El Tribunal para Yugoslavia intenta enviar a prisi¨®n a su antigua portavoz
La periodista francesa Florence Hartmann public¨® en un libro documentos sumariales En el libro, demostraba la implicaci¨®n del Gobierno serbio en la masacre de Srebrenica La periodista se niega a pagar una multa de 7.000 euros por revelaci¨®n de secretos


La periodista francesa Florence Hartmann fue la corresponsal de guerra del diario Le Monde durante las guerras de los Balcanes en los a?os noventa. Posteriormente, sigui¨® ligada a aquella guerra y aquel tribunal, al aceptar el puesto de portavoz de la Fiscal¨ªa del TPIY, donde trabaj¨® entre 2000 y 2006. Ahora, su vida ha dado un vuelco inesperado no exento de iron¨ªa. Los jueces del TPIY han ordenado su detenci¨®n e ingreso en prisi¨®n durante siete d¨ªas por desacato. Hartmann, que ha pedido ayuda a Naciones Unidas y a la Organizaci¨®n para la Seguridad y la Cooperaci¨®n en Europa, se niega a pagar la multa de 7.000 euros que le ha sido impuesta por desvelar en un libro secretos sumariales de uno de los m¨¢s famosos procesos del TPIY.
Publicado en 2007 bajo el t¨ªtulo Paz y Castigo, en el libro Hartmann pretend¨ªa demostrar la implicaci¨®n del Estado serbio en la matanza de musulmanes bosnios de Srebrenica, uno de los episodios m¨¢s tr¨¢gicos de la guerra y que desat¨® la indignaci¨®n internacional. Para demostrarlo, se val¨ªa de escritos utilizados en el proceso que se sigui¨® en La Haya contra el expresidente serbio Slobodan Milosevic tras ser capturado. El Tribunal no condena por la interpretaci¨®n que hace de esa informaci¨®n. Para los jueces, basta que haya desvelado esos papeles para multarla. Ella no piensa pagar y de ah¨ª la pena de c¨¢rcel. Francia ha rechazado extraditarla.
En Srebrenica murieron 8.000 varones musulmanes a manos de las tropas serbobosnias al mando del exgeneral Ratko Mladic. Si bien Mladic est¨¢ acusado de genocidio por haber ordenado los asesinatos, Milosevic (fallecido en prisi¨®n en 2006 sin que se hubiera dictado sentencia) siempre neg¨® cualquier responsabilidad en la tragedia. En su obra, Hartmann habr¨ªa demostrado que las ¨®rdenes de guerra proced¨ªan de la presidencia serbia.
El tira y afloja con los jueces por la publicaci¨®n de los documentos comenz¨® en 2009. La negativa de Francia a extraditarla ha complicado las cosas y ha convertido el caso en un paradigma de los l¨ªmites de la libertad de expresi¨®n. ¡°Los acuerdos firmados por el Gobierno franc¨¦s con el TPIY solo se aplican para los cr¨ªmenes graves. Ante una desobediencia al Tribunal, Francia carece de fundamentos jur¨ªdicos para colaborar¡±, ha dicho el ministerio franc¨¦s de Asuntos Exteriores. A mediados de diciembre, Reporteros sin Fronteras sali¨® en defensa de Hartmann recordando que solo hab¨ªa hecho su trabajo. ¡°Al investigar sobre una cuesti¨®n de inter¨¦s general de particular importancia para las v¨ªctimas de Srebrenica, y en nombre de la verdad hist¨®rica, la periodista hizo su trabajo informativo¡±, dijeron sus compa?eros de profesi¨®n.
Si bien los jueces admitieron que ¡°parte de los documentos confidenciales revelados por Hartmann eran del dominio p¨²blico, eso no significa que no siguieran siendo secretos¡±. Su conocimiento p¨²blico, por tanto, "hubiera entorpecido la administraci¨®n de justicia por parte del TPIY¡±, rezaba la sentencia por desacato dictada contra la periodista en 2009. Hartmann perdi¨® luego la apelaci¨®n y pas¨® a convertirse en otro de los pr¨®fugos de la justicia internacional.
Desde el punto de vista legal, la situaci¨®n es delicada. El Caso Hartmann mezcla la libertad de expresi¨®n y la b¨²squeda de la verdad en nombre de las v¨ªctimas de una guerra, con las normas de la justicia internacional. Ella asegura que la revelaci¨®n extra¨ªda de los documentos era de tal magnitud, que prevalec¨ªa el inter¨¦s com¨²n. Los jueces mantienen que el desacato es intolerable porque entorpece el curso normal de la justicia. Sobre todo, despu¨¦s de que la propia Fiscal¨ªa del TPIY admitiera que Hartmann ¡°nunca tuvo acceso a los documentos impugnados¡±. Entre sus atribuciones cuando trabajaba en la instituci¨®n figuraba asesorar a la entonces fiscal, Carla del Ponte, sobre los Balcanes.
En la guerra de los Balcanes, Hartmann fue la primera periodista que descubri¨®, en 1992, la existencia de una fosa com¨²n en Croacia. All¨ª encontr¨® 263 cad¨¢veres que pertenec¨ªan a enfermos y heridos sacados a la fuerza, del hospital de Vukovar y asesinados en una granja cercana por soldados serbios. A?os despu¨¦s, la reportera testific¨® ante el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia sobre el caso, conocido como la Masacre de Vukovar. Fue un momento doloroso a la vez que reconfortante, porque los autores del horror que presenci¨® fueron castigados.
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