Merkel nos rescata del desv¨¢n
La situaci¨®n resulta insostenible y entre las tareas urgentes e imprescindibles de la cumbre europea de esta semana (8 y 9 de diciembre) figura la de recuperar la credibilidad de la deuda soberana de los socios del euro
Alemania parece dispuesta a corregir la gesti¨®n de una crisis de deuda que estaba convirtiendo a la zona euro en una 13, Rue del Percebe, pero en peor. En el famoso portal dibujado por Ib¨¢?ez, los acreedores solo aporreaban la puerta del ¨¢tico, guarida de un solitario y escurridizo moroso.
En la eurozona, en cambio, la presidenta de facto de la comunidad, Angela Merkel, ha propagado la sospecha de impago por todas las plantas, Y los 17 vecinos de la rue del euro se han convertido en potenciales morosos con una deuda acumulada de 7,9 billones de euros. Incluso los seis apartamentos m¨¢s confortables (ocupados por Alemania, Francia, Holanda, Austria, Finlandia y Luxemburgo) se encontraron ayer en el buz¨®n un aviso de Standard & Poor¡¯s, en el que la temida agencia de calificaci¨®n estadounidense pone en duda su calidad crediticia.
La situaci¨®n resulta insostenible y entre las tareas urgentes e imprescindibles de la cumbre europea de esta semana (8 y 9 de diciembre) figura la de recuperar la credibilidad de la deuda soberana de los socios del euro. El desencadenante de la desconfianza hacia esos t¨ªtulos fue, como se sabe, el descalabro fiscal de Grecia. Pero fueron los errores cometidos despu¨¦s, en sucesivas reuniones del eje franco-alem¨¢n y otras tantas cumbres europeas, los que transformaron un peque?o incidente en una incontrolable amenaza para el futuro de toda Europa.
El mayor desbarre, sin duda, se cometi¨® en Deauville, la ciudad normanda donde Nicolas Sarkozy y Angela Merkel se reunieron una tarde oto?al de 2010. La cita qued¨® inmortalizada por una melanc¨®lica foto que recoge su paseo junto al mar, gabardinas negras con atardecer dorado de fondo. Aquel encuentro emponzo?¨® los mercados con una amenaza a los compradores de deuda p¨²blica, a quienes se conmin¨® a aceptar una potencial quita o p¨¦rdida en los bonos de los Estados del euro.
El estigma, en forma de etiqueta obligatoria para todas las nuevas emisiones a partir de 2013, colocaba a pa¨ªses como Espa?a en un desv¨¢n de potenciales morosos a pesar de que nunca han reestructurado su deuda desde finales del siglo XIX, seg¨²n los datos recopilados por Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff.
El desprop¨®sito de Deauville degrad¨® la calidad de la deuda de los pa¨ªses del euro mucho m¨¢s que cualquier nota de una agencia de calificaci¨®n. La zona euro se autocolocaba a la altura de naciones que, por desgracia, apenas disponen de capacidad para financiarse. Basta recordar que las tres ¨²ltimas reestructuraciones en pa¨ªses intervenidos por el FMI han sido en Belice (2006), Rep¨²blica Dominicana (2005) y Granada (2004).
Parece que el tremendo error se corregir¨¢ en la cumbre europea que arranca pasado ma?ana en Bruselas. Tras el acuerdo alcanzado el lunes en Par¨ªs entre la canciller alemana y el presidente franc¨¦s para endurecer el control de las cuentas p¨²blicas, Berl¨ªn podr¨ªa aceptar la supresi¨®n de unas cl¨¢usulas que espantan a los compradores de deuda p¨²blica. Se dar¨¢ as¨ª el primer paso para estabilizar unos mercados y rebajar el coste de financiaci¨®n de unos pa¨ªses que en la primera d¨¦cada de la moneda ¨²nica han doblado sus n¨²meros rojos (en Espa?a, de 346.000 millones de euros en 1998 a 641.000 millones el a?o pasado).
Pero la crisis no terminar¨¢ el viernes porque, como se?ala David Marsh en la reedici¨®n de su obra casi entomol¨®gica sobre el nacimiento de la moneda europea (The euro, Yale University, 2011), ¡°la batalla por mantener el euro como fue concebido inicialmente se ha perdido. La nueva tarea es preservar lo que viene¡±. Y lo que viene, por exigencia de Berl¨ªn, ser¨¢ un compromiso inquebrantable con la disciplina fiscal, que deber¨¢ plasmarse en la Constituci¨®n de cada pa¨ªs.
El futuro presidente del Gobierno espa?ol, Mariano Rajoy, ya ha mostrado su disposici¨®n a sumarse a esa refundaci¨®n del euro, cuya base se negociar¨¢ en Bruselas en las pr¨®ximas 48 horas (como m¨ªnimo) y podr¨ªa rematarse con un nuevo tratado en marzo de 2012. Pero los espa?oles, y Rajoy el primero de ellos, no deber¨ªan minusvalorar el esfuerzo que requerir¨¢ la segunda d¨¦cada de convivencia monetaria. Si se hace con equidad y manteniendo la cohesi¨®n social merecer¨¢ la pena. Cualquier cosa con tal de no seguir en un desv¨¢n donde se oye demasiado cerca el crascitar de los cuervos sobre nuestro tejado.
Bernardo de Miguel es corresponsal en Bruselas del diario econ¨®mico Cinco D¨ªas y autor de ¡°?Qu¨¦ est¨¢ pasando?¡± (Deusto, 2011).
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