemana, ?ngela Merkel, ha dado giro radical a una de las decisiones que m¨¢s han agravado la crisis de la deuda soberana. Su obsesi¨®n por que los bancos participen en las p¨¦rdidas de todas las reestructuraciones de deuda posibles en otros pa¨ªses en dificultades, que hab¨ªa obligado inscribir en el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), ha sido una de las causas que m¨¢s han provocado las depreciaciones de la deuda soberana y en consecuencia el aumento del coste de su financiaci¨®n, reflejado en el disparo de la prima de riesgo.
Hoy ha quedado claro que Grecia es la excepci¨®n y que la deuda soberana de los dem¨¢s pa¨ªses del euro se pagar¨¢ siempre en su integridad. No habr¨¢ m¨¢s quitas. Espa?a, Italia, Irlanda y Portugal pueden estar tranquilos. El resultado de este cambio de posici¨®n fue inmediato. La financiaci¨®n de los bonos espa?oles que hab¨ªa empezado la sesi¨®n de ayer al 5,6% baj¨® al 5,1% y la prima de riesgo se situ¨® en 292 puntos, muy por debajo del los 356 del viernes.
La exigencia de que los bancos participen en las p¨¦rdidas por depreciaci¨®n de la deuda era sin duda una pretensi¨®n formalmente justa. Pero la aplicaci¨®n de esta medida abri¨® la posibilidad hasta ahora impensable de que los bancos pod¨ªan sufrir grandes p¨¦rdidas como tenedores de los bonos soberanos que les venden los Estados, lo cual no deja de ser una contradicci¨®n. El anuncio de esta posibilidad supon¨ªa el riesgo de una gran debacle financiera. Resulta bastante absurdo que los Estados adviertan de que sus propios bonos no valen lo que dicen. Sin duda, la participaci¨®n m¨¢s eficiente de los bancos en la reparaci¨®n de los da?os que ellos mismos han causado es por la v¨ªa de los impuestos. Por ejemplo, a trav¨¦s del Impuesto sobre Transacciones Financieras, o los impuestos sobre los activos bancarios y los bonos de los ejecutivos como han hecho varios pa¨ªses, que sin duda contribuir¨¢n a resituar al sistema financiero al peso que le corresponde en la econom¨ªa.
La exigencia de que los bancos participen en las p¨¦rdidas por depreciaci¨®n de la deuda era sin duda una pretensi¨®n formalmente justa.
La segunda buena noticia de ayer es que a cambio de un mayor rigor presupuestario, Berl¨ªn se va ablandando y se muestra m¨¢s flexible a que el Banco Central Europeo (BCE), juegue un papel m¨¢s activo comprando deuda soberana de los pa¨ªses en dificultades con m¨¢s convicci¨®n. Respaldaron esta demanda la Presidencia polaca de la Uni¨®n Europea y la patronal BusinessEurope, que representa a 20 millones de empresas que emplean a 120 millones de trabajadores. El presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy, fue muy cuidadoso al reafirmar su confianza en ¡°la independencia¡± del BCE comprometi¨¦ndose a no hacer ¡°ning¨²n comentario positivo o negativo sobre sus acciones¡±. Est¨¢ claro que para respetar la independencia del banco emisor con sede en Frankfurt, tanto los pol¨ªticos como las instituciones europeas se abstendr¨¢n de cualquier insinuaci¨®n. Aunque todo el mundo sabe que tanto en mayo de 2010 como en agosto de 2011, la decisi¨®n del BCE de comprar deuda soberana vino precedida de una impl¨ªcita recomendaci¨®n de Berl¨ªn y Par¨ªs.
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