Marine Le Pen se alimenta de la eurofobia
En la campa?a presidencial de 2012, la candidata quiere personificar tanto la salida del euro como la ruptura con la construcci¨®n europea que conocemos desde 1957
La escena sucede a finales de 2010 en una discoteca del 15? distrito de Par¨ªs. Marine Le Pen no es todav¨ªa presidenta del Frente Nacional, y menos a¨²n candidata a las elecciones presidenciales. En la sala abarrotada, la se?ora Le Pen se dirige a los militantes del FN. Los enardece al denunciar a "la Europa de Bruselas" y propugnar el proteccionismo, "el control de las fronteras" y la salida del euro. Las 700 personas presentes le dan un aplauso cerrado.
Ese mismo d¨ªa, tambi¨¦n entre aclamaciones, denuncia asimismo a "la hiperclase mundial" y "la consanguinidad y la connivencia de las ¨¦lites". As¨ª como muchos otros calificativos otorgados a la Uni¨®n Europea, a la que no deja de criticar.
En la campa?a presidencial de 2012, la candidata, de 43 a?os, quiere personificar tanto la salida del euro como la ruptura con la construcci¨®n europea que conocemos desde 1957. Es indudable que el euroescepticismo ¨Cincluso la eurofobia¨C es uno de los elementos fundamentales del partido de extrema derecha. Sus votantes, en su mayor parte, rechazan la construcci¨®n europea, sin¨®nimo, para ellos, de quiebra social y deslocalizaci¨®n. Por consiguiente, esta l¨ªnea "anti-Europa" posee una importancia especial para Marine Le Pen.
Le Pen cree tambi¨¦n que el refer¨¦ndum sobre el tratado constitucional europeo de 2005 fue fundamental. Aunque el FN no fue el ¨²nico que se opon¨ªa al tratado ¨Cni mucho menos, puesto que varios partidos y personajes de izquierda se opon¨ªan por motivos totalmente distintos a los del FN¨C, sus dirigentes consideraron el triunfo del "no" como su primera victoria pol¨ªtica.
Para los estrategas del FN, lo que gan¨® con el "no" fue el rechazo a Europa, y no la voluntad de tener otro modelo de desarrollo europeo. En el discurso lepenista, la Uni¨®n Europea es la otra cara de la moneda de la globalizaci¨®n, que, seg¨²n ellos, est¨¢ en el origen del paro, la inmigraci¨®n y la inseguridad.
Es un tema importante, adem¨¢s, porque uno de los mandatos de Marine Le Pen es el de eurodiputada. Fue una de los tres miembros del FN ¨Ccon Jean-Marie Le Pen y Bruno Gollnisch¨C elegidos en las elecciones europeas de junio de 2010 con este eslogan: "Europa hace da?o". Y un mandato al que parece especialmente apegada, puesto que, obligada por la ley sobre acumulaci¨®n de cargos a sacrificar uno de ellos, ha decidido abandonar el de concejala de H¨¦nin-Beaumont y conservar los de diputada europea y consejera regional.
Sobre todo, el "nuevo discurso" que Marine le Pen pretende encarnar, basado en el regreso de un "Estado fuerte" e intervencionista, tiene como condici¨®n sine qua non la salida de la Uni¨®n Europea. "Desde luego, habr¨¢ que revisar sus tratados europeos, los tratados de la UMP y el centro, los que nos atan y nos condenan al aislamiento en una pol¨ªtica de concesiones que se ha vuelto totalmente arcaica en todos los dem¨¢s lugares del mundo", declar¨® una vez m¨¢s el 8 de enero.
Al respecto, Marine Le Pen no tiene miedo ni de ciertas exageraciones ni de ciertas contradicciones. Por ejemplo, es tan capaz de calificar a la UE de "caballo de Troya de la globalizaci¨®n ultraliberal" como de compararla con la URSS y hablar de una "uni¨®n sovi¨¦tica europea". Y cuando alg¨²n interlocutor subraya la dificultad jur¨ªdica de salirse de la UE, Marine Le Pen tiene una respuesta en el mismo tono. Para ella, la Uni¨®n Europea "es un poco como el comunismo, es un totalitarismo. Nos han explicado durante a?os que no era posible salirse...".
En su proyecto presidencial, que dio a conocer en noviembre de 2011, figura por escrito que "conviene iniciar una renegociaci¨®n de los tratados para romper con una estructura europea dogm¨¢tica y que ha fracasado por completo. Hay que sentar ya las bases de una Europa que respete las soberan¨ªas populares, las identidades nacionales, las lenguas y las culturas, y que est¨¦ de verdad al servicio de los pueblos". Y se a?ade que "las fuerzas no democr¨¢ticas que controlan las riendas de Europa en Bruselas tienen intereses y concepciones que rompen por completo con las leg¨ªtimas preocupaciones y aspiraciones de los pueblos europeos".
Es decir, en el programa del Frente, la Uni¨®n Europea se ha construido "contra" y "sin" los pueblos europeos. Propone una concepci¨®n "cultural" de Europa cuyos fundamentos no son ni jur¨ªdicos ni pol¨ªticos, sino "de civilizaci¨®n", y que tienen como referencia la herencia "judeocristiana".
Pero Marine Le Pen sabe tambi¨¦n que la pol¨ªtica est¨¢ hecha de s¨ªmbolos. Por eso, una de las propuestas integradas en su proyecto es ni m¨¢s ni menos que ?la prohibici¨®n de exhibir la bandera europea sobre los edificios p¨²blicos!, una idea que despu¨¦s ha repetido en varios de sus discursos. Por ejemplo, durante un mitin en Metz, el 11 de diciembre de 2011. En dos frases, Marine Le Pen resumi¨® sus posiciones sobre Europa: "Cuando digo que los edificios p¨²blicos tendr¨¢n siempre que exhibir, en todo el territorio, los colores de Francia (...) y que la bandera europea estar¨¢ prohibida, demuestro nuestro apego indestructible a nuestra bandera nacional. ?Y el hecho de que eso escandalice a las almas sensibles me refuerza en mi convicci¨®n!"
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia
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