El Ej¨¦rcito egipcio mata a diez manifestantes en El Cairo
Los soldados persiguen por la calle a los opositores a la Junta Militar. Hay m¨¢s de 300 heridos. El conflicto prendi¨® ayer cuando un grupo de activistas trat¨® de asaltar el Parlamento
¡°Os vamos a matar, est¨¢is muertos¡±. No est¨¢n escogidas al azar estas palabras pronunciadas por algunos de los militares que desalojaron este s¨¢bado a los manifestantes de Tahrir y prendieron fuego a las tiendas donde acampaban, antes de perseguirles con palos y piedras. Ya son diez, seg¨²n el Ministerio de Sanidad, los muertos que han dejado estas dos jornadas de violencia en El Cairo y m¨¢s de 300 los heridos, mientras los votos de las dos primeras jornadas de la segunda fase de las legislativas a¨²n siguen cont¨¢ndose. La primera l¨ªnea de polic¨ªas militares pertrechados de antidisturbios es un hervidero. Los j¨®venes intentaban convencerles de que cesen los ataques. Levantaban los brazos. Los soldados les indicaban con la mano que les iban a cortar el cuello. Uno de ellos arranc¨® a un chaval el m¨®vil con el que grababa las amenazas y lo estamp¨® contra el suelo haci¨¦ndolo a?icos, los gritos iban en aumento y pronto los bastones y las piedras empezaron a caer sobre los manifestantes que corrieron para salvar sus vidas hacia el otro lado del puente, alej¨¢ndose de Tahrir.
Un d¨ªa m¨¢s la represi¨®n del Ej¨¦rcito ha ca¨ªdo sobre los manifestantes que exigen que la Junta Militar que gobierna desde la ca¨ªda de Mubarak traspase el poder a una autoridad civil. Durante toda la ma?ana se sucedieron los ataques con piedras por parte de soldados desde un edificio de Qasr el Ainy, la calle perpendicular a la del Parlamento, donde el viernes se inici¨® la protesta y donde se encontraba la sentada pac¨ªfica instalada el 25 de noviembre y que fue dispersada a tiros y pedradas por los militares el viernes. Vestidos con pantalones de campa?a y porras en el cintur¨®n, pero sin camisa, de forma que se les pudiera confundir con matones de paisano, lanzaron piedras y adoquines a los manifestantes que se encontraban en la calle, en una esquina de la plaza de Tahrir. Finalmente una carga desde distintos puntos dispers¨® a los manifestantes, que corrieron en todas direcciones perseguidos por los palos y las piedras de los militares. ¡°La libertad no es gratis¡±, alentaba uno de ellos a los que hu¨ªan junto a ¨¦l.
En ese mismo momento, el nuevo primer ministro egipcio, Kamal Ganzury, negaba en una rueda de prensa cualquier tipo de acci¨®n represiva y responsabilizaba a los manifestantes de los disturbios. ¡°Un joven fue golpeado y recibi¨® un trato incorrecto, y los chavales tienen derecho a pedir justicia por esto. Pero despu¨¦s salieron j¨®venes e incendiaron coches y dependencias del Parlamento y del Consejo de Ministros, sin la intervenci¨®n de las Fuerzas Armadas¡±, afirm¨® el reci¨¦n nombrado primer ministro.
La Junta militar, a trav¨¦s de un comunicado, manifest¨® su ¡°desolaci¨®n¡± por los disturbios y anunci¨® que indemnizar¨¢ a las familias de los fallecidos. Este es su segundo manifiesto desde el inicio de los disturbios, despu¨¦s de que en la noche del viernes la Junta se exculpara de cualquier responsabilidad se?alando que ¡°los elementos que prestan seguridad se han contenido lo m¨¢ximo posible¡±. Las piedras ensangrentadas sobre el puente de Qasr el Nil que da acceso a Tahrir, sobre el Nilo, daban prueba de esa ¡°contenci¨®n¡±, al igual que los testimonios de los informadores a los que les fueron confiscadas las c¨¢maras o recibieron golpes o amenazas por grabar los desmanes.
El primer ministro egipcio, Kamal Ganzury, responsabiliza a los manifestantes de los disturbios
L¨ªderes pol¨ªticos de todas las tendencias han condenado la violencia y exigido una investigaci¨®n. Los Hermanos Musulmanes, cuyo brazo pol¨ªtico, el partido de la libertad y la Justicia se ha hecho con casi un 40% de los votos en disputa de la primera vuelta de las legislativas, insist¨ªan ayer en que ¡°no se ha castigado a ninguno de los militares que ordenaron y llevaron a cabo estos cr¨ªmenes¡±.
En el acceso de Tahrir desde la calle que lleva al Parlamento, los militares construyen un nuevo muro de hormig¨®n, como el que ya levantaron en Mohamed Mahmud, la v¨ªa donde hace tres semanas se desarrollaron los enfrentamientos que dejaron 40 muertos y m¨¢s de mil heridos. Una met¨¢fora perfecta de las relaciones entre la Junta militar y el pueblo egipcio.
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