Rick Santorum se convierte en abanderado de la escolarizaci¨®n en casa
El movimiento gana terreno entre los conservadores de Estados Unidos
Hace nueve meses, mucho antes de que esprintara hasta colocarse entre los favoritos en las primarias, el republicano Rick Santorum ya gan¨® unas elecciones. Con un 28% de votos, qued¨® primero en el sondeo de opini¨®n de la Asociaci¨®n para la Defensa Legal de la Educaci¨®n en el Hogar, un lobby que defiende los derechos de los padres que deciden escolarizar a sus hijos en casa. Santorum, cat¨®lico, ha educado en el hogar a siete hijos. Lo ha hecho porque quiere inculcarles valores religiosos. Y se ha convertido as¨ª en el representante m¨¢s visible de un movimiento al alza en EE UU.
Seg¨²n el ¨²ltimo informe del Departamento de Educaci¨®n norteamericano al respecto, en 2007 hab¨ªa 1¡¯5 millones de ni?os y adolescentes educados en casa. La cifra oficial ha aumentado en medio mill¨®n cada cuatro a?os, por lo que el n¨²mero actual ronda los dos millones. Es dif¨ªcil proporcionar un n¨²mero exacto, porque hay estados, como Florida, que obligan a los alumnos educados en casa a registrarse y otros, como Tejas, que no.
¡°Nuestra familia lo hizo por los valores¡±, explica Yvonne Bun, de 64 a?os, que escolariz¨® en casa a tres hijos y que ahora trabaja en la Asociaci¨®n de Educadores en el Hogar de Virginia. ¡°Nuestra educaci¨®n tuvo una base b¨ªblica. Y no ense?amos la religi¨®n como una asignatura extra, sino como un cimiento com¨²n a todas las materias. Nosotros le ense?amos a nuestros hijos que dios nos cre¨® a nosotros y al universo. Los temarios de las asignaturas como Ciencia los basamos en la Biblia¡±.
Los padres escogen
El caso de la familia de Yvonne es el m¨¢s com¨²n. Seg¨²n el informe del Departamento de Educaci¨®n, la raz¨®n principal por la que los padres educan a sus hijos en casa, elegida por un 36% de los encuestados, es ¡°proveerles de instrucci¨®n moral o religiosa¡±.
Las regulaciones gubernamentales respecto a ese m¨¦todo educativo son muy variadas. Normalmente, los Estados no exigen un temario. Algunos obligan a los ni?os a que se sometan a un examen anual. Muy pocos, como Massachusetts, imponen como condici¨®n previa que un comit¨¦ educativo apruebe la solicitud de educar a los ni?os en casa.
Eso significa que los padres que residen en Estados permisivos, como Virginia, pueden dise?ar sus temarios de acuerdo con sus convicciones, sin el escrutinio de autoridades externas. As¨ª, ideas como el creacionismo toman un papel preponderante en la educaci¨®n. Y ese es el motivo por el que candidatos que defienden la integraci¨®n de la religi¨®n en la vida p¨²blica, como Santorum o Michele Bachmann (ya retirada de la contienda electoral) han decidido educar a sus hijos en casa.
En Iowa, el primer Estado que mantuvo primarias, las familias que optan por la educaci¨®n en el hogar ayudaron a lanzar a Santorum a los primeros puestos de la contienda electoral. En 2008 ya hicieron lo mismo, al apoyar al reverendo conservador Mike Huckabee, que gan¨® los caucus pero perdi¨® la nominaci¨®n. Muchas de esas familias se oponen a la inversi¨®n del Estado en educaci¨®n y exigen incluso la abolici¨®n del ministerio de Educaci¨®n.
El sistema legal es permisivo,
y las regulaciones respecto
a ese m¨¦todo educativo
var¨ªan mucho, seg¨²n los Estados
¡°En democracia, una de las labores m¨¢s importantes es transmitirle valores de libertad a las generaciones venideras¡±, explica la profesora de derecho de la Universidad George Washington Catherine J. Ross, autora de diversos estudios al respecto. ¡°En casos como este, la pol¨ªtica toma un papel hostil a esa labor, imponiendo barreras en el modo en el que la sociedad mantiene discusiones civilizadas. Es precisamente eso, escuchar opiniones diversas, con respeto y tolerancia, lo que se logra enviando a los ni?os a la escuela, para que entren en contacto con otros puntos de vista¡±.
Ross ha propuesto diversas recomendaciones para mejorar el sistema de educaci¨®n en el hogar, como aumentar el control del estado sobre los temarios, incluyendo asignaturas que fomenten la diversidad, o a trav¨¦s de ex¨¢menes estandarizados. La profesora identifica una estrategia pol¨ªtica en algunos grupos que defienden la ense?anza en el hogar, pero que en realidad buscan introducir la religi¨®n en la educaci¨®n p¨²blica.
¡°Muchos de esos padres saben que los distritos educativos reciben fondos del gobierno dependiendo de cu¨¢ntos alumnos acuden a las escuelas. En muchos casos, les dicen a las escuelas que si no ense?an cosas a las que ellos se oponen, como la evoluci¨®n o la igualdad de g¨¦nero, sacar¨¢n a sus hijos en masa de las aulas, para reducir dr¨¢sticamente sus fondos. En cierto sentido, esas estrategias conforman una agenda pol¨ªtica¡±, a?ade.
Diversos grupos integristas en Norteam¨¦rica se aprovechan de la laxitud legislativa para adoctrinar a sus ni?os desde peque?os. En 2008, la polic¨ªa de Tejas descubri¨® que un grupo morm¨®n, la Iglesia Fundamentalista de Jesucristo de los ?ltimos D¨ªas, hab¨ªa cometido atrocidades, como violaciones, contra 468 menores, a los que aislaba con la excusa de escolarizarles en el hogar. Ese hogar era un rancho que se reg¨ªa como una dictadura teocr¨¢tica. A las ni?as se les ense?aba a doblegarse ante los varones. No recib¨ªan formaci¨®n en ninguna materia acad¨¦mica.
Casos como ese son, sin embargo, una excepci¨®n o una consecuencia extrema de la permisividad del sistema legal norteamericano. En Espa?a, ese sistema de escolarizaci¨®n no es ilegal, pero tampoco est¨¢ regulado. Una sentencia del Tribunal Constitucional de 2010 deneg¨® a los padres la facultad de elegir para sus hijos una educaci¨®n ajena al sistema oficial, porque consideraba que el derecho es del menor.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.