Llanto e histeria en el primer d¨ªa del funeral por Kim Jong-il
Honras f¨²nebres y homenaje al l¨ªder de Corea del Norte, Kim Jong-il Miles de personas abarrotan los 40 kil¨®metros de recorrido El heredero de la dinast¨ªa, Kim Jong-un, sigue a pie los primeros metros del cortejo
Cientos de miles de norcoreanos han desafiado este mi¨¦rcoles la nieve y el fr¨ªo para acompa?ar a su "Querido L¨ªder" en su ¨²ltimo paseo por las calles de Pyongyang. Envuelto en la bandera roja del Partido de los Trabajadores, el f¨¦retro con los restos de Kim Jong-il, el hombre que con pu?o de hierro dirigi¨® durante 17 a?os el destino de Corea del Norte, ha recorrido la capital norcoreana durante tres horas en medio de un suntuoso cortejo f¨²nebre.
La primera fase de los funerales de Estado que finalizan hoy comenz¨® con cuatro horas de retraso debido a la fuerte nevada. El oscurantista r¨¦gimen que fue capaz de ocultar la muerte de su l¨ªder durante 50 horas hasta su anuncio oficial del pasado d¨ªa 19, tampoco dio explicaciones sobre el retraso de la ceremonia. Kim Jong-il, de 69 a?os, muri¨® el pasado 17 de diciembre de un infarto en la ma?ana del 17 de diciembre.
Loado por la maquinaria de propaganda como el "gran heredero", Kim Jong-un, de 28 a?os y tercer hijo del difunto dictador, ha realizado a pie, agarrado al m¨¢stil de la limusina sobre cuyo techo cubierto de flores blancas descansaba el ata¨²d, los primeros pasos de la procesi¨®n. Con ello, daba a entender a su alienado pueblo que es el ¨²nico depositario de los logros revolucionarios de su padre y de su abuelo Kim Il-sung, el fundador de la Rep¨²blica Popular Democr¨¢tica de Corea en 1945.
Escenas de llanto e histeria (retransmisi¨®n oficial) se han sucedido a lo largo de los 40 kil¨®metros que recorri¨® el cortejo. La televisi¨®n oficial norcoreana KCTV, la ¨²nica que cubri¨® las exequias y que en un acto sin precedentes de aperturismo ha retransmitido la se?al al mundo en tiempo real, se recre¨® en las im¨¢genes de gentes que sollozaban gritaban y se golpeaban al paso del primer coche de la caravana, que portaba un enorme retrato de un Kim-Jomg-il sonriente y vestido con su habitual uniforme caqui.
El militarismo -Corea el norte cuenta con uno de los? mayores Ej¨¦rcitos del mundo, con 1,1 millones de soldados- y la propaganda, que casi deifica a sus l¨ªderes, son los dos bastiones de esa dinast¨ªa comunista. Uno de los militares entrevistados durante la retransmisi¨®n del funeral declaraba: "La nieve, como las l¨¢grimas, cae sin fin. ?C¨®mo no iba a llorar el firmamento cuando hemos perdido a nuestro general que un gran hombre del cielo? Mientras la muerte nos separe de nuestro general, el pueblo, las monta?as y el cielo derramaremos l¨¢grimas de sangre. Querido comandante supremo".
Kim Jong-un, que no ha realizado el servicio militar, ya es denominado por los medios oficiales "gran heredero", "comandante supremo" y "l¨ªder m¨¢ximo" del Partido de los Trabajadores, t¨ªtulos que ostentaba su padre. todo apunta a que en los pr¨®ximos meses los ¨®rganos de poder del partido y el Estado se reunir¨¢n para otorg¨¢rselos.
Tras la grave apoplej¨ªa sufrida en 2008, Kim Jong-il design¨® sucesor a Jong-un, quien ni tan siquiera termin¨® los estudios de bachillerato iniciados en Berna (Suiza). Consciente de que su mala salud pod¨ªa jug¨¢rsela, como ha sucedido, el ¡°querido l¨ªder¡± nombr¨® una camarilla -en la que destacan su cu?ado Jang Song-taek y su hermana Kim Kyong-hui- para que arrope al hijo en la transici¨®n. Jang, andando ayer detr¨¢s de su sobrino y junto al f¨¦retro, escenific¨® la regencia.
Se espera que Kim Jong-un declare un periodo de luto de tres a?os, al igual que hizo su padre al morir Kim Il-sung. Los m¨¢s optimistas se?alan que en ese tiempo, y apoyado en la camarilla que incluye al jefe del Alto Estado Mayor del Ej¨¦rcito, vicemariscal Ri Yong-ho, podr¨¢ iniciar la necesaria apertura del pa¨ªs para evitar la implosi¨®n del r¨¦gimen. Contar¨¢ para ello con el apoyo total de China, principal mentor de Corea del Norte, que no quiere que el pa¨ªs se desestabilice. Adem¨¢s, si se compromete a suspender el programa nuclear y de misiles, tanto Estados Unidos, como Corea del Sur y los dem¨¢s vecinos ser¨¢n generosos en la ayuda humanitaria que precisa para alimentar a su maltratado pueblo.
La comitiva funeraria sali¨® del palacio de Kumsusan, a las afueras de Pyongyang, donde durante ocho d¨ªas ha estado instalada la capilla ardiente. El trayecto finaliz¨® en ese mismo mausoleo, construido para exhibir el cad¨¢ver embalsamado de Kim Il-sung, muerto de un infarto en 1994. All¨ª reposar¨¢n tambi¨¦n los restos de su hijo. No se ha confirmado oficialmente, pero la presencia en Pyongyang del equipo de cient¨ªficos rusos que vela por el mantenimiento de la momia del designado ¡°presidente eterno¡±, hace prever que el cuerpo de Jong-il se preservar¨¢ tambi¨¦n.
Cierre de la zona especial econ¨®mica
Ninguna representaci¨®n extranjera ha sido invitada a las exequias. Ning¨²n otro medio que los oficiales norcoreanos ha podido cubrirlas. El delegado de la agencia estadounidense Associated Press, ¨²nico periodista occidental estacionado en Pyongyang, fue invitado el s¨¢bado a abandonar el pa¨ªs. El r¨¦gimen orden¨® el cierre de todas sus fronteras y la salida de todos los comerciantes chinos que operan en los mercadillos cercanos. Incluso la zona econ¨®mica especial de Kaesong, que comparte con Corea del Sur, fue clausurada. Los empresarios se han visto obligados a paralizar sus f¨¢bricas durante los dos d¨ªas de los funerales.
Varios camiones cargados con coronas de flores acompa?aron el cortejo f¨²nebre, en el que participaron decenas de veh¨ªculos militares y civiles. Un coche que portaba una gigantesca corona blanca lideraba la procesi¨®n, justo detr¨¢s del retrato de Kim Jong-il y antes del f¨¦retro.
Ma?ana, segundo d¨ªa oficial de las exequias, todo el pa¨ªs guardar¨¢ tres minutos de silencio a las 12.00 (ocho horas menos en la Espa?a peninsular). Despu¨¦s sonar¨¢n salvas y disparos al aire en honor del dirigente desaparecido. Todas las ciudades y pueblos del pa¨ªs conmemorar¨¢n su muerte. Bocinas, silbatos y sirenas de trenes, veh¨ªculos y barcos sonar¨¢n al un¨ªsono para expandir por tierra, mar y aire el dolor de la p¨¦rdida.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.